Capítulo 14- Prometemelo

21 1 0
                                    

NARRA GUILLERMO

Pasaban las horas y me encontraba a su lado contemplándola, nunca me había parado a pensar como ella que ahora se ve tan frágil, tan desganada y tan triste podía ser tan fuerte y sonreír como siempre. No sabía muy bien como y porque pero verdaderamente esta chica eran tan especial, tan diferente a todas que me podía, que solo con verla se me alegraba el día entero, que solo con tener un pequeño roce mi piel se erizaba, que con una sonrisa y cualquier tontería hacía que mi cara se volviera roja. Era alguien por quien me moriría si le pasara algo, que daría mi vida porque ella viviera... Pero ahora estaba allí rodeada de maquinas ¿Muriéndose? Mi corazón se partía si oía eso, pero los doctores me habían comentado que tenia algo mas grave y yo no podría vivir sin su presencia...

-¿Señor Diaz? La voz del doctor me sacó de mis pensamientos

-Sí, aquí

-No son muy buenas noticias, Anna al parecer se cortaba y en uno de ellos golpeó su cabeza, imaginó que se desmayaría pero nadie le ayudo...

No conteste solo asentí y me volví a sentar allí mirándola y sintiendo como lagrimas caían por mis mejillas recordando algunos momentos de mi vida en los que al parecer para ella también eran bonitos y ahora que habíamos reconocido los sentimientos, ahora que empezaría a ser feliz de nuevo pasa esto... Samuel, me acordaba de él y de las tardes que pasábamos riendo y ahora es que le importo una mierda, está siendo feliz aunque ya sabia que pasaba y es verdad que vino a verme y a ver a Anna pero ya no era lo mismo, estaba distante a mí y anhelaba la manera que hacia cambiar mis sentimientos positiva mente, de Charlotte no puedo decir nada a penas tuve relación con ella y aquí en Los Ángeles para que mentir, no conocía a nadie mas... Estaba solo completamente. -Anna por favor no me dejes eres lo único que me mantiene en vida, no sirvo nada mas que para amarte y si te vas me decido ir yo contigo, no tiene mas sentido vivir la vida sin motivos y de manera amargada- Le decía sabiendo que ella no me podría escuchar.

————————————————————————————————————————————————————-

Pasaron 3 semanas y Anna seguía en coma, no había dormido nada en 3 semanas solo allí esperándola nuevamente solo. Samuel se fue hace 2 semanas a Brasil con Charlotte y mi cuerpo no aguantaba más, no sentía nada mas que dolor, solo vació, un inmenso vació. Los médicos me iban comentando que iba mejorando el golpe en su cabeza y que en breve despertaría o eso creían... Aquello me animaba a seguir allí aguantando despierto por si ella despertaba y no se que cara pondría si despertase al verme con cara de muerto. Era martes a las 3 de la tarde y vino un doctor...

-Guillermo llevas aquí día y noche esperando un milagro, estas pálido, delgadisimo y demasiado cansado, ve a casa y rehaz tu vida. Ella despertará. Dijo él mirándome apenado

-¿Me lo prometes? Dije yo mientras lo miraba cansado

-Te lo prometo Te lo prometo dijo el con una segura sonrisa

-No me iré hasta que ella no venga conmigo, estoy solo. Mi compañero de piso está de viaje con su compañera, que son pareja y yo debería estar con ella y esta aquí en coma en vez de yo. Dije mientras mis ojos hinchados de tanto llorar seguían derramando lagrimas

-Lo siento Guillermo, pero si no comes y no duermes el siguiente en ingresar serás tu. Dijo mientras me extendía un pañuelo y me miraba apenado

-Bajaré y tomaré algo. Dije mientras note su sonrisa

Baje desganado, con barba y el pelo mas largo de lo normal, ¿qué me pasaba? Me sentía tan terriblemente solo, abandonado y sabiendo la verdad se que mis sentimientos no le importan ni a Samuel, -Ay Samuel donde te metes en los momentos que mas te necesito- No quería molestarlo con mis problemas, él estaba muy feliz y había encontrado a alguien con quien compartir su felicidad. Me alegraba tanto por él.

Comí un filete con patatas y frutas de postre mientras intentaba aclarar mi cabeza. Al volver a la habitación decidí dormir un rato a su lado y creer que... ¿La estaba dando por muerta verdad? Totalmente, mis esperanzas de seguir viéndola a diario con su sonrisa, con su pelo dorado y con sus bonitos ojos color café se iban esfumando, por lo tanto mi esperanza de vida iba disminuyendo... Samuel ¿donde estas en estos momentos? Me fui quedando profundamente dormido.


EL DESTINO DE ANNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora