La inesperada e inexplicable magia que ocurre la noche qué Voldemort visita la casa de Potter para matar a la niña profetizada de tener el poder de vencerlo. En lugar de tener a la amenaza aniquilada, la amenaza ahora duerme tranquilamente en sus b...
Le dolían los huesos y sintió la ruptura en su núcleo mágico. La sangre goteó de su boca y se escurrió por su cuello...Así que esto es la muerte, Voldemort pensó para sí mismo. Reuniendo la fuerza que le quedaba se levantó del suelo y miró a la niña pequeña que estaba mirándolo en su cuna con curiosidad; no lloraba, ni si quiera se quejaba. Hará Tanis Potter lo miraba fijamente mientras él moría, su carita se cubrió de confusión momentáneamente para luego extender una de sus manos hacia Voldemort.
¿Cómo pudo un humano tan pequeño y frágil haber sobrevivido a la maldición asesina? ¿Sin ningún rasguño y ni si quiera se vea fatigada? Pensó Voldemort. Sintió un dolor punzante en su costado, sabía que no tenía mucho tiempo. Esa maldición mortal destinada a la niña se había recuperado y lo había golpeado directamente en el pecho. Aunque la maldición se debilitó, todavía lo estaba matando lentamente.
La mano de la joven Hara seguía extendida acercándose a su alcance.Su labio tembló por un momento. Tenía idea de lo que lo poseía para satisfacer el deseo de la niña de tocarlo, probablemente solo tratando de obtener una interacción cómoda del único adulto en la habitación, pero él se acercó a ella y agarró uno de sus dedos con fuerza. Parecía que un rayo le había golpeado. Sus rodillas se debilitaron y su núcleo mágico se sintió como si estuviera en llamas, sintió que su magia se volvió loca y algo se rompió dentro de él, sintió como una magia extranjera se aferraba a la suya. La niña gritó de dolor y volvió a caer en su cuna. Voldemort pensó que se dio el golpe final y que estaba a momentos de su muerte, antes de sentir que las grietas de su núcleo lentamente comenzaron a unirse de nuevo, el dolor en su cuerpo disminuyó y luego desapareció, solo quedaba una pequeña espina de dolor y una marca de quemadura en el lado izquierdo de su pecho.
Se escuchó un sollozo y un suave llanto desde la cuna, él se acercó con cautela. Cansado de lo que acaba de ocurrir, miró y vio a la niña llorando por lo que parece que ambos habían experimentado. Un goteo de sangre salió de su frente y escurrió por su cara. Sus dos brazos subían, sus labios temblaban y lágrimas llenaban sus ojos de color verde esmeralda.
—¿Pappa, mamá?— ella lo miro con duda.
Negó con la cabeza, sabiendo que no podía recuperar a ninguno de los dos para la chica, ya que ambos habían muerto por su mano. El metió la mano en la cuna y ella lo golpeó en ambas manos, esperó un momento para asegurarse de que no volvería a tener una reacción tan violenta, y luego la saco de la cuna.
"¿Qué debo hacer con Contigo, pequeña?" Le preguntó, aunque sobre todo se preguntó a sí mismo. Necesitaba saber qué había pasado entre los dos. De alguna manera fue restaurado. No solo se restauró, sino que mejoró. Sentía que su núcleo mágico había crecido. Su cuerpo, que comenzó a sentirse débil con la edad, y a partir de las batallas, los rituales oscuros y los hechizos que había practicado se habían sentido revitalizados. No podía dejarla aquí para que Dumbledore la encontrara. ¿Y si pudiera replicar lo que pasó y Dumbledore se hiciera más fuerte? No, definitivamente no. La chica vendría con él y él se ocuparía de los detalles más tarde.
Miró hacia abajo a la pequeña niña vestida con pijama rosa que ahora dormía profundamente en sus brazos mientras agarraba sus túnicas. "La chica que vivió... Hara Potter, eres un rompecabezas que estoy decidido a resolver." desaparecieron con un estallido atronador.
Reaparecieron en su estudio en Malfoy Manor. Rápidamente colocó la capucha de su manto sobre sí mismo, e inmediatamente convocó a Lucius y Narcissa. Momentos después se apresuraron a entrar en la habitación y le dieron a su Señor Oscuro una respetuosa reverencia. Lucius no pudo detener su conmoción al ver a su Señor sosteniendo un pequeño bulto rosa en sus brazos.
—¿Mi señor?—Fue todo lo que Lucius pudo decir.
—La niña de Potter Lucius.—Voldemort no levantó la cabeza para mirar hacia Lucius. Su mirada permaneció paralizada a la niña acurrucada en él.—La chica vivirá... por ahora, algo sucedió en la casa de Potter que necesito investigar, y ella será requerida en ese esfuerzo.—
—¿Sus padres, mi señor?—Preguntó Lord Malfoy.
—Muertos. Necesito que cuides a la niña mientras hago otros arreglos, no debe sufrir daños, trátala como si fuera tuya, sospecho...—se detuvo—que ella tiene algo de gran valor, y que podría ser instrumental en esta guerra. ¿Entendiste Lucius?—
Tanto Lucius como su esposa asintieron, aunque sus ojos todavía nadaban de preguntas, pero no se atreven a preguntar. Algo era diferente en su Señor. Su presencia se sentía más poderosa, y todavía abrumadoramente oscura, pero menos loca e inestable.
—Narcissa, tu hijo, ¿dónde duerme?-
Tanto Narcisa como Lucius palidecieron. ¿Qué quería con su hijo? Ambos estaban preocupados.
—Creo que te hice una pregunta a Narcissa, ¿dónde está su habitación?—
—¡Por favor!, ¡mi Señor!, ¡no le hagas daño¡. Mi pequeño Draco.. ¡todavía es un bebé! ¡Es mi único hijo y el heredero de los Malfoy!—Narcissa sollozó de manera indigna, incluso!para ser tan audaz como para dar un paso hacia él. La pequeña Hara se movió en los brazos de Voldemort y arrugó su pequeña nariz empezando a despertarse por los chillidos de Narcissa.
—¡Basta!—La magia de Voldemort estalló en sacudidas enfadadas. Estaba harto de padres arrastientes rogando por la vida de sus hijos esta noche. No tenía paciencia para nada más.—¡A menos que quieras terminar como los difuntos James y Lily Potter, me mostrarás la habitación de tu hijo para que pueda librar mis brazos de esta minúscula carga rosa!—
Lucius agarró a su esposa y la tiró hacia su lado.—Sígueme, mi Señor..—dijo, su voz retratando la ansiedad y el miedo que sintió guiando al mago más oscuro que jamás haya puesto un pie en esta tierra hasta la habitación de bebé.
Voldemort siguió de cerca a la pareja, su ritmo constante arrastrando a Hara de vuelta a un sueño profundo. Llegaron a un par de puertas dobles y Lucius los llevó en silencio. El Señor Oscuro caminó pasando al lado de Malfoy rápidamente llegando a la cuna. Sacó su varita de su capa y pudo sentir que Narcisa y Lucius estaban tensos, también escuchó el sonido de tela que sin duda era Lucius manteniendo a su esposa quieta, impidiéndole cometer un error extremadamente tonto.Con un movimiento de varita muy cuidadoso y practicado, agrandió ligeramente la cuna. Se escuchó un suspiro aliviado detrás de él. Luego levitó suavemente al niño que estaba profundamente dormido en su cuna antes de moverlo a un lado. Luego colocó a Hara a su lado y tiró de la manta de lana y seda sobre ambos.
-1La cuidarás y cuidarás de lo que necesite.—Voldemort ordenó en un tono tranquilo antes de desaparecer, esta vez en completo silencio.
Lucius y Narcisa corrieron a la cuna para ver a su pequeño, y sintieron un pequeña punzada en sus corazones cuando vieron a los dos niños, uno azul, la otra rosa, ahora acurrucados y aferrados entre sí en lo que parecía un sueño tranquilo y feliz.
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