Elmal, el guardia fiel

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Viendo la gran oscuridad que amenazaba la existencia, Orlanth, Padre de las Tormentas, entendió que era el momento de rehacer el mundo antes de que fuera consuido. Escogió de entre los dioses muchos compañeros que lo ayudarían en la tarea, pero dejó atrás al más leal de sus siervos, Elmal, Dios del Sol, glorioso entre los guerreros, quien se sintió angustiado por la decisión de su rey.

—¿Por qué me castigas de esta forma, señor? Te he servido lealmente y siempre he estado a tu lado en cada desafío que has enfrentado. ¿Qué he hecho para perder tu confianza?

—No te desprecio, sino todo lo contrario. Es a ti a quien confío la tarea más importante de todas: la protección de mi tribu mientras estoy lejos de mi hogar.

Ambos dioses intercambiaron escudos en señal de confianza antes de la partida y el fiel guardián se plantó con firmeza ante las puertas de la aldea, lanza en mano y mirada atenta. Muchas criaturas del Caos vinieron, pero Elmal se enfrentó a todas ellas y nunca se apartó de su gente.

Primero vino el Devorador de Pieles, una masa de sombras y dientes que aullaba como una jauría de lobos, cantando una sinfonía de cuchillas que hacía sangrar a todo el que la oía. La batalla duró toda la noche, hierro, fuego y sangre, hasta que Elmal pisó con fuerza, ignorando las heridas que se formaban en su piel, y clavó su lanza contra los ojos de la criatura para después tomarla con sus manos y arrojarla al cielo, donde el amanecer deshizo sus tinieblas. Cuando estuvo seguro de que el Devorador de Pieles estaba muerto, Elmal se desplomó en pedazos ante la mirada de la tribu.

"¡Nuestro guardián ha caído! ¡Estamos solos!" gritó la gente y hubo incontables lamentos y rasgadura de ropas. El pueblo lloró la pérdida de su héroe durante toda la noche, pero al llegar el día, descubrieron que Elmal había logrado unir sus partes y brillaba de nuevo, pues era leal y no abandonaría su puesto.

Entonces apareció ante el pueblo el Autor de los Dolores, una criatura con cuerpo de oso y más de mil cabezas de las cuales nacían toda clase de pensamientos maliciosos. La batalla fue feroz, incluso más que la anterior, pero el defensor hizo buen uso del escudo que le había dado su señor para protegerse. Bloqueó uno tras otro los embates de su enemigo y cortó sus piernas a la primera oportunidad, pero el Autor de los Dolores mordió el cráneo de Elmal mil veces antes de morir desangrado. A pesar de su victoria, del guardián solo quedaron pedazos sobre la tierra mientras caía la noche.

"¡Estamos perdidos! ¡No hay quien nos proteja!" lloró la tribu, crujiendo los dientes y agitando los brazos al aire. Pero la mañana llegó y nuevamente estaba Elmal frente a la puerta, la lanza llameante y el escudo de tormentas sujetos con determinación, pues era fiel y tenía una tarea que cumplir.

Finalmente, llegó a la aldea el Destructor de las Cosechas, drenando la vida de todo cuanto le rodeaba, amenazando al pueblo con garras de hambre y miseria. Trató de matar a Elmal atacando su energía vital, retorciendo las entrañas del defensor con furia para que olvidara su deber ante la gente, pero Elmal se mantuvo en pie por la fuerza de su voluntad incluso mientras sus órganos explotaban, irradiando la tierra con el brillo de su rostro hasta que el Destructor de las Cosechas se evaporó. Cuando estuvo seguro de que el enemigo había desaparecido, cayó una vez más, armadura y miembros desgarrados.

"¿Ahora quién cuidará las puertas? ¿Qué será de nosotros?" se lamentó el pueblo y las fuentes se desbordaron con lágrimas de hombres y mujeres por igual. Pero llegó la mañana y Elmal estaba una vez más frente a las puertas, ojos hacia el horizonte, pues era noble y no defraudaría la confianza de Orlanth.

Una y otra vez atacaron las bestias, una y otra vez triunfó el guardián, rehaciendo su cuerpo destruido cada mañana para cumplir su labor. Viendo esto, los Dioses del Caos se impacientaron. Mientras más fuerte se hacía el amor de Elmal por su pueblo, más ganas tenían de destruir la aldea. Lo que no entendían era que, al concentrar todas sus bestias contra las puertas de la Tribu de las Tormentas, habían convertido a Elmal en el protector de todos los pueblos del mundo.

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⏰ Última actualización: Oct 19, 2022 ⏰

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