Caliburn

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Bell: -mirando con determinación- ¡Bien! ¡Hoy será el día que empiece mi camino para ser un héroe! -mirando al techo- ¡Te haré sentir orgullosa mamá! -sacando el mapa- tengo que encontrar de cualquier modo la espada sagrada clavada en una piedra
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Narrador

Mientras Bell se adentraba a la Dungeon en busca de la espada sagrada, Oberon estaba iniciando su misión suicida.

Oberon había llegado a una gran puerta con muchos sellos mágicos que impedían la entrada, aunque el rey de las hadas rompió cada uno de ellos con suma facilidad y abrió la puerta.

Oberon: -suspirando- Terminó lo más fácil, lo difícil comienza ahora

Oberon abrió la puerta y cruzo sin pensarlo dos veces, al entrar una inmensa luz lo cegó por uno breves segundos, pero cuando Oberon recuperó la vista, ante el estaba un hermoso jardín que se podría llamar un paraíso.

Oberon: -buscando con la vista- ¿Dónde estará?

Cómo si el lugar respondiera a su pregunta, montones de pétalos de distintas flores comenzaron a aremolinarse en círculos, dónde poco a poco se revelaba la figura de una mujer

¿?: Ara ara ¡Cuánto tiempo sin verte Oberon! ¿Pero que te trae mi jardín?

Oberon solo pudo sonreír forzadamente al ver a la mujer por la cual había venido.

Oberon: Casi un milenio Merlín, muy poco tiempo ¿No lo crees?
Merlin: Jajaja que divertido eres Oberon -pegandole en la espalda a Oberon- al parecer estar cerca de la muerte hizo que recuperarás algo de buen humor y bueno que te trajo hacía mí, teniendo en cuenta que viniste y rompiste el sello que me tenía cautiva, estoy segura que no fue solo una visita social o -sonrojandose- por fin decidiste unirte en cuerpo y lujuria conmigo
Oberon: -suspirando- Creeme que tengo mejores opciones que hacerlo contigo Merlin, además mi fidelidad en todos los aspectos le pertenece a alguien más
Merlin: -suspirando- Titania la Reina de las hadas, una lastima como fue su final, incluso yo sentí tristeza al precenciarlo
Oberon: No hay día en que no piense en ella, aunque nuestro reencuentro está cerca... espera -dandose cuánta de una cosa- A ti ya te habían sellado ¿Cómo sabes lo que le pasó a Titania?
Merlin: Oh mi dulce Oberon ¿Te has olvidado de mí clarividencia? Puedo ver el presente de todo ese mundo
Oberon: Entonces sabes a lo que he venido
Merlin: Quieres que entré al niño para que sea capaz de utilizar Caliburn, pero me niego, no quiero interferir con el destino de los humanos, además nunca fuiste bueno para visitar a la buena de Merlin Onee Sama, ni cuando fue sellada, ni cuando los dioses te maldijieron, ni cuando murió Titania, ni siquiera Vivian vino a verme
Oberon: Realmente te necesito, necesito qué guíes al niño para el mal que se avecina
Merlin: Mmmmmm, me tientas, me tientas
Oberon: (Es un todo o nada, tendré que hacer esto) -haciendo ojitos- ¿Por favor?
Merlin: Oh Oberon su me ves así harás que me mojé...-suspirando- lo haré con algunas condiciones
Oberon: -sudando nerviosamente- ¿Cuáles serían Merlin Onee Sama?

Oberon solo pudo estremecerse al ver el brillo en los ojos de Merlin, pero estaba dispuesto hacer lo que pudiera para aumentar las posibilidades de que las personas del Genkai sobrevivieran a la tempestad que el calabozo estaba creando a partir de su ser.
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Con Bell

La travesía de Bell en el calabozo, fue relativamente sencilla, gracias a la guía que Alfia le hizo y su habilidad los monstruos de los primeros pisos no representaron muchos problemas, todos excepto uno.

¿Está mal enamorarme de una reina?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora