El Cantar de Hadoroe

🦋 Humanova🐍

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     ¹ Estamos vivos, la primera generación se alzaba sobre la tierra, El creador de la vida convivía con nosotros en un mundo unificado por los instintos

     ²  Conforme a su tiempo, la hermana estaba poblada de todos aquellos inmortales, dotados de fertilidad.

     ³ —¡Esto es bueno!— dijo Luxathan, contemplando su obra magnífica al principio.

     ⁴ El Sol, vía en los mortales enorme diferencia de los aures. Pues tan distinto a ellos, los hombres de agua tenía cuerpo, a diferencia de los hombres de fuego, estos hermanos eran débiles y vulnerables, a lo cual, Luxathan le ordenó al cielo:

     ⁵ —¡Ustedes, habitantes de otro reino! Ordeno a la corte de los Santos y a los aures del Alba, la obligación de adorar la viva imagen de su Nuon en el hombre. Yo, Al ser hijo del que todo lo permite y prohibe; ordeno que cada ser espiritual deberá velar por el bien de los mortales.

     ⁶ Los aures no dudaron en aceptar los términos de su Nuon, mas, antes dicha presunción, hubieron algunos que no se veían complacidos.

     ⁷ —¡El hombre será nuestro mayor orgullo! —dijeron todos los seres sin cuerpo en una misma voz.

     ⁸ Albura es una zona de Gloria infinita, el concepto subjetivo de un paraíso detrás de la muerte, en el qué; mas allá de los reinos, existía un lugar apartado del origen y la creación.

     ⁹ En una zona olvidada, el enemigo, superior a cualquier deidad, se fijaba oyente en la vida y el sol, quien pensaba que era un ser puro y completo como su padre; sin tomar en cuenta que la vida que representaba, era la de un alma viviente.

     ¹⁰ Él aún siendo consciente, ignoraba que el fuego tarde o temprano se extingue, su vanagloria ignoraba que la luz no se aparta de la sombra, ignoraba que el destino del día es darle paso al frío de la noche, ignoraba que la muerte espera la caída de los inmortales, pues todo era a causa de que la muerte no había regresado de su escondite, y su nombre era tan desconocido como la vejez y la enfermedad y la debilidad.

     ¹¹ «Lloro por mis almas desnudas, aquellas tan llenas de espíritu, aquellas dotadas de razón, aquella valiosas y amadas por los pilares, queridos por el sueño del hombre, resguardadas de mis manos están.» Escuchaba Luxathan.

     ¹² Ajeno a sus dominios, más allá del primer cielo, estaban presentes los ángeles de cada reino, que veían al hombre con admiración, algunos con cierta curiosidad y otros con celos.

     ¹³ En tronos de distintas luces, estaban sentados los hombres del fundamento, los Santos que representaban la ley del Altísimo. Sentados bajo los talones del Todopoderoso, quienes orgullosos de la vida, celebraron con dicha la creación de un nuevo cielo bajo sus pies, celebración que duró y sigue durando en la historia.

     ¹⁴ Entre todos los Santos, por debajo de Aquél que permite, estaba aquél tan temidos como amado por la corte, aquel que se sienta en dos tronos en el mismo cielo, aquel que representa dos extremos opuestos de un mismo fundamento; estaba quién sería el más relevante de la corte de Nonuon, El Rey de oro, un Santo de niveles superiores, que demuestra ser superior al tratar a todos cómo iguales a él, qué al igual que todos, miraba con gracia a los mortales en la tierra, tan débiles y desprotegidos.

     ¹⁵ En sus hombros, yace la orden de abrir las alas de la muerte, quien con paciencia esperaba el momento y la hora apropiada. Esperaba el gran día de su descenso al mundo terrenal, esperaba paciente, sereno y confiado, cuyo rostro no mostraba sentimiento alguno, salvo aquella expresión de saber lo que está haciendo, y al mismo tiempo aquella expresión de tener algo en mente.

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