Capítulo 36

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Madison está terminando de arreglarse, todavía trae puesta su pijama de ositos, realmente no quiere ir, ella solo puede pensar en su madre, en esa bella y dulce mujer que siempre ha estado para ella, quien siempre antepone su felicidad a la suya, esa mujer que sabe y cuida todos sus secretos, la que no durmió por cuidarla cuando enfermo, la que curo sus heridas cuando se lastimo, la que le cantaba por las noches o le leía un cuento, inclusive sonríe al recordar sus regaños, todos y cada uno de los recuerdos más significativos, sin poder evitarlo las lágrimas escapan de sus ojos, se siente estúpida arreglándose para una boda, cuando su madre esta en las manos de su... sus pensamientos son interrumpido por las palabras y los brazos de Jason

-Por favor, no llores, ella está bien, Mason es un estúpido, pero, vi adoración en sus ojos al ver a Margaret- comenta el -tiene muchos años buscándola, no la quiere lastimar, si fuera así, desde el primer momento lo habría hecho- le dice un tanto preocupado por Madison, ella cierra los ojos

-Es que tu no has visto, lo que yo vi, el, el- la voz se le quiebra -la dejaba casi inconsciente, débil

-sí, lo sé, Margaret, me lo ha contado, también llego a la conclusión de que la quiere, a su manera, pero, lo hace, él pudo matarla en cualquier momento- Madison se para enojada y lo mira con enojo

- ¡cómo puedes decir que la ama, si solo la ha lastimado! - grita ella

-no me estas entendiendo, estoy de acuerdo en que lo que hizo esta mal y nada lo justifica, sin embargo, estoy seguro de que el, la ama, solo que es un estúpido y en lugar de cuidarla y adorarla, la asusto y le impidió irse de la manera que el conoce, dejándola sin fuerzas, débil- dice Jason mientras la toma de los brazos viéndola fijamente a los ojos, ella suelta un fuerte sollozo

- tengo miedo, Jason, ella es mi todo y no puedo perderla- dice Madison aferrándose a Jason con fuerza, mientras llora

-no lo harás, no voy a permitirlo, como te dije, no lo justifico, esta mal, sin embargo, lo entiendo, en este momento, mi parte más primitiva me grita que te tome, te marque y te amarre a mi cama, que no te permita salir de casa, que te proteja con mi vida, porque si algo te pasa, prefiero morir- Jason se calla para poseer los labios de Madison, en un beso salvaje, demostrándole todos esos sentimientos que lo están torturando, Madison pasa sus brazos por el cuello de Jason atrayéndolo y profundizando el beso, entonces, Jason se suelta de golpe y se aleja

-no podemos hacer esto- dice el apenado, Madison lo sigue, he intenta besarlo mientras le dice

-por favor, Jason, te necesito, se que tú también, me deseas-

-claro que te deseo, yo, te amo, pero, no puedo tomarte, así como si fueras una cualquiera, y menos cuando estas tan vulnerable- dice el confundido, no sabe si sentirse feliz por lo que ella pide o enojado por el poco valor que se está dando

-pero, yo lo quiero no me importa cómo, solo quiero ser tuya- suplica Madison besándolo en la cara

-no Madison, te has escuchado, siempre has juzgado a tu madre por débil y en este momento tu haces lo mismo, no te estas dando tu lugar, te estas regalando sin recibir nada- dice el molesto, ella, se endereza y endurece la mirada para no llorar, intenta girarse, pero, Jason la detiene

-no te enojes y menos confundas las cosas. Yo te amo, te deseo y te quiero darte todo lo que te mereces, déjame mimarte, adorarte y protegerte como la Reina que eres, tu eres lo más importante en mi vida, quiero desposarte como lo ha hecho Eros con Emily, quiero tener citas, llevarte a cenar a donde tu quieras, viajar contigo, darte la vida que soñaste, solo dame tiempo, te quiero a mi lado, caminando juntos, no detrás, esperando mis migajas, y para eso tu te tienes que dar tu lugar- ella sonríe apenada

-tienes razón, lo siento-

-no te disculpes, nunca será necesario conmigo, te amo Madison, ya lo he aceptado y no quero cambiarlo, tu me haces muy feliz, déjame intentar hacer lo mismo por ti- dice Jason abrazándola

-si, te dejare, porque tu me haces feliz con solo verme- dice ella sonriendo

-ahora, termina de arreglarte que quiero presumirles a todos, que tengo a la mujer más hermosa, inteligente y mal humorada a mi lado- dijo Jason riendo y dando un último beso en la frente de Madison antes de apartarse para no ser golpeado por su sonriente mujer

- eres un tonto, yo no soy mal humorada, es solo que en ocasiones todo me molesta- dijo ella haciendo un mohín - yo no tengo la culpa de que la mayoría de los seres, sean lentos para entender- afirmo ella

- ¡diosa Luna ayúdame!, te escuchas igual que el tonto de tu padre, no puedes negar que eres su hija- rio Jason

-no me compares con ese, además, lo tomare como un halago, ya que el se llevó a alguien de su manada, frente a ustedes y hasta entro al cuarto de la Luna, sin ser detectado- dice ella, para seguido mostrarle la lengua, al tiempo que se acercaba al tocador para retocar su maltratado maquillaje, Jason negó con su cara, sonriendo por su comentario y arrepintiéndose de haberlo mencionado sobre lo que paso con Emily, Jason salió del cuarto y le dio su espacio y la espero en la sala, cuando ella salió el quedo con la boca abierta

Madison, se ha puesto un hermoso vestido color rojo, de un solo tirante y con una discreta abertura en una de sus esbeltas piernas, su cabello lo lleva recogido y su maquillaje es discreto, sin embargo, sus labios no pasan desapercibidos, ese hermoso color carmín fascina a Jason y ella lo sabe, por eso se alegra cuando al entrar en la sala Jason abre sus ojos como platos, se acerca rápidamente a ella y le dice

-te ves como una diosa, Madison- dice el sonriendo con amor, la observa embobado y la toma de la mano haciéndola girar sobre su eje para admirarla mejor, el, no recuerda haber visto a Madison en vestido, nunca, pero, hoy se ve espectacular, ella también lo examina, ya que hace rato no tuvo el tiempo, se ve realmente guapo, trae un traje color negro y camisa blanca con corbata color celeste, ella, no recuerda nunca haberlo visto vestido tan elegante, pero, le encanta, le sonríe con coquetería y lo besa en los labios con pasión, su beso sube de tono, solo que ahora ella es la que lo termino, quiere hacer pagar a Jason por dejarla esperando más, el no quiere separarse, ella ríe haciendo que el abra los ojos, los cuales entrecierra frunciendo el seño

-vámonos o llegaremos tarde- dice ella y el asiente no muy convencido

Jason y Madison llegan juntos a la ceremonia de la unión, saludan a algunos conocidos, felicitan a Eros y a Emily y se retiran a una mesa del rincón para estar mas cómodos, ya que a Madison le molesta que la observen, la critiquen o que le tengan lastima, Jason se pone de pie y le ofrece su mano a Madison, ella lo observa confundida

-ya nos va...-

- ¿Me concede el honor de bailar esta pieza conmigo, mi Reina? - pide Jason de manera formal y con un tono de voz más ronco que de costumbre, Madison cambia su expresión confundida por una sonriente, sus ojos reflejan la emoción y la alegría que ella siente, el, sabe que es su primer baile, su primera cita y eso lo llena de dicha, Madison le da la mano y se pone de pie rápidamente, para seguirlo a la pista, va nerviosa, porque nunca antes ha bailado con un chico y menos pensó que un día, el mismo Jason se lo pediría, ahora agradece que su madre la enseñara a bailar, Jason, alza su mano que sostiene la de Madison y la otra la pasa por su cintura, en una sutil caricia, hasta reposarla sobre su espalda baja, Madison siente un escalofrío recorrerla, las manos cálidas de Jason le han disparado los latidos del corazón y siente que le falta el aire, disfruta tanto estar en sus brazos en ese bello lugar con la música de fondo, con sus miradas fijas, diciéndose nada y a la vez todo.

                                                                                       ***

Al llegar a Castillo, Maison grita que no lo molesten por el resto del día, al escucharlo Margaret se tensa, sabe que ese tiempo se lo dedicara a ella, pero, no sabe de qué manera, este se dirige directo hasta su habitación, en donde entra y deja a Margaret sobre sus pies.

-por fin de nuevo en casa amor, te dije que no podrías nunca escapar de mi- Margaret levanta la vista y lo ve algo asustada, el se acerca y pone sus manos sobre sus hombros y hace presión sobre estos mismos, quiere forzarla a que se arrodille, Margaret respira hondo e intenta contener las lágrimas, sus manos están hechas puño, sabe que debe obedecer, no por ella, sino por Madison, debe ser fuerte por su hija

Hola bellos lectores, gracias por sus comentarios y votos, los quiero.

Salvada por el Alfa MalditoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora