1. Madre no me quiero casar

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Angelina

-Madre, no puedes obligarme a hacer algo que no quiero- sostengo firmemente mientras ella observa detenidamente su laptop.

-No es tema de discusión mi querida hija -alza su mirada pectrificante- además no le encuentro problema. Edward y tú se conocen desde que son prácticamente unos bebés, sin mencionar que van a la misma universidad, se ven todos los días y pasan juntos en reuniones y -toma un leve suspiro- se llevan muy bien, hacen la pareja perfecta, sería la más envidiable de la ciudad, incluso del país.

-Estás loca- suspiró, me siento junto a ella y agarró la bendita laptop, para asentarla en la mesa de estar -apenas cruzamos palabras, lo hacemos por cortesía, nos aguantamos y tratamos lo suficiente como para hablar de los trabajos universitarios.

-Es un chico estupendo- me mira -tú misma lo has dicho y alabado.

-Corrección -digo alzando mi dedo índice derecho- solo lo he dicho, no lo he alabado -la mirada de mi madre parece confundida y enojada a la vez- es cierto, admiro su inteligencia, tenacidad, su firmeza y seguridad, pero eso no me hace sentir algo por él -sostengo.

-Basta Angelina -dice con el ceño fruncido- ese muchacho es apto para ti, te dará un buen futuro, te llenará de lujos, tendrás una vida cómoda y serás feliz. Te casarás con él.

-Madre, no me casaré. No con un hombre que no amo.

-Ya fue suficiente Angelina Yamileth -cómo me irrita que diga mis dos nombres- no me vengas con cursilerías, a parte este no es un tema de debate y mucho menos de discusión.

-Exactamente -me levanto de su lado- no es tema de discusión, no voy a discutir contigo y mucho menos llevaré a cabo todo esto. Simplemente no.

Salgo de la sala furiosa, tomo mi abrigo de la percha de la entrada y agarro en mi celular, marco el número de Nicole, mi mejor amiga.

-Srta. Miller -dice Teresa, la muchacha de servicio y una de mis fuentes de secretos, por decirlo así, es mi otra madre y mejor amiga- ¿va para algún lado?

-Teresa, te he dicho que dejes las formalidades -suspiro- voy con Nicole a un bar o cafetería, regreso pronto.

-Esta bien cariño -dice dulcemente, ella me trata así desde pequeña- ve con cuidado y regresa pronto, voy a hacer de cena tu comida favorita.

Sonrió, asiento y salgo. Nicole no contesto mi primera llamada y la segunda si que lo hice.

*Llamada*

-Nico, necesitamos vernos -suelto.

-Angi, no contaba con que me llamarás hoy -ríe nerviosa-

-¿Qué sucede? -suspiro- ¿Tiene algo de malo llamar a mi mejor amiga?

-No, no es eso, ¿qué pasó?

-Necesito hablar contigo, ¿nos vemos en la cafetería de Haward?

-Claro, salgo para allá.

*Fin de la llamada*

Llegué al lugar indicado, me senté en una mesa  y esperé a Nicole.

-Srta. Miller -dice el mozo con su amabilidad tan caracterísritca- ¿qué desea ordenar?

-Jacob, por favor ayúdame con dos americanos, Nicole no tarda en llegar -contesto amablemente.

-Dos americanos en camino -se retira.

No paso ni dos minutos y llegó Nicole y detrás de ella, el chico, según mi parecer, el más guapo de la universidad, Andrew. Quedo enbobada al verlo pasar, sin fijarme que Nicole ya se había sentado en la mesa justo en frente de mí.

-Tierra llamando a Angelina -dice dando unos pequeños y ligeros movimientos con su mano justo frente a mis ojos.

-Lo siento -digo regresando a mirarla- es que es...

-Tan guapo -me interrumpe, asiento y ríe- me lo has dicho muchas veces, pero bueno, no estamos aquí para hablar de él ¿o si?

-No, claro que no -suspiro- mi mamá sigue insistente con el tema del matrimonio con Edward.

-¿Qué le dijiste? -me mira con los ojos abiertos como platos- aunque pensándolo bien, Edward no es un mal partido -sonríe.

-Nico, ¿te estás escuchando? -la miro incrédula- se supone que deberías apoyarme, él es un gran chico, lo admito, pero no lo veo más que un compañero de clase.

-Srta. Miller, Srta. Davis -el mozo hace una pausa para saludar a Nicole- sus americanos.

-Gracias Jacob- decimos a dúo.

-Si necesitan algo más, ya saben que pueden llamarme, estoy a sus ordenes- asentimos y se retira.

-Como te decía -tomo un sorbo de mi americano- no lo veo de otra forma, me cae regularmente. Ni bien, ni mal. Yo no estoy interesada en Edward y supongo que él tampoco en mí.

-Vamos Angelina -suspira- ponte firme y oponte a ese matrimonio, si tanto te empeñas, tu madre no podrá hacer nada ante esa dedicisión.

Tomamos nuestros americanos y nos quedamos por casi una hora hablando de trivialidades, cosas sin importancia. Salimos del lugar, y chocamos con una persona.

-Haward- dice Nicole alegremente- ¿cuánto tiempo?

-Nicole, Angelina -saluda- ¿cómo han estado mis pequeños angelitos?

-Nos abandonaste y saliste de la ciudad -digo fingiendo tristeza.

-Sabes que tenía que hacerlo -se acerca y nos abraza- tenía que alejarme de este lugar.

-¿Sigues manejando la cadena de hoteles de tu familia?- asiente.

-Vaya, vaya. Y nosotras aún no sabemos si manejaremos las empresas de nuestros padres -suelto.

-Lo harán de maravilla y sus padres se las darán -sonríe amablemente, tan él -chicas debo entrar, hablamos otro día.

-No te pierdas -suelta Nicole.

-Las llamaré, lo prometo -alza su mano derecha en señal de palabra de Haward.

Caminamos por las calles en camino a nuestra comunidad. Empezó a caer gota a gota una leve llovizna, me encanta cuando sucede este tipo de cosas, me relaja.

Cada una tomó camino a su casa. En cuanto llegué toqué el timbre, con el coraje que tenía en el momento que salí de casa, olvidé agarrar mis llaves. Me recibe Tom, el mayordomo, tan amable y dulce como siempre lo hace. Él es como mi padre, al igual que Teresa, me vió crecer y jugaban conmigo, son las dos personas que más quiero después de mis padres y abuelos.

-Tom- saludo.

-Srta. Miller -responde y me encojo de hombros irritada.

-Tom, por favor. -ruedo los ojos mientras entro a la casa- Te he dicho que las formal -me interrumpe.

-La familia Williams está aquí -ahora entiendo la súbita formalidad- la están esperando en la sala junto a su madre para hablar de un tema privado -termina.

-¿De qué tema, tal vez lo sabes? -pregunto mientras dejo mi abrigo en el perchero de la entrada.

-Asuntos de la boda mi niña -me susurraTom.

-¿QUÉ?

No Me Dejes, Porque Jamás Te OlvidaréDonde viven las historias. Descúbrelo ahora