Liam... un chico carismático, amable, agradable, amoroso y sobre todo feliz, paso por una horrible situación que lo hizo cambiar radicalmente su forma de ser... y ella tendrá que ayudarlo a encontrarle sentido a su vida para volver a vivir...
...
–¿Debería hablar con ella y explicarle cómo fue aunque me odie? -le preguntó a mamá del otro lado del teléfono.
–Deberías hacerlo hijo.
–Está bien.
–Avísame si algo sale mal, te amo y extraño un mundo a ti y a tu hermano.
–¡Suerte campeón! -grita papá desde el otro lado de la pantalla.
Sonrió y trancó la llamada.
Desde que tuvimos los problemas ellos me han dicho que los llame papas, así que.
De mi habitación salgo corriendo a ver donde está Rebeca. Ayer John desapareció y al volver en la noche lo escuché por el pasillo riéndose con Rebeca -No piensen que soy un acosador, solo quería un caramelo de la máquina expendedora.
Siéndoles sincero, sentí muchos celos al escucharla reír con él, y no por nada, porque que yo se que John no es capaz de traicionarme así y se que no es capaz de hacerle eso a Anna.
Voy a su habitación y toco la puerta varías veces, pero aparentemente nadie está, cuando estoy a punto de darme la vuelva escucho que alguien la habré y al ver a Anna me extraño.
–¿Que haces aquí? ¿Ya hablan?
–Ojalá, vine a buscar unas cosas mías que estaban aquí -lo dice con tristeza.
–¿Sabes dónde está?
–En el salón de pinturas.
–Okay ¡gracias! -salgo corriendo escaleras abajo porque por el ascensor me moriría de un ataque de espera.
Al estar parado fuera de la puerta del salón respiro hondo y tocó la puerta.
–¡Pase! -escuchó su voz y entró- hay no, ¿ahora que quieres?
Me dolió su reacción pero me hice el rudo.
–Necesito hablar contigo -ví unos pinceles desordenados y me acerque para tomarlos y acomodarlos.
–¿De qué?
–De todo lo que ha pasado, antes de yo empezar a hablar, ¿tienes alguna pregunta?
–¿Por qué te fuiste y no te despediste? -pregunta Rebeca.
–No me gustan las despedidas... -respondo acomodando los pinceles en su lugar.
Siento a Rebeca caminar detrás de mi.
–¿Acaso no me amabas? -dice y paro de hacer lo que estaba haciendo.
¿Como podría dejar de amarla?
–¿Crees que me fui por eso? -me volteo y esta me mira con lágrimas en los ojos.
–Me gustaría creer que no... pero desde que te fuiste lo único que he hecho es culparme por todo. No sabía si ya no me amabas... o si pensabas que yo tenía la culpa de todo y te arrepentías de haberme conocido, no sabía la razón por la cual de un día para otro desapareciste...
-Suspiro y me le acerco- Rebeca... si me fui es porque te amo... no podía seguir así, tú te merecías al otro Liam, al alegre, al feliz... no ha este Liam que cada día se está ahogando en su propia tristeza... quería recuperarme para luego poder volver a donde estabas, quería que lo nuestro funcionara -pongo mi mano en su mejilla y esta cierra los ojos- quería que fueras feliz y que no cargaras con mis problemas.
«Primero tenía que sanar para poder ir a buscarte muñeca... pero tú me encontraste.
Ella abre los ojos y sonríe.
Como amaba esa sonrisa.
–Te debo una disculpa por cómo te trate desde que llegaste, pero para mi fue complicado volver a verte después de tanto tiempo -baja la cabeza y juega con sus manos.
Me le acerco y tomo su barbilla entre mis desde y hago que me mire a los ojos.
–No te disculpes, los dos cometimos errores y los dos ahora nos estamos entendiendo.
Ella sonríe y no dudó en abrazarla, ella al principio se sorprende pero me lo devuelve.
Pongo mi nariz en su cabello e inhalo su olor.
Huele a coco.
No sé cuánto tiempo estamos así, pero es el mejor momento de mi vida desde el acontecimiento.
–Bueno ahora que nos reconciliamos, ¿que hacías ayer con John?
–Ella se ríe- Nada... -me mira y tiene la nariz rojiza.
–Si lulu, y yo vuelo.
Ella carcajea y le vuelvo a preguntar.
–Pero dime que andaban haciendo.
–¿Estas celoso Liam? -pregunta con burla.
–¿Yo celoso? Por favor.
Ella se sigue riendo de mi.
–Deja de reírte de mi.
–Estás celoso, estás celoso -empieza a canturrear y agarro un poco de pintura y se la tiro encima- ups.
–Liam Román Cross, acabas de comenzar una guerra.
–¡No digas mi segundo nombre tan fuerte que luego te escuchan!
Ella me mira con malicia y empieza a gritar.
–¡Liam Román! ¡Liam Román!
Me le acerco y empiezo a hacerle cosquillas.
–¡Basta! -se retuerce y agarra un pote de pintura verde y me le tira encima.
La suelto, nos miramos y cada uno sale corriendo a buscar un pote de pintura para comenzar estar batalla...
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¡Hola! Se que el cap es corto, ¡pero hubo reconciliación! Ya estaba un poco cansada de que se odiaran, pero pronto viene lo mejor 🤓