Todo estaba negro y mi corazón latía con fuerza. Todo era tan confuso. A mi alrededor comenzaron a aparecer miles de colores. Era como si estuviera volando en un abismo en medio de dos dimensiones.
Los colores fueron apareciendo cada vez más rápido hasta que logre divisar una imagen a lo lejos. Intente acercarme a ella pero mis pies no encontraban el suelo. Parecía que estuviese adentro de una piscina. Entonces moví los brazos como si estuviera nadando y me fui acercando lentamente a la imagen.
Entre a ella como si fuera una habitación y la imagen, que hasta ese momento se veía borrosa, se fue enfocando hasta que reconocí un parque. Era otoño. Las hojas se veían rojizas y comenzaban a caer de los árboles. Camine sobre el angosto pasillo de piedra escuchando las hojas secas crujir bajo mis pies. A lo lejos logre ver a una pequeña niña de 7 años balanceándose lentamente en un columpio de madera que estaba atado a la rama de un enorme árbol. La niña veía desinteresadamente como la punta de sus zapatos negros de charol apenas rozaban el suelo. Sentí una punzada en el estomago. Sabia lo que vendría a continuación. Una hoja color rojo que se iba destiñendo cayó sobre el vestido azul, aquel vestido azul que tanto le gustaba. La niña recogió la hoja de su regazo con sus pequeños dedos y la observo detenidamente, entonces escucho un ruido a lo lejos. El ruido que producían las hojas secas al ser aplastadas. Volvió su vista al frente y se encontró con un señor de mediana edad con cabello rubio y traje de oficial.
La imagen se detuvo. Como si fuese una película y alguien hubiese presionado el botón de pausa. Sabia lo que seguiría, el como la vida de esa niña iba a cambiar tan rotundamente, pero a pesar de eso quería seguir viendo. No entendía porque se había detenido. Entonces la imagen se empezó a alejar dejándome nuevamente en aquel abismo negro. A lo lejos veía como esa imagen se prendía en fuego y se deshacía lentamente.
Nuevos colores empezaron a aparecer lentamente para, igual que la ultima vez, luego aparecer a una velocidad mayor hasta formar una imagen apenas reconocible por la falta de enfoque.
Me acerqué a ella y lo único que vi fue una habitación blanca. Entonces apareció una puerta color verde como si de una ilusión se tratase. Un sofá marrón con una adolescente de 15 años que yacía en el, apareció a continuación. Lo ultimo que vi aparecer fue una cama de hospital, con una señora joven, de 41 años, que lucia de 70, monitoreada a través de las diversas maquinas que estaban conectadas a su frágil cuerpo.
Las lagrimas comenzaron a juntarse rápidamente en mis ojos. Súbitamente comenzaron a escurrirse por mis mejillas a falta de espacio para almacenarse en mis ojos. Entonces sucedió. El incesante piiiiiiiiiiiii que marcaba la pérdida de una vida se había hecho presente en la habitación. Aquella chica que yacía en el sofá se levanto sobresaltada. La imagen comenzó a desenfocarse en el momento en el que se escucho un grito desgarrador de dolor. Todo volvió a ser negro.Abrí los ojos y me levante con la respiración agitada, lagrimas que parecían no tener fin corrían por mis mejillas hasta caer en las sabanas blancas de mi cama.
Un incesante bip bip hizo que brincara de la cama despavorida. Me costo un par de segundos darme cuenta que era la alarma de mi despertador.
Lunes otra vez. Sufrimiento otra vez.
Apague la alarma y me dirigí al baño a tomar una relajante ducha de agua caliente con la esperanza de tranquilizarme por aquel sueño, mas bien pesadilla, que había tenido hacia un par de minutos.Antes de lo que yo hubiera querido ya me encontraba cruzando la línea invisible entre el martirio mas grande de mi vida y la libertad. ¿Adivinen a que lado iba a cruzar? Así es, al martirio.
Una voz tan conocida para mí grito mi nombre a lo lejos. Voltee y ahí se encontraba un rubio corriendo por el pasillo que de a poco se iba atestando de gente. Se detuvo frente a mi encorvando su espalda hasta que sus manos tocaron sus rodillas intentando conservar un poco de oxígeno en los pulmones. Tratando de apaciguar su respiración el rubio dio una gran bocanada de aire para después mostrarme una atractiva sonrisa."Gracias por esperar."
"Alguna vez te has puesto a pensar que tu condición física no es la mejor." Dije entre leves carcajadas.
"Lo sé, tengo que empezar a ejercitarme o un día me dará un paro cardiaco."
Ambos caminamos hasta mi casillero y después al de él.
La campana sonó anunciando el comienzo de las clases, justo cuando Luke y yo nos encontrábamos cruzando el umbral de la puerta hacia el salón de calculo.Cada clase que pasaba se me hacia tan eterna como la anterior.
Gran día para que mi cerebro se fuera de vacaciones y sin avisar previamente.
El profesor de física explicaba no se que de no se cual que hacia un no se que, cuando la campana que nos llamaba a la libertad comenzó a sonar.
Me levante rápidamente de mi asiento guardando mis cosas apresuradamente, hoy tenía que llegar temprano al restaurante donde trabajo con Nanette.
Iba saliendo del salón como alma que lleva el diablo y de repente me encontraba en el suelo y con un tobillo adolorido.
Había tropezado con la punta de un tacón color fucsia.
Oh no.
Levante mi mirada hasta llegar a una falda de tubo color rosa pálido para después seguir por una blusa blanca hasta llegar a unos ojos verdes y cabellera rubia.
Hoy no quería problemas, me levante y sin mirar a donde se encontraba aquel trio de golfas seguí con mi camino ignorando los gritos desesperados de Meredith y también los de Luke.
Le mande un mensaje lo más rápido que pude a Nanette.
"Creo que voy un poco tarde, ¿me cubres?"
A los dos minutos obtuve respuesta.
"Claro, pero... ¿dónde estas?"
Baje las escaleras del edificio a toda prisa y antes de darme cuenta ya me encontraba cruzando aquel hermoso parque.
"Saliendo de la escuela"
Pasaron 5 minutos y Nanette no me contestaba, eso me preocupaba. ¿Será que el jefe llego antes de lo previsto y le logro sonsacar toda la verdad a Nanette? ¿Y si me despiden? Necesito ese trabajo. No me darán mi herencia hasta dentro de 2 años y necesitaba vivir de algo y no solo de las cuentas de banco que mi tía había sacado a mi nombre en las cuales había depositado varios miles de dólares.
Corrí como si mi vida dependiera de ello, ¿pero que estoy diciendo? Claro que depende de ello.
Divise a lo lejos de la calle aquel viejo restaurante y acelere el paso. Me dirigía a una velocidad sorprendente hacia la puerta de cristal que no logre derrapar a tiempo y me estrelle contra ella. Mi mejilla derecha se quedo pegada al cristal y sentí como la gravedad me atraía hacia el piso lentamente dejando marcada mi mejilla a lo largo del cristal. Cuando había tocado tierra firme la puerta se abrió y vi a Nanette parada enfrente de mi."¿Qué hiciste? Acababa de limpiar el cristal."
"Gracias, estoy bien." Dije con un muy marcado sarcasmo. Me levante y sacudí la tierra de mis jeans.
"Ya se que estas bien." Dijo a manera de burla. "Ve a cambiarte, el jefe no tarda en venir."
Haciendo caso a Nanette me adentre en lo mas profundo del restaurante hasta llegar a los vestidores. Cuando ya estaba lista y salí de aquel lugar con olor a encerrado fui con Nanette quien estaba acomodando las mesas.
Otro asqueroso y aburrido día paso. Y lo peor del caso es que ni mi conciencia ni la otra Trinity, si acaso fue real, estuvieron ahí para entretenerme un rato.
Abrí con dificultad la puerta de mi apartamento y me adentre en el. Esta ves había salido temprano del restaurante y pude pasar a una tienda a comprar una nueva bombilla. Cuando la luz al fin reinaba en el pequeño salón y comedor del apartamento escuche algo. Parecía venir de algún lado de mi cabeza pero después ya no escuche nada.
"Imaginaciones tuyas Trinity."
Una ves que había logrado terminar todos los deberes de la escuela pude irme a mi habitación para dormir.
"Buenas noches otra Trinity." Dije con la esperanza de averiguar si fue real.
«Buenas noches.» Sabía que no fue un sueño.
Sin darme cuenta ya me encontraba siendo arrullada en los brazos de Morfeo.
••••••
AQUIE ESTA EL CAP NUMERO 8, YA SE QUE ME TARDE MUCHO PERO AQUI ESTA.
COMENTEN Y VOTEN SI LES GUSTO.
LOS QUIERO :)
-Dani♡
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Espejismos [Pausada]
Teen FictionAntes, la belleza solía basarse en el color de piel. Hoy, la belleza se pesa. "Si eres mujer, entre más pequeño sea el número que marca la balanza, más bella serás". Trinity Price, una chica de 17 años, siente la necesidad de ser bella, de ser acept...