യ 08

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Necesito dejarlo ir y juro que lo he intentado.
Pero expresarse significa confiar en los demás.

— mxmtoon (Feelings are fatal)


En el transcurso a su casa no pudo encontrar una cosa más interesante que sus pies.

Parpadeaba constantemente intentado alejar las inmensas ganas que tenía de llorar. Aún podía sentir la textura suave de los labios de Jaehyun sobre los suyos, aún podía sentir esas manos grandes sobre su cuerpo. Dios, estaba tan estúpidamente enamorado del castaño que lo único que quería era llegar a su casa y encerrarse en su cuarto para siempre.

Quería olvidarlo, en serio que lo intentó. Todo el pequeño avance, que pudo haber tenido, se fue con ese beso. Le molestaba tanto que Jaehyun supiera cómo retenerlo.

Al llegar a su casa, su madre lo recibió con una sonrisa, una sonrisa que no quiso devolver.

— ¿Cómo te fue hoy? — alcanzó a oír al pasarla de largo.

¿Para qué lo hacía? ¿De qué serviría sonreír con hipocresía?

Él necesitaba tanto desahogarse con alguien, sí. Pero esa persona no sería su madre, porque ella no entendería. Ella solo estaba cuando Doyoung era golpeado sin razón alguna en su antiguo colegio y ponía la estúpida cara de vergüenza al escuchar a las personas decir que su hijo era un sucio marica.

Estaba cuando Doyoung cometía, lo que ella consideraba, errores. Acciones que la avergonzaban.

Entonces. ¿Para qué decirle? ¿Para qué dijera lo vergonzoso y patético que era? ¿Para que dijera que estar enamorado de otro hombre no estaba bien?

— Doyoung, te estoy hablando. — dice con cierto tono herido.

— Pues deja de hacerlo. — obtiene como repuesta.

La puerta se cierra con un gran estruendo, haciendo que su madre intente deshacerse del dolor en el pecho que ella misma buscó. Ahora sólo eso podía tener de su único hijo, lo mismo que ella le ofreció.

— ¿Sí? — se escucha responder al otro lado de la línea, haciendo que en seguida un jadeo se le escape al castaño.

Taeyong hyung, ¿p-podrías venir a mi casa?

— Claro que sí, Doyoungie.

Doyoung no está muy seguro de lo que piensa hacer, sus piernas no han dejado de moverse nerviosamente desde que llamó a su hyung y sus ojos se niegan a abandonar la puerta de su habitación.

El timbre de su casa le dice que su hyung ha llegado y cierra sus ojos por un momento para tranquilizarse y tomar valor. En verdad no sabe si lo que va a hacer servirá de algo, pero se dice que necesita hacerlo.

Taeyong toca la puerta de su cuarto, esperando a que Doyoung le diga que puede entrar. El menor lo hace pasar y no titubea en su decisión. Toma el brazo de su mayor y lo arrastra hacia la cama. Lo sienta en ella, subiéndose a horcajadas sobre sus muslos y tomando su rostro entre sus manos para poder besarlo sin darle oportunidad a negarse.

Los ojos del mayor no pueden ocultar su sorpresa, manteniéndose abiertos de par en par mientras Doyoung intenta hacer que devuelva el beso.

Segundos transcurren sin que el mayor de los dos mueva un solo músculo y entonces, Doyoung deja de moverse también, separándose de Taeyong y liberando un sollozo lastimero antes de aferrarse al cuerpo contrario en un abrazo. Sus brazos se ciernan alrededor del cuello de su hyung y las lágrimas que se habían negado a salir un momento atrás, empiezan a mojar sus mejillas de nuevo.

— L-Lo... lo siento. — murmura sobre el hombro del mayor, sintiendo cómo este enrolla un brazo alrededor de su cintura y una mano acaricia con cariño su cabello pelinegro.

Taeyong suspira antes de hablar, diciéndole al menor que no se preocupe y arrullándolo entre sus brazos para poder calmar sus sollozos. La madre de Doyoung ha tocado la puerta al escuchar a su hijo llorar y Taeyong se ve obligado, por el pelinegro, a decirle que todo está bien y que puede irse.

Una vez Doyoung está más calmado, Taeyong lo hace sentarse en la cama en lugar de sus piernas.

— Dime qué pasó, Doyoungie. ¿Por qué acabas de hacer eso?

— No p-pude, hyung. No puedo olvidarme de él.

— Sabía que no podrías. — responde simple el mayor.

— ¿Qué?

— Doyoung, ¿por qué me besaste? — cambia el tema, haciendo que las mejillas del pelinegro se sonrojen.

— Y-Yo...

— ¿Para olvidarte de él? ¿Quieres usarme como distracción para no pensar en él?

 ¡No! Yo sólo, él... él me besó y yo quería...

— ¿Querías saber si podías sentir la mitad de lo que te hace sentir él?

— Sí... no... ¡Agh! No lo sé.

— Dime, Doyoung, ¿que es lo que realmente sientes por Jaehyun? — pregunta con tono serio, haciéndole saber al menor que pide una respuesta sincera.

— Lo quiero... — murmura bajo como respuesta. — Lo quiero, hyung.

— Entonces, supongo que la tercera regla está fuera — su voz suena decepcionada, pero antes de que un puchero llegue a formarse en los labios del menor por haber defraudado a su hyung, una sonrisa aparece en el rostro de éste, confundiéndolo. — Doyoungie, ¿te gustaría un cambio de look?

New rules ★ jaedo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora