Madara abrió la puerta del vehículo pero no sabía en qué momento el azabache volvió a posarse al lado de el. No se dio cuenta hasta que el le levantó en brazos.
Sonaría raro a oídos de cualquiera pero aquel gesto sentía como si fuera la primera vez que el Uchiha lo cargaba así. No sentía lo que la mayoría de personas que pierden la memoria, ell@s sentían calidez, amor y tal vez reconocimiento asia los que conocieron.
Pero el no sentía nada.
Ningún sentimiento más que el de incomodidad podía sentir.Con sumo cuidado el rubio fue dejado en el asiento de copiloto pero Madara no se separo al ver la expresión de su doncel.
- Hey -le llamo, levantandole la barbilla y asiendo que le mirara- Vas a estar bien, saldremos de esta paso a paso -le beso la frente antes de separarse y cerrar la puerta-
~×~
El camino fue largo, tanto que ahora estaba cabeceando pero aún así se negaba a dormir, música de fondo era lo único que acompañaba al matrimonio en el auto.
Trato de mantenerse despierto, por la ventana buscaba con la mirada algo interesante con que entretenerse pues en ese momento su marido era de pocas palabras. Intento con lo más simple, ver los grandes árboles pasar a cada extremo de la carretera, luego volver su vista al frente y tratar de contar las líneas amarillas que dividían los carriles a los que debería ir cada auto.
Pero a pesar de sus intentos finalmente cayó en un sueño profundo. No supo como, cuando ni donde fue el momento exacto en el que llegaron a su destino hasta que nuevamente sentía los brazos de su esposo rodearlo y cargarle.
Sus ojos se abrieron lentamente, la puerta de la casa estaba abierta permitiendoles el paso asia la que de ahora en adelante seria su hogar.
El hogar de ambos...La casa era hermosa, aquel piso de madera, la escalera perfectamente esculpida que llevaba al segundo piso, las ventanas que fácilmente daban una vista asombrosa hacia el bosque todo le resultaba acogedor e ingenioso.
Aunque vivir en un bosque un tanto alejado al principio le resultaba tenebroso o inclusive no necesario ahora solo le queda de disfrutar su estadía.
-Supongo que querrás conocer la casa
Esa afirmación le hizo levantarse la vista, encontrándose con la de su marido que le sonreía como esperando una respuesta obvia que no tardo en afirmar.
Con cuidado de no lastimarlo Madara le llevo hasta la sala donde una vez ahí le dejo en uno de los extremos del amplio sillón.
-Espera aquí, volveré al auto por la silla -explico-
Una sonrisa brotó de sus labios cuando el azabache se fue, era algo difícil de comprender para cualquiera, incluso para el. Despertar..de un momento a otro en la camilla de un hospital lesionado de pies a cabeza, con varias vendas por sobre su cuerpo, una fractura en uno de sus tobillos y sobretodo..sin poder recordar absolutamente nada. No saber quien eres, de donde vienes, quienes conforman tu vida...
Despertarse estando casado con un hombre que nisiquiera conoce fue algo aterrador al no saber como actuar cuando lo tuviera enfrente más sin en cambio Madara se había alejado de aquellas expectativas que conforme el tiempo Minato se había creado con el simple hecho de saber su estado civil.
Habían cuadros en los estantes, con calma paseo su atención por cada uno de ellos, la mayoría eran viajes en donde solamente su esposo aparecía y otros en donde el estaba, a diferencia de aquellas fotos otras en cambio contenían en ambos. Se le veía bastante feliz a decir verdad.
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Mi "Esposo" |Madamina|
Misterio / SuspensoDespués de haber sufrido un accidente donde perdió la memoria, Minato Namikaze se enfrenta a varias situaciones inesperadas.