I'll be your house

Capítulo 4.

Jongin me consiguió una entrevista en una editorial que apenas estaba iniciando, pero para mí eso ya significaba una pequeña esperanza, pues todas las postulaciones que habíamos hecho durante tres meses no habían dado frutos. Cuando le comenté a Baekhyun se mostró preocupado en un principio, sin embargo, fue muy comprensivo conmigo y hasta me ayudó a elegir un vestuario que me hiciera ver presentable. Tenía la cita a las cuatro de la tarde con el dueño de la editorial y eso me tenía muy nervioso, lo único que me hizo sentir más calmado fue la dedicación que Baekhyun tuvo con mi apariencia, incluso me recortó un poco el cabello porque me lo había dejado crecer bastante y él pensaba que me daba una imagen descuidada, incluso andrajosa.

Baekhyun me acompañó hasta el edificio de la editorial. No era muy grande, pero se sentía muy cómodo y los colores marrones del interior le daban un aspecto más privado. Estuvimos en la sala de espera por varios minutos porque habíamos llegado muy temprano. Mi corazón no dejaba de temblar y él pudo notar mi nerviosismo. Se inclinó un poco y me miró, tomó mi mano con discreción y me sonrió dejándome un poco alarmado y confundido, ya que él era quien solía evitar este tipo de situaciones temiendo por la opinión ajena. Cuando alguien más entró a la habitación alejó su mano rápidamente, como si el simple toque quemara. Baekhyun era muy valiente para muchas cosas, excepto esta, y todo debido a su familia quien le hizo sentir rechazado. De repente la secretaria me llamó, pero no la escuché de inmediato.

—Te llaman, Chan —dijo Baekhyun sacándome de mi ensimismamiento—. Lo harás bien.

Sentí la boca seca, así que solamente asentí y me dirigí hacia la puerta que la secretaria había abierto. Era una oficina amplia, pero no se sentía abismal. La luz del sol intentaba mezclarse con las cortinas, intentando atravesarlas, pero eran demasiado gruesas. Ahí apoyado en el escritorio se encontraba un hombre joven de cabello negro, su nombre era Zhang Yixing, el dueño de 21PV Editorial. Me indicó que me acercara y se sentó frente a mí en uno de los sofás de piel sintética. Nos saludamos con formalidad y empezó a leer unos papeles que tenía en una carpeta, apenas les dio una mirada por breves segundos antes de dejarlos en la mesa del centro y sus ojos se dirigieron a mí. Me sentí tenso al principio, pero su mirada no era juiciosa, sino una que mostraba gentileza.

—Me leí tu currículum y es interesante, pero quiero saber una cosa... —Cuando dijo eso sentí que estaba por ahogarme con mi propia saliva, pero simplemente asentí—. ¿Cuánto tiempo has estado buscando empleo?

—Unos tres meses aproximadamente —respondí algo avergonzado, solo vi sus cejas arquearse mientras comenzaba a escribir en su cuaderno, pero no supe interpretarlo.

—¿Realizaste muchas entrevistas entonces? —Me mordí el labio sin mirarlo, pensé en mentir pero yo solía pensar en lo correcto.

—No, ni siquiera me llamaron. —Dejó su espalda reposar en el sofá y cruzó las piernas como si estuviera un poco más relajado—. Creo que ya debe suponer el motivo.

—¿Tu condición es desde la gestación? —preguntó dejándome un poco confundido, ¿realmente era muy importante saberlo?

—No, tuve un accidente hace un par de años —dije no queriendo recordarlo porque me lastimaba.

—Veo que desde entonces no buscaste otro empleo, ¿puedo saber por qué? —Me miró justo después de terminar de escribir en su cuaderno.

A pesar de que era un tipo de pocas palabras sus expresiones le daban una apariencia muy agradable y serena, como si nada lo perturbara demasiado. Creí que sería un tipo muy serio y difícil de tratar, pues Jongin me hizo sentir que él era una persona así, pero conforme estábamos hablando me sentía un poco más tranquilo.

—No tuve una buena temporada después del accidente. Sinceramente, sentí que no sería capaz de vivir mi vida y me olvidé de mí mismo —decir aquello a alguien que apenas me conocía se sintió un poco gratificante, sabía que mostraba parte de mi fragilidad, pero era algo liberador hablarlo de esa manera—. Luego de un tiempo perdido en la nada me di cuenta de que las cosas a mi alrededor comenzaron a deteriorarse. Todo se veía muy triste y no quería que la tristeza se aferrara a todo, así que me propuse empezar de nuevo. Aunque admito que no creí que sería tan difícil hacerlo...