DESDE ESE MOMENTO lo había decidió no había nada peor que el puto roce de una maldita bala. Sentía la sangre caliente salir de su cuerpo a montones y la cosa empeoraba al estar corriendo y cargando el arco y la mochila con la comida que habían encontrado junto a la niña rubia, Sophia.
Se sentía cansada, estaba perdiendo mucha sangre, lo sabía pero no había tiempo de ponerse a hacer un torniquete mientras había gente que quería hacerles daño siguiendolas de muy cerca.
Había hecho que Sophia este enfrente suyo, quería manternla a la vista y, por cualquier motivo, ella podría correr mientras yo le cubría la espalda. Mientras ella esté bien no me importa nada.
—¿SOPHIA DONDE estás?—le dije en un susurro a quien se a convertido en mi amiga en estos pocos tres días.
—Por aquí Haz, encontre un campamento y hay comida—la voz emocionada de la niña llamó mi atención.
—No le se, puede ser peligroso.
—¡Pero Hazel! Solo sacamos un poco y nos vamos, porfis… es que tengo mucha hambre—a eso último lo dijo en un susurro pero logré escucharlo.
Bueno, si solo sácalos un poco de comida y después nos vamos no creo que llegue a pasar nada malo ¿No?.
PERRA ESTÚPIDA muchas cosas podrían salir mal ¡Cómo ahora!.
Cuando senti sus pisadas muy cerca nuestro no me quedo de otra que descolgar el arco y preparar la fecha. No podía segue corriendo y aunque lo idea no me gustaba no me quedaba de otra. Odio está mierda.
Apenas el hombre que debía medir 1,78 y no pasaba de los 39 salió de los arbustos con si arma en mano solté la flecha directo al centro de sus ojos.
Yo nunca falló.
El hombre cayó muerto un segundo después con la mitad de la fecha enterrada en su cráneo. Me di vuelta y mire a Sophie quien me miraba sorprendida y un poco asustada pero para ser sinceros me importaba una mierda el dolor era peor.
—Escucha no quedaba de otra, no puedo seguir corriendo en este estado.
—Esta bien—su voz salió en un susurró.
—Necesitamos salir de este lugar, tenemos que encontrar algún sitio en dónde pueda curarme—dije mientas me hace un torniquete.
—Okey.
CAMINAMOS unos varios minutos en dónde me sentía cada ves peor, no había un sitio y estaba desesperada, no quería morir y menos tenido a esta niña conmigo ¡Ella no se puede quedar sola! Aunque fuera cruel hay que decirlo, ella era débil y los débiles en este mundo mueren.
Cuando ya estaba pensando dejarme caer Sophia, quien iba caminando un poco más adelante, me dijo que había visto algo.
—¿Algo como que?—pregunte con la voz entrecortada.
—Algo como una casa.
Ella me estaba ayudando a metenerme de pie ya que yo sola no podía, juraba que iba a desmayarme en cualquier momento. Rezaba a quien me oyera que esa casa esté vacía pues si allí si encontraba alguien no muy agradable no tenía las fuerzas suficientes como para peliar.
Cuando lleguemos a ese lugar ví autos y para mala mía gente, no mucha pero había.
Sophia se quedó quería mirando uno de los autos, una autocaravana, era blanca, no le di mucha importancia hasta que ví a un hombre encima de ella, ahí me altere.
No veía muy bien por lo lejos que estábamos pero ellos si que nos veían, pude suponer que el señor le dijo a alguien más pues miro para abajo. Es más creo que grito.
Sophia intento correr hasta allí pero no lo permito y eso parecío alterar al hombre que grito algo que no puede escuchar. Tire a la rubia detrás de mi con las pocas fuerzas que me quedaban cuando ví a cuarto hombres con armes y dos mujeres acercarse hasta nosotras.
Una de las mujeres parecía llorar, pero no me importa, le dije a Sophie que no se moviera y aunque no tiene respuesta de si parte sabía que no lo iba a hacer. Parecía en shock pero me ocuparía de eso después.
Me puede recta a pasear del dolor que sentía y preparé mi arco, los hombres se detuvieron a pocos metros de nosotras y nos apuntaron con sus armas. Mientas que una de las mujeres, la rubia, intentaba calamar a la otra y que no se moviera del lugar.
Ya era demaciado tarde para salir corriendo ¡Carajo! Estábamos en un verdadero apretó. Nos superaban en muchos y sin mencionar que ellos tenían armas y yo solos un arco con tres flechas ¡MIERDA, MIERDA Y MAS MIERDA!
—¡Atrás!—grite con todos mis fuerzas e intentado que no saliera ningún gemido de dolor.
—¡ENCERIO CREES QUE ESTAS EN POSICIÓN DE ORDENAR, MOCOSA!—uno de los hombres, este tenía una ballesta, me grito, parecía bastante alterado.
Y la verdad que no, no estaba en posición, pero el que tenga miedo a morir que no nasca.
—¡No la verdad no!¡Pero si se acercan me llevaré a uno de ustedes antes que logres disparar, bastardos!—uno de ellos intento moverse, un chino, así que dirijo mi vista hacia el y lo apunte—¡Cuidado, solo falló cuando quiero!
Esto parecía alterar a todos y les juro que estuvieron a punto de disparar y yo a punto de soltar la fecha, lo hubiera hecho si no es porque la señora que lloraba se soltó y vino corriendo hacia mi gritando una cosa.
—¡SOPHIA!—la mujer venía gritando el nombre de mi amiga.
Ella precio salir del trance al escuchar a la señora. Se levantó y salió corriendo a los brazos de esta.
—¡MAMA!
Madre e hija de encontraron y se abrazaron, me pareció muy linda escena, lo que yo daría por ver a mi mamá una vez más.
—Agh— solté el arco y me agarre la herida. Al verme la mano ví la sangre, dios era un montón.
Vi a Sophie con la mamá y me sentí tranquila, ella ya tenía con quién estar. Este debe ser su grupo.
La ví con una sonrisa y me deje caer.
La último que recuerdo antes de caer inconsciente fue que el chino me tomé en brazos para llevarme a la casa.
Y lo primero que recuerdo antes de levantarme fue la voz de un adolescente quejándose por tener que curarme.
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𝒕𝒉𝒆 𝒅𝒓𝒖𝒈 𝒊𝒏 𝒎𝒆 𝒊𝒔 𝒚𝒐𝒖
FanfictionEn dónde Hazel di Angelo encuentra a una niña perdida en un bosque en medio de un apocalipsis zombie. o En dónde Bastian Greene se enamora de la salvadora de la amiga de su amigó Carl Grimes. _...