"Juegos de ellos" Janna.

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"Juegos de ellos"

Janna. (Jack y Anna)

Anna Pov's:

- ¡Elsa! ¿Que te pasó? - Le pregunté al verla.

La habíamos estado esperando, ya que nos juntabamos en mi casa.

Tocaron la puerta y fuí a abrir para verla con sus ojos notablemente, cansados de llorar, y Hiccup a su lado.

- Estoy bien, Anna. - Me sonrió, con una sonrisa que hacía bastante que no veía en ella.

- ¿Estas segura? - Le preguntó Mer preocupada.

Elsa, demostró una felicidad, pero no de esas las cuales no eran reales, y las cuales solo las demastraba para verce fuerte. Era una sonrisa diferente, noté que estaba rara, pero no con su tristesa por Pitch y sin ganas de no hacer nada, si no que esta vez, sonreía particularmente con una sonrisa distinta, feliz.

- Ven...- Punzi la llevó al baño.

Miré a Hiccup, el cual miraba preocupado como se iba a Elsa.

- ¿Que pasó? - Le pregunté haciendo que me mirara.

- Pues, estaba llorando por el chico, y la escontré. - Me explicó.

¿Como es que Elsa lloraba por el idiota de Pitch y ahora está tan feliz?
Estoy segura de que esto tiene algo que ver con Hiccup. ¿Él la abría ayudado? Como sea, él logró una felicidad particular en Elsa, y era el mejor por lograr aquello.

- Gracias. - Sonreí.

Hiccup me alzó una ceja y se asustó al sentir un fuerte abrazo de Mer.

Me eche a reir.

- ¡Eres el mejor del mundo! ¡Del universo entero! ¡Haddock! ¡Eres el mejor! - Le gritó Mer, lo soltó contenta y volvió con Elsa.

Estaba segura de que ella había notado lo mismo que yo.

Miré a Hiccup.

- ¿Tanto por traer a su amiga sana y salva? - Alzó una ceja.

- Mucho mas que eso. - Sonreí.

Hiccup me miró confundido.

Luego de todo Hiccup se fué, despidiendoce tiernamente de Elsa con un beso en la mejilla. Con las chicas sonreímos de oreja a oreja.

No cargaríamos a Elsa con Haddock, ya que posiblemente nos diga que nos equivocamos, aunque visiblemente no es verdad.

...

Por la noche...

- Te odio. - Me cruzé de brazos.

¿Porque tenía que ser vecina del albino?

- Te extrañe. - Sonrió con su sonrisa seductora.

Era mi estúpido niñero cada vez que mis padres salian a cenar con los de él.

- Yo no. - Fruncí el ceño.

Frost, fué directo hacia su cosina ya que era su casa. La última vez nos quedamos en mi casa ya que yo le obligué. Ahora le tocaba a él elegir.

Le seguí y noté que llamó por celular para encargar la cena.

...

- Oye, albino. - Me burlé.

- ¿Si? Peliroja teñida. - Puntualizó.

Le fulminé con la mirada.

- Te odio. - Me quejé.

- Yo te amo. - Me miró seductoramente volteandoce en el sillón hacia mí.

- Yo te odio. -

- ¿Estas segura? - Preguntó Jack.

Acentí haciendo una estúpida mueca.

- No te hablaré.- Jugó.

- Hacé lo que quieras.-

Él idiota, como acordó, no me habló.Toda la novela que le obligué a poner estuvo en un silencioso clima.

Cuando terminó el albino apagó la televisión muy aburrido y caminó hasta arriba.

- ¿Donde duermo? -

Maldito. Me ignoró y subió hasta arriba.

Corrí hasta las escaleras y subí enfadada.

-¡Frost! - Grité.

El albino se asomó por la puerta de su hacitación. Mierda, estaba sin camisa y se veía guapo.

Fruncí el ceño intentando ignorar su musculoso pecho.

- ¿¡Que no me vas a hablar!? - Grité.

El ojiazul negó con la cabeza.

- ¡Deja de ser tan infantil! -

Él, entró a su habitación y yo le seguí enfadada.

- Me voy a quedar aquí hasta que hables, sin dejarte dormir. - Solté mi sonrisa malvada.

Él se sentó al lado de la cama, en donde estaba yo y se quedó ahí. Ya era un ambiente de silencio raro.

- ¿Se supone que te tengo que pedir perdón? -

Él negó con la cabeza.

- ¿Y que rayos quieres que haga? -

El albino no dió respuesta alguna

...

Maldito Frost. Maldito silencio.

Lo miré lo mas enfadada que pude.

- Escuchame una cosa albino, - Me quejé hacercandome a él con mucho enojo.

- ¡SI NO ME HABLAS...- Mierda.

No sabía que decir. Que estúpida.

- ¡TE VOY A MAT...- Me interrumpió.

Me empujó a la cama y se levantó caminando hasta la puerta sin hablarme.

¿Que es lo que busca? Esto no va a terminar así.

- ¡Oye! - Me quejé y lo seguí.

Él se detuvo y se quedó voltiado.

- ¿Quieres que me ponga de rodillas o...- Me interrumpieron de repente...

Pero esta vez, sus frios labios los cuales se posicionaron en mí en un segundo que él se dió vuelta.

Me acorraló contra la pared y me besó tan apacionadamente. Y yo, solo seguí el beso.

¿Como es que estoy besando al idiota de mi vecino?

Yo ni sé. Pero me encanta.

Maldito su estúpido juego.

¿Me gusta el albino? Me gusta el albino.

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