Nuevo curso

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Camino lento, lento y sin ganas dirección a la escuela. Mi mamá me despertaba lo suficientemente temprano como para darme el lujo de hacer paradas casuales en algunos puntos del camino, me cansaba bien rápido, y tampoco ayudaba la larga distancia que había entre mi casa y el instituto. El ahorrarme esos viajes era de las cosas que más había disfrutado en mis vacaciones recién terminadas, eso, y dormir hasta casi al mediodía.

La verdad que empezar nuevamente el curso no me hacía ni esta pizca de gracia. Tener que volver a verle la cara a mis compañeros y compartir clase con ellos me parecía de lo más aburrido de mis días. Prometo que mi poder comunicativo y mi timidez, no tenían nada que ver en eso. Por suerte era el último año ya, aunque podía percibir que se avecinaba la mayor de las catástrofes para mi: dejar de ver a Briana Evans.

Si te parabas en el tejado de mi casa, y tenías paciencia, aveces mucha mucha paciencia, podías llegar a verla. Acostumbraba entrar a la casa corriendo, y era común ver aquel pelo castaño saltar con el viento mientras se apuraba para entrar. Briana era mi vecina hacia unos 5 años. Su mamá trasladó su trabajo a la ciudad, y se mudó con ella y su hámster al vecindario, justo la casa frente a la mía.

Desde que la observé por primera desarrolle una extraña obsesión por verla y no ha habido un solo día que Briana no haya formado parte de mi, por supuesto, sin siquiera ella saberlo.

Entonces ¿Como iba a dejar de verla aún acabándose el instituto, si Briana era mi vecina?
Mi madre la ponía como un ejemplo a seguir en todos los temas escolares. Casi era un lema "estudia para que seas como Briana y por lo menos optes por una buena universidad". Mi mamá y la de ella eran buenas amigas y supimos de su propia boca que al final del año si todo salía bien, Briana se iría a una de los mejores centros del país, solo que eso iba a conllevar que la familia Evans se mudara y solo de pensarlo, me daba pánico realmente.

-Max-escuché a lo lejos. Giré en el lugar al instante mientras trataba de encontrar en mi cabeza aquel grito conocido

-¿Jake? Que le pasó a tu voz-hablé entrecortado por mi risa mientras veía cómo corría para llegar a mi. Estaba más moreno, como si hubiera pasado horas tomando el sol

-Pensé que no iba a poder alcanzarte -dijo agitado por la carrera, cogiendo y soltando aire desesperadamente-Espera
Se apoyó con una mano en su rodilla derecha y con la otra señalizó para que esperara a que pudiera recuperar el aliento

-¿Quieres agua?
Me negó con el dedo aún con su cabeza baja

-Tú mamá me dijo que hacía unos 20 minutos habías salido-explicó poniéndose de pie

-Pensé que me habías dicho que regresabas mañana

-Mamá no quiso que me perdiera el primer día de clases así que hizo viniéramos antes-mencionó moviendo su mochila a su pecho.

Abrió el cierre, sacó un peine y un espejo y ante mi vista perpetuante acomodó alguno de los pelos rizados que se habían movido con el apuro

-¿Es en serio?-levantando mis cejas y sonriendo

-Quien sabe y este año por ser el último consiga novia-volvió a meter todo dentro e incorporó la mochila a su espalda
Rechiste y rodé mis ojos

-Tendría que verlo

-Tú sigue pensando en Briana que nunca vas a conseguir ninguna

-¿Y como tú sabes que yo sigo pensando en Briana?-le pregunte estrujando mi cara y levantando mis hombros

-Ja-soltó- que estuve solo fuera 1 mes
Moví mi cabeza a medias y lo invité a seguir caminando

-Jake pero en serio en un mes no sabes todo lo que te ha cambiado la voz-le comenté mientras nos perdimos en el largo camino que aún nos quedaba

Jake era mi amigo de la infancia, de hecho, mi único amigo. Solo él sabía todo de mi. Había estado conmigo desde que recuerdo, y mi camino sin él nunca habría sido el mismo.

Llegamos a la escuela un poco agotados, teníamos que recuperar el ritmo nuevamente. Aún era temprano así que decidimos quedarnos fuera un rato más. Con mis manos, tensé los tirantes de la mochila mientras miraba a media escuela pasar por nuestro lado. Habían caras nuevas, gente que nunca había visto y que suponía que comenzaban su primer año, y estaban los de siempre como Jimmy, que ya podía verlo como volvía acercarse en busca de que sabe que

-Aquí están otra vez-dijo aproximando considerablemente su enorme nariz a mi cara- Phineas y Ferb-girándose a Jake

Jake lo miró desde abajo ante la altura prolongada de Jimmy

-Creo que estás tapando mi perfil y las nuevas chicas no podrán verme-afirmó en tono burlón.

Jimmy se carcajeó de forma irónica separándose por unos segundos de Jake y volviendo arrimarse de manera instantánea

-Este año no va a ser diferente, para ninguno de los dos

Sonrió maquiavélicamente, y se marchó con su mirada en nosotros

-Ah porque el curso pasado si lo aprobaste ¿no?- soltó Jake en tanto veía como se alejaba-te dije que con este Jimmy no podíamos quedarnos callados. Nada de miedo. No puede pasar como cada año

Estuve escuchándole, pero en silencio. Asentaba con mi cabeza todo lo que decía

-¿Max? ¿Me estás atendiendo?
Me costó reaccionar. Estaba perdido en alguna de las ideas que vagaban por mi mente en ese momento

-¿Max?-me sacudió bien fuerte

-Que si que te estoy escuchando
-Bueno dale vamos a entrar-propuso

Nuestra conversación fue casi interrumpida por el sonido tremendo del motor de un carro
Movimos nuestra cabeza para ver aunque ya sabíamos quien era. De aquel Audi negro descapotable y despampanante se bajó Ricky de la mano de Briana, si, ella misma. Estaban juntos desde el semestre pasado, y desde entonces se habían convertido en la pareja más intensa de la escuela.

Ricky era el típico rubio guapo que termina juntándose con la típica guapa del instituto. A mi parecer habían demorado bastante en formalizar algo, pero al final solo fue cuestión de tiempo. Cuando me enteré no me sorprendió para nada, todo lo contrario. La única ventaja de que te guste alguien en secreto es que nunca te haces ilusiones, y por tanto, no te decepcionas. Así me pasó a mi.

Los dos tomados el uno del otro pasaron por nuestro lado, por supuesto, sin mirarnos.
Se podía ver que a pesar de ser un curso nuevo, nada había cambiado

Enamorando a BrianaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora