V. Mi futuro.

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Narra Camilo.

Hoy justo cumplía dos semanas desde que no obtuve marca. Estos últimos días mi madre, mi padre y la abuela han estado muy pendientes de mi. Pero aún les digo que no.

No podré más, si durante dos semanas me costó, no sé si toda la vida. Pero no quiero que lo sepan.

Baje las escaleras como de costumbre, todos estaban abajo. La mayoría descansaba, las tareas en el pueblo se habían acabado y casita estaba ordenada.

Fui a la sala y la abuela veía telenovelas junto con mi madre. Mi padre jugaba fútbol con Antonio afuera, Luisa tomaba una piña colada en la hamaca, por fin la veía descansando y eso me hacía sentir bien.

Los demás no sabía donde estaban, pero no me importaba mucho.

Pase justo por la cocina, que estaba a un lado de la sala y lamentablemente la abuela pudo escucharme del otro lado, aunque no sabía quién era, habló.

— Mirabel, me harías el favor de pasarme mis lentes?

— Soy Camilo, abuela.

— Lo siento mi niño, podrías por favor traerme los lentes que están en la mesa?

— Claro abuela.

Tome aquellos lentes de la mesa y me fui en dirección a la sala, ahí me agradeció.

— Muchas gracias mijo, siento molestarte pero no puedo perderme estas partes de la novela. 

— No hay problema, sigan...

— Antes de que se me olvide, Camilo, ve con Bruno a su habitación. Estamos algo angustiados por el tema de tu futuro... creemos que el puedo ayudarnos.

Me petrifique. ¿Con Bruno?, había logrado evadirlo toda una semana. Después de ese comportamiento extraño... mi yo no quería volver a sentir su presencia.

— Pero abuela... pronto vendrá...

— Sin peros, tu tío te está esperando, anda, tu madre está preocupada.

Voltee a verla y ella no estaba poniendo mucha atención en nuestra plática, más bien estaba concentrada en la telenovela.

Asentí y me fui del lugar.


El cielo comenzaba a nublarse. ¿Eso quiere decir que no vaya?, ¿O que la telenovela tuvo una escena que hizo enojar a mamá?

No sé, pero tengo miedo.

Creo que iré acompañado de alguien. Mirabel. Si.

— ¡Mirabel! - grité varias veces intentado que me escuchará. Pero no había respuesta.

— Está en la habitación de Isabela, Camilo. Iba a ir con ella, pero preferí descansar.

— Muchas gracias Luisa, iré a buscarla.

— No sé si te dejen entrar.

— ¿Por?

Ella alzó y bajo sus hombros. Le mire extrañado pero no volvió a hablar, cerró sus ojos y siguió recostada en la hamaca.

Subí las escaleras hasta la recamara de Isabela, estando cerca, toque algunas veces.

Pero como todo, sin respuesta.

Luego abrí la puerta, sabía que no debía porque era mala educación, pero la necesitaba.

— Mira...

— Lo peor no es eso... es que Mariano....

— ¡CAMILO!

— ¡CAMILO TOCA LA PUERTA ANTES DE ENTRAR! - gritó Dolores, raro porque a ella no le gusta gritar por obvia razón.

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⏰ Última actualización: May 11, 2022 ⏰

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