━━━━━❯ ♛ ❮━━━━━Freya despertó más temprano que de costumbre notando una brisa fría en el ambiente que hizo los vellos de su cuerpo erizarse. Probablemente en otra ocasión se hubiera dado la vuelta en la cama y volver a dormirse, pero no ese día.
Salió de la casa sin hacer demasiado ruido, sus dos amigas seguían durmiendo y no quería despertarlas la habían ayudado mucho dándole un lugar donde dormir y no quería ser echada de esa casa y mucho menos buscar un nuevo lugar donde quedarse, no se podía dar el lujo de pagar un lugar por ella misma, no le gustaba la soledad.
Se abrazó a sí misma cubriéndose con la chaqueta de color verde que había tomado de su armario y la bufanda negra a juego. Camino por las calles solitarias neoyorquinas de aquella mañana, recién estaba amaneciendo y las tonalidades del cielo la dejaban deslumbrada.
Notó como algunas personas caminaban para llegar a tiempo a su trabajo, como algunas tiendas parecían recién abrir para una larga jornada de trabajo aquel día. Pensó en comprar un pan, pero quitó la idea de su cabeza mejor lo haría mientras se dirigiera a su trabajo, durante ese lapso de tiempo cuando veía a las personas caminar en la calle le gustaba imaginar la vida que tenían una doctora, un abogado, jefe de policía, bombero, panadero o jefe de alguna empresa.
Se pasaba pensando en la vida que tenían, tal vez alguno de los que vio era casado y con hijos, o sin hijos y estando con alguna pareja.
Se detuvo en una florería que estaba recién abriendo, busco entre las flores unas de color blanco las que representaban un símbolo de inocencia y de pureza. Pago el total que la cajera le indico deseándole un buen día a la mujer que le atendió.
Siguió su camino hasta ver una especie de colina, una donde se alcanzaban a ver un par de lapidas hasta dar con la que estaba buscando en concreto, ese era su camino desde que era más joven y se lo sabia de memoria.
Ante sus ojos se encontraba una lapida con un nombre bastante familiar.
GRACE GARROWAY
Amada madreFreya se acerco un poco más colocándose de cuclillas para dejar el ramo de flores blancas que había comprado especialmente. Venía a visitar a su madre aproximadamente en tres ocasiones al año, en su cumpleaños, el de su madre y su aniversario.
- Hola mamá - saludó Freya intentando comenzar una conversación y contarle de lo poco que había vivido en los meses que no la ha visitado como si mantuviera una conversación con alguna de sus amigas.
Acomodó un poco alrededor de la lápida, quitando las ramas secas que estaban creciendo cerca y acomodando las rosas nuevas, pasó sus dedos por las letras grabadas.
- A Tina y a mi nos regañaron en el trabajo - continuó conversando. - Por favor no me mires así, salvamos a un niño de ser maltratado de su madre si es que le podemos llamar así, hasta tu lo hubieras ayudado, la señora lo maltrata mucho.
En la memoria de Freya, recordó aquella noche donde Mary Lou Barebone estaba golpeando a su hijo adoptivo, Credence Barebone. Los recuerdos se mostraron en la memoria de Freya quien regresó a la realidad tras sentir una ventisca en su rostro.
- Creo que Credence te hubiera caído bien, tal vez si hubiera crecido en otro ambiente en el calor de una familia que lo amara... - la voz de Freya se quebró.
Cerró sus ojos tras recordar sus años en el orfanato, el como los niños le escondían sus cosas o como las maestras no decían nada cuando sus demás compañeros la molestaban, recordó las múltiples veces que lloro hasta dormir suplicando a su madre que no se hubiera alejado de ella, al igual que la alegría que inundó su cuerpo cuando aquellas cartas aparecieron en su cama, su salida de aquel encierro.
Limpió una lágrima que resbaló por su mejilla tras los recuerdos malos. Metió las manos en los bolsillos de su abrigo soltando un suspiro.
- Sabes que no me gustan las despedidas, así que no me despediré porque sé que siempre me acompañas - murmuró jugando con la pulsera en su mano. - Te veo después mamá.
Antes de irse Freya se acercó una última vez a la lápida recargando su frente y dejando escapar unas cuantas lágrimas antes de soltar su famoso silbido secreto con su madre, un silbido que no tendría respuesta.
Garroway se marchó sin mirar atrás, como ella dijo no le gustaban las despedidas le recordaban a cómo perdió a su madre.
Mientras caminaba hacia la oficina, entró en la panadería de siempre el olor a pan recién horneado inundó sus fosas nasales.
- Buenos días Freya - habló el dueño viendo a la rubia entrar.
- Buenos días Clark - respondió Freya mientras tomaba una charola.
Tomó unas cuantas piezas de pan para compartirlas con Tina y Queenie en el almuerzo. Tras pagar el pan y desearle un buen día al hombre se marchó del establecimiento.
Antes de poder darle un mordisco a su empanada vio un anuncio pegado en una de las paredes, se trataba acerca de la señora Mary Lou Barebone quien daría un mitin esa misma tarde. Lo tomo guardándolo con cuidado en su bolsillo, sabía que a Tina le gustaría asistir y a Freya le encantaba sacar de quicio a la señora Barebone le recordaba a la señora que la cuidaba en el orfanato.
La chica Garroway aún podía recordar su primera presencia de magia, un niño del orfanato la había estado molestando diciendo que sus trenzas eran horribles, Freya se molestó tanto que logró explotar una de las ventanas y que las puertas se cerraran, se ganó unos golpes de parte de la mujer que los cuidaba, Eugenia pero eso no le importó cuando los demás le empezaron a temer.
Regresando al presente, la chica buscaba por la oficina a su compañera encontrándola en su escritorio.
- A qué no adivinas que descubrí - una sonrisa se mostraba en su rostro.
Tina dejó unos papeles en su escritorio mirando a Freya que le extendía la bolsa de pan. - No lo se Freya.
La chica sacó de su bolsillo la hoja que arrancó de la pared, Tina la leyó un par de veces.
- ¿Iremos verdad?
- Claro que iremos, diremos que la hora de comida se adelantó, pero tenemos que ser discretas.
- Rayos, yo quería molestar a la señora Barebone.
Tina negó con su cabeza, sabiendo que Freya no tenía arreglo, la rubia se sentó en su escritorio que estaba cerca del de Tina comenzando con su trabajo. El cambio de humor de Garroway fue algo que notó Goldstein desde que escuchó su voz, normalmente cuando va a visitar a su madre Freya regresa decaída, pero esta vez su humor era diferente y vaya que todos sabían lo mucho que la rubia le gustaba molestar a la mujer Barebone.
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WICKED GAME, Fantastic Beats
FanfictionWG| •¿Puedes llevar este secreto?" Los secretos no pueden estar por siempre ocultos, Freya creo que no debiste abrir la caja de Pandora. Newt Scamander llegó a New York para revelar secretos ocultos en la vida de Freya Garroway e incluso conseguir...