▪︎|CAP 1|▪︎

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~×~

La habitación esta a oscuras, en completo silencio y con un cierto toque de suspenso.
Sentado, frente a una pequeña mesa y con un par de esposas apresando ambas manos, nisiquiera intentaría escapar, si ubiera querido ya lo ubiera hecho, habría escapado y desaparecido de la faz de la tierra, muchos lo tomarían por muerto aunque en realidad no lo estaba y la policía dejaría de buscarle con el pasar de los años.
Pero no quería. Estaba ahí por una razón que debía aceptar, y tal vez con el tiempo acostumbrarse al apodo de.

Asesino

¿Que como fue que llego ahí?

Facil...Todo fue por un simple malentendido.

~×~


Su cuerpo dolía, sin poder evitarlo, con cada respiración sentía su pecho arder.
Abrió los ojos con dificultad, al principio no podía reconocer absolutamente nada, todo estaba borroso y las voces se escuchan lejanas.

Parpadeo un par de veces para enfocar su vista hasta que logró visualizar el lugar en el que se encontraba.

Parpadeo un par de veces para enfocar su vista hasta que logró visualizar el lugar en el que se encontraba

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El monitor le retumbaba la cabeza pero poco a poco el dolor se iba haciendo soportable.
Miro sus manos, estaba conectado a una especie de máquina, con un poco de esfuerzo logro quitar la manta que le cubría de la cintura para abajo encontrándose con varias cortadas y moretones en ambas piernas, debido a la bata que le llegaba por encima de las rodillas podía apreciar a detalle.

La puerta abriéndose le hizo reaccionar y cubrirse lo más rápido que pudo, ocasionandose un leve dolor en la mano con la que actuó.

Una mujer con bata blanca había irrumpido con unos documentos en manos, ella sólo le dedico una sonrisa.

__Minato -saludo- Que bueno que despertaste, temíamos que el golpe tuviera consecuencias mayores__

Minato: No se que paso..¿P-por que estoy aquí? -pregunto con sus ojos fijos en la mujer-

__Hace poco sufriste un accidente automovilístico, afortunadamente logramos estabilizarte__

Minato: No recuerdo nada..solo,que..estaba conduciendo y luego, un auto...

Se tomó la cabeza y cerró los ojos cuando un dolor le atacó, impidiéndole seguir con el relato y recordar

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Se tomó la cabeza y cerró los ojos cuando un dolor le atacó, impidiéndole seguir con el relato y recordar.

Minato: Mhg!, Mi cabeza no deja de dar vueltas -se quejo-

__Tranquilo. Los primeros días te sentirás fatal, y aún más con respecto a los dolores de cabeza -le alejo hasta la pequeña mesita donde estaban unas hojas- Te recetare uno que otro antibiótico para eso -tomo las hojas-__

La puerta se abrió y de ella ingreso una chica, se veía más joven que la de bata blanca larga, estaba vestida con el típico uniforme de enfermera así que no hacia falta adivinar.

_Doctora Senju la necesitan en la sala de operaciones -entro algo alarmada-_

__Enseguida voy, prepara el equipo -volvio a dejar a un lado los papeles-__

La joven se fue, mientras tanto la doctora se había quedado aparentemente arreglando improvisadamente unos papeles.

__Lo siento Minato pero me tengo que ir -se dirigió a la salida- De todos modos yo no podría resolverte todas las dudas que tengas -abrio la puerta,- Se me olvidaba, tu esposo vino a verte. -dijo antes de salir-__

¿Como dijo?,¿había escuchado bien?. Las dudas volvieron a invadirle como si de olas se tratarán.
Si estaba casado, eso se lo aseguraba su médico, pero cabía la posibilidad de que estuviera equivocada.
Por como se dirigia a él quedaba más que claro que se conocian desde antes.

Pero volviendo al tema, se preguntaba como era su esposo, de pequeño tal vez había soñado con un esposo cariñoso, amoroso, que le diera abrazos y besos a cada momento, pero esta era su realidad. La realidad que desconocía del todo. No sabía que había sido de su vida, nisiquiera recordaba su nombre completo o edad.

Su mirada de se desvío hasta su mano en donde una aguja estaba incrustada, el suero ya había bajado bastante a lo que supuso que habría estado inconsciente mucho tiempo.
Aparte de la aguja había algo más en su mano, o mejor dicho en su dedo.
Un anillo de matrimonio se encontraba ahí, uno que a primera vista parecía costoso por lo reluciente que se veía.

Con delicadeza se lo quito, tomando el pequeño objeto.
Por curiosidad lo examino a detalle dándose cuenta del pequeño manoescrito, adornado con dos corazones en cada extremo.

Minato: ...Mi Angel... -leyo en un susurro-

Al parecer su esposo le llamaba así, el apodo era lindo debía admitir.
Con la yema del pulgar delineo las curvaturas que detallaban el anillo, aprendiendo cada trazo con solo verlo y tocarlo.

Sus pensamientos fueron irrumpidos cuando la puerta fue abierta. Al alzar la mirada se encontró con....
¿¡Un anciano?!

La doctora le había dicho que su esposo habia venido a verle, esperaba a un hombre de su edad o un par o hasta 4 de años mayor que el. Más no esperaba la visita de alguien que le rebasaba por mucho.

El anciano había fijado los ojos en el, más solo una expresión de sorpresa se dejó ver en su rostro.

_Lo siento, me he equivocado de habitación -se disculpo al mismo tiempo que cerraba la puerta-_

Una sensación de alivio le inundó, coloco una mano en su pecho mientras respiraba profundo y bajaba la cabeza.
Estaba agradecido de que solo fuera una simple confusión.

__Despertaste -se oyó una voz-__

...continuará...

Mi "Esposo"                                                 |Madamina| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora