Ogygia (Supercorp/WonderReign AU)

Epílogo

Luego de los acontecimientos del día anterior, el sol por fin salía desde el este y Sam, Diana, Kara, Lena e Imra lo veían desde la cubierta del yate, las cinco chicas se habían despertado bastante temprano, las ansias por volver a Atenas las había tenido a todas dando vueltas en la cama por la noche, bueno, al menos esa había sido la razón para Kara, Lena e Imra... para Sam y Diana la razón de dar vueltas en la cama era muy distinta.

—Por fin volveremos a casa —suspiró Sam, tenía tantas ganas de ver a sus amigos y contarles todo lo que había vivido y también decirles sobre cómo había logrado controlar su ira gracias a Diana y a Kara.

—Yo también estoy ansiosa por volver, cariño —dijo Diana a Sam acariciándole la mejilla y viéndola a los ojos. La pelinegra tenía un plan infalible, algo que había tardado mucho tiempo en hacer, pero era hora de que lo hiciera y esperaba que Sam se pusiera feliz con lo que tenía planeado.

—En ese caso ya somos tres —mencionó Imra—. Estoy deseando llegar a mi casa y darme un buen baño de burbujas, sin ofender, pero sería buena idea decirle a este amigo de ustedes que ponga una bañera o un jacuzzi en este yate... porque realmente le hace falta.

—¿Falta mucho? —preguntó Kara a su media hermana mientras abrazaba a Lena por la espalda para luego dejar un cariñoso beso en su hombro.

—No mucho, en menos de dos horas podremos ver Atenas en todo su esplendor.

—En ese caso creo que deberíamos bajar para alistar nuestras cosas y empezar a bajarlas en cuanto lleguemos al puerto —aconsejo Lena sabiamente, sin duda alguna era toda una hija de Atenea.

Las cuatro mujeres asintieron y junto a Lena bajaron a sus respectivas habitaciones, empezaron a guardar sus cosas y a alistar todo lo que tenían, mientras Kara hacía lo propio en su habitación, observó como en su mesita de noche estaba aún aquella carta sin abrir que le había dado Gayle y que era de parte de su padre Zeus, la rubia se debatió entre abrirla o no, hasta que su curiosidad le pudo y terminó por hacerlo.

"Querida Kara:

Han pasado veintiséis años desde la última vez que te vi, ya que si piensas que no asistí a tu nacimiento te equivocas, estuve ahí para verte nacer y también para verte abrir tus ojos por primera vez. Sé que tienes muchas preguntas, pero la principal y la que vengo a responderte en esta carta es la siguiente; sé que seguramente te preguntas el porqué no me quede contigo y tu madre, la respuesta es simple, me había enamorado de tu madre profundamente, al punto de descuidar mis deberes como Dios del Olimpo, juro que mi mayor deseo era quedarme con tu madre y contigo, verte crecer y cuidarte de todo mal que intentara dañarte, pero no pude, incluso Hera se opuso por completo a esto y si has leído los libros de historia, sabrás que cuando se le mete algo entre ceja y ceja no hay fuerza en este mundo que la haga cambiar de opinión y lo menos que quería era que te hiciera daño. La mejor forma de protegerte y espero esto se lo haya dicho tu madre, era alejarte de lo que eras y ocultarte la verdad, al menos hasta que pudieras defenderte por ti misma, por esa razón nunca pude verte, sin embargo, no significa que no haya mandado a vigilarte todo este tiempo... siempre vele por ti. Espero que con la inminente llegada de tu cruzada puedas aprender todo junto a Diana, deseo de corazón, que mis únicas y dos últimas hijas se lleven bien y que logren ser reconocidas como las más grandes héroes que la tierra haya visto jamás.

Con amor, Zeus."

Kara dejó la carta de nuevo en el sobre y se sentó en la cama. Definitivamente, no entendía a los dioses, pero estaba satisfecha de que por lo menos su padre siempre había cuidado de ella. Por fin, ese capítulo de su vida podría ser cerrado para siempre.

✨✨✨✨✨✨

¡Por fin habían llegado a Atenas!, todos los amigos de las chicas estaban ahí esperando por ellas, Brainy, Nia, Barry, Kelly, Alex y Gayle, también había otros dos chicos que Kara no pudo reconocer, pero supuso eran semidioses al igual que ellas. Al llegar al puerto y anclar el yate, las primeras en bajar fueron Diana y Sam, quienes inmediatamente fueron abrazadas por todos, luego bajaron Kara, Lena e Imra. Alex estrechó a todas en el abrazo y se sonrieron.