𝑳𝒂𝒛𝒐 ☆♡𝑪𝒉𝒂𝒏𝒈𝒍𝒊𝒙♡☆

♡ ✧* Capitulo XIII ♡ ✧*

Déjate apreciar, eres mi tesoro más sagrado.
☆

Su nariz pequeña olfateaba el aroma fuerte a café, sube y cerca, como si pudiera hundirse en los brazos de quien lo portaba.

Abríos sus ojos poco a poco, sintiéndose feliz al tener a su mayor a su lado expresándolo con un agarre en sus cadera.

Respiro profundo, inhalo el aroma de su alfa que le encantaba y cerró de nuevo sus ojitos aferrándose al pecho firme de su mayor.

— Ya pasó el efecto.— La voz grave de su
mayor lo hizo sonrojar.— No vuelvas a ocultarte, no de ese modo.

— solo no quería molestar.— Susurro.

— Bebe, no eres una molestia. Admito que me pase hablándote de ese modo, no lo volveré a hacer. Estaba enojado con otros asuntos y no quería desquitarme contigo.

No dejo de sentirse feliz, de todos modos
tenía a Changbin a su lado y era lo único
que le importaba.

— Me asuste...

— Dime que puedo hacer para que me perdones.— se alejo, y recordó algo que seguramente no sería bueno para el momento.

— Me dejaste solito cuando te necesitaba.

— Félix...

— Me levantaste la voz.

Eran pequeños datos, como si subiera el costo de lo que le hizo.

— Lixie, ¿quieres que sea tu esclavo?, porque lo seré si así obtengo perdón.

— Hiciste que llorará de nuevo.

— Félix...— Alargó su nombre mostrando sus manos juntas en piedad.

— Pero... estás aquí. Y dormiste conmigo, estás pidiendo perdón. Esperas que un Omega herido te perdone.

— ¡Félix! No seas tan cruel...— puchero. Era raro ver a un alfa pidiendo perdón.

Pidiendo con ojitos llorosos que su Omega no lo tratara mal, solo porque lo amaba. Era lindo, y Félix entendió, que después de todo lo que llegaba a hacerle, siempre estaría ahí.

— Soy un mal alfa, lo sé. Pero te amo y siempre que haga algo malo estaré a tus pies pidiendo perdón. Estaré besando tus labios solo para hacerte sonreír, te molestare hasta que un té amo salga de tu linda boquita.

Los bracitos de Félix lo rodearon dejando de lado las palabras. El reclamo del menor y todo lo que tenía que debía hacer para aceptar.

— Solo prométeme algo.— Su mayor apretó su cintura hundiendo su nariz en el cuello de su menor.

Se sentía tranquilo, ahora la fresia estaba presente. Y eso era de gran manera hacia que su lobo se sintiera orgulloso. ¿Cómo no estarlo? Félix era hermoso. Más llamativos que los demás Omegas y con una actitud diferente a todos.

— Lo que sea.— Si, haría lo posible por quedarse junto a él.

— Tus problemas también son míos, no me trates como un niño y me dejes fuera de las dificultades.