Draco Black y el Prisionero de Nurmengard (#6)

Capítulo 4: Colovaria

Se escucharon murmullos por un largo momento después de que el sombrero gritó Ravenclaw. Después dos personas bajitas se pusieron de pie de un brinco, lo cual fue visible ya que nadie más se había levantado: Luna, frente a Draco y Flitwick detrás de él. "¡Bienvenido a Ravenclaw, señor Black!" Flitwick le comentó con alegría.

Draco giró para ofrecerle una de las sonrisas más agradecidas en su vida, antes de correr y abalanzarse a los brazos de su prima.

Después de un minuto, la mayoría de Ravenclaw se unió de forma poco entusiasta. Después la mayoría de los integrantes del ED se unieron, aunque Draco podía imaginar la consternación de Harry. Draco estaría molesto también, si tal vez Gryffindor hubiera sido una posibilidad para el maldito sombrero.

El resto de la Selección pasó desapercibida para Draco. Luna acarició su cabello, dejando que recargara su cabeza en su hombro. Cerró sus ojos, hasta que la curiosidad lo hizo mirar en la dirección a Gryffindor. Estaba decidido a pretender que Slytherin no existía.

Pasando a los Hufflepuffs, Harry lo miraba, claramente celoso- no era una sorpresa- mientras que los demás observaban la ceremonia de selección. Draco le ofreció una sonrisa avergonzada, después hizo un rápido movimiento de su cabeza en dirección a Hermione. Harry lució molesto pero llamó su atención. Su amiga era quien había tomado el tiempo.

Hermione le sonrió, haciendo un valiente esfuerzo por lucir feliz por él. Cuidadosamente levantó sus manos para mostrarlas completas y después tres dedos. Trece minutos. Un hatstall propio, pero nada parecido a media hora. Draco se dejó caer con alivio, cuando Dumbledore los invitó a participar en el banquete.

Draco no pasó mucho tiempo mirando la mesa alta. Tenía la mala costumbre de asumir que los profesores hablaban sobre él- claramente falso, incluso si Severus estaba en una intensa conferencia con Flitwick y McGonagall. Por la mayor parte, recurrió a Luna como un recurso, mientras ella enlistaba los nombres de todo Ravenclaw. Los conocía a todos, incluso si ninguno de ellos había sido particularmente amable con ella. Esa era una de las dificultades de entrar a esa casa, además de la reputación que lo precedía. Esa casa no había sido el hogar más amable con su prima.

Cuando Dumbledore se levantó, todos guardaron silencio ante la vista de su mano ennegrecida. Draco apretó la mano inmaculada de Luna, que lucía angustiada. "Él es Dumbledore, estará bien" mintió.

El discurso por sí mismo no fue nada excepcional, además de las noticias de que Severus se haría cargo del puesto de Defensa. Draco intentó no sonreír ante el gesto perezoso y la sonrisa de triunfo de Severus. Recordaba haber aplaudido en la línea azul, pero sabía que era mejor no mostrar afecto ahora. Aún así, en su mente, no pudo evitar sentirse orgulloso.

Esperó que Severus estuviera orgulloso de él. Si no podía estar en Slytherin, sería Ravenclaw la casa que Severus querría ¿cierto? Comparado a las otras dos opciones...

"Ahora, como todos en este comedor saben, Lord Voldemort y sus seguidores una vez más están sueltos y aumentando en fuerza" dijo Dumbledore, terminando con el furor sobre la nueva designación de Severus. "No puedo enfatizar lo suficiente lo peligroso que la situación actual es y todo el cuidado que nosotros en Hogwarts pondremos para asegurar que se mantengan a salvo. Las fortificaciones del castillo han sido aumentadas durante el verano, estamos protegidos de formas nuevas y más poderosas, pero aún así debemos guardar los escrúpulos contra el descuido por parte de cualquier estudiante o miembro del personal"

Descuido, dijo Dumbledore, como si todos dentro de Hogwarts fueran impecables cuando se trataba de intenciones.

Draco no pudo resistir el impulso de mirar a Theo cuando Dumbledore aludió, aunque indirectamente, a las fuerzas oscuras que intentaban ingresar a Hogwarts, a pesar de las promesas de Severus. Pero Theo solo estaba escuchando y si sus ojos no hubieran estado tan ojerosos, su rostro habría tenido la misma expresión calmada e inteligente como si su padre estuviera a salvo en su casa, mandando recomendaciones de libros y sake...