യ 05

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La vida no es bella, todos nos vemos destrozados a veces.

— The Veronicas (On Your Side)


— Esto se acabó, Jung Jaehyun...

Lo había dicho, después de haber compartido más de un año juntos, de haber regalado lo mejor de él y a cambio recibir dolor, por fin lo había dicho.

Se sintió horrible en su momento y sigue sintiéndose horrible ahora.

Ha pasado los días ocultándose de la mirada del de ojos negros, escabulléndose con sigilo entre los pasillos y las calles con miedo a encontrarlo. No puede verlo, caería en un segundo.

Su habitación se ha convertido en una muralla fortificada, haciendo oído sordo a las arrolladoras preguntas que su madre libera a cada segundo detrás de la puerta.

"Doyoung, ¿todo bien? ¿Tienes algo que contarme? Sabes que puedes confiar en mí".

La respuesta a todo aquello es un rotundo no. Nada está bien, no quiere contarle a nadie, no puede confiar en nadie, ya no más.

Su corazón se siente más destrozado a cada segundo, los recuerdos de aquellos momentos en los que hubo risas en vez de dolor parecían querer atormentarlo. Porque no podía pensar en las veces que el castaño lo había ignorado, rechazado e incluso humillado frente a otros, él solo podía recordar los momentos juntos, alejados de todos, ocultos. Solo podía recordar sus momentos buenos y era una jodida mierda.

Y es que en verdad quería olvidarlo.

Ya no quería seguir pensando en todo lo bueno que hubo, porque simplemente lo malo superaba aquello.

En la puerta de su casa un chico esperaba paciente a ser recibido, adornando su cara con una sonrisa al observar a la hermosa mujer que lo hizo después de unos segundos.

— Disculpe, busco a Doyoung, ¿se encuentra en casa? — preguntó con cautela, notando la reacción sorprendida que la mujer había ofrecido.

— Sí, está arriba. — pronunció aún con sorpresa, su hijo no compartía muchas palabras con ella, pero estaba segura que un chico tan guapo como el que en este momento la veía, no podía ser otro más que el culpable de aquellos sollozos nocturnos. Sí, ella sabía que su pequeño no gustaba del género opuesto, pero eso no cambiaba que fuera su hijo. — No puedes entrar, mi hijo no querrá verte.

— Oh, pero...

— He dicho que no, ahora vete. No quiero que mi Doyoungie te vea.

— Bueno, podría decirle que vine.

— No.

— Está bien, disculpe las molestias, señora Kim.

Una reverencia del chico fue lo último que pudo ver la mujer, cerrando la puerta un momento después, girando sobre sus pies para dirigirse a la sala, parando en seco al notar a su hijo bajar por las escaleras.

 ¿Quién era? — pregunta con miedo, sintiendo su pecho doler ante la idea de que Jaehyun pudo haber estado detrás de aquella puerta.

— Nadie, cariño.

— Mamá. — exige.

— Solo un chico pelirosa que quería verte.

— ¿Pelirosa? — la duda puede notarse en su voz, remplazando la opresión en su pecho por una ligera confusión.

Sus pies se apresuran a la puerta principal, abriendo esta solo para notar que aquel chico pelirosa que mencionó su madre sigue estando en el pórtico. Una sonrisa es entregada, junto a un pequeño brillo de alegría adornando esos ojos bonitos.

— Hola. — dice. — ¿Cómo has estado?

— ¿Qué haces aquí? — el menor de ambos pregunta.

— Solo vine a ver cómo estás, me importas, Doyoungie.

— ¿Qué dices? Después de haber arruinado mi vida, vienes a decir eso.

— Yo no arruiné tu vida, solo te abrí los ojos.

— Vete, hyung.

— No, Doyoung, tú mereces sonreír de ahora en adelante. He venido a ayudarte con eso.

— ¿Ayudarme con qué?

— Saber olvidar.

Su madre observa atenta cada palabra que comparten los chicos en su puerta, sintiendo un nudo en la garganta al ver a su único hijo ser consolado por los brazos del mayor. Tal vez era verdad y ser madre no era algo en lo que ella era buena.

La habitación del menor ahora se encuentra ocupada por ambos chicos, Doyoung ha aceptado lo que Taeyong vino a ofrecerle. Llevando nota mental a todo lo que el mayor dice, obteniendo su primer lección al momento en que su celular suena.

El nombre que jamás podrá pronunciar luce brillante y peligroso en la pantalla, le toma unos segundos desviar la mirada hacia su acompañante. Taeyong le quita el móvil, desviando la llamada al buzón.

— Primera regla, no contestes sus llamadas.

New rules ★ jaedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora