━━━━━❯ ♛ ❮━━━━━Freya soltó un bostezo tras seguir escuchando a la señora Barebone hablar, cada que la escuchaba sentía que estaba en clase de historia de la magia, y vaya que muchas veces se termino durmiendo en clases.
Eran las mismas palabras de siempre, las brujas son una abominación que deberían ser exterminadas, de no ser por la ley mágica Freya ya hubiera sacado su varita solo para fastidiar más a la señora.
Credence repartía algunos volantes a los presentes, pasando cerca de Freya para entregarle uno sin a verla visto antes.
Cuando los ojos de Credence Barebone miraron los azules de Freya estuvo a punto de dejar caer los volantes de su mano.
Freya llevó un dedo a su boca en señal de silencio. Credence asintió dándole la razón.
Freya aún veía a escondidas a Credence, en cierto punto se sentía identificada con el chico, ella después de la muerte de su madre estuvo sola, de orfanato en orfanato hasta que llegó el colegio, no tuvo amigos hasta Tina y Queenie.
Los días en el orfanato no fueron sus mejores momentos, recordaba como los niños y las niñas la molestaban, le quitaban sus muñecas y los libros, dejaron de molestarla hasta que ella lastimó a uno por accidente.
- Está gran ciudad grita por las joyas de los inventos del hombre - decía la mujer de abrigo morado. - Las películas, automóviles, la radio, las luces eléctricas, todo reluce y nos hechiza.
El hombre de abrigo y maletín se acercaba más hacia enfrente a medida que la mujer hablaba, pero también estaba fascinado con la arquitectura de New York, debido a su distracción chocó con una mujer de gorro y abrigo, disculpándose con ella.
- Disculpe.
Dejo de lado sus pensamientos al ver como un hombre se metía entre la gente, había empujado por error a Tina.
Freya miró con curiosidad a aquel hombre, le pareció algo extraño pero también podría cualquier persona que venía a hacer un depósito, después de todo estaban afuera del banco de New York.
- Pero donde hay luz, hay sombras amigos - continuó la mujer. Freya se preguntó si la señora Barebone se estaba inventando todo o había aprendido de memoria algún tipo de guion, es que no titubeaba al hablar, ella ya se hubiera trabado mínimo tres veces. - Algo está rondando nuestra ciudad, desata destrucción y luego desaparece sin dejar rastro. Escúchenme tenemos que pelear, acompáñenos.
Freya sintió que alguien le tocaba el hombro, dirigió su vista hacia atrás mirando a un hombre con un maletín similar al del joven que había pasado antes.
- Disculpe, con permiso - le dijo él hombre amablemente.
- Oh, pase pase - murmuró Freya haciéndose hacia un lado.
Lamentablemente ni ella, ni el hombre habían visto que la maleta de Newt estaba en el piso, por lo que, el hombre tropezó con ella cayendo al suelo.
- Por los fantasmas de New York - exclamó Freya al ver al hombre caer al suelo, se acercó para ayudarlo a levantarse.
Newt fue el primero en ayudarlo a ponerse de pie.
- Disculpe, fue mi maletín.
- No pasó nada - respondió el hombre quien parecía que su humor había cambiado rápidamente.
- Pero...
Por fortuna el hombre no había escuchado a la rubia. Freya miró al hombre subir los escalones de aquel edificio para adentrarse al interior del lugar.
Ni Freya, ni Newt se dieron cuenta del intercambio de maletines.
- Tú - escuchó Freya a la señora Barebone y casi deseo estar en cualquier otra parte del mundo.
Al levantar su vista descubrió que se trataba de la señora Barebone sus nervios se pusieran a flor de piel pensando que al regresar al trabajo la regañarían por estar en aquel mitin donde se supone que no debería estar, algo que claramente no hacía la mayor parte del tiempo.
- Amigo - dijo la mujer de abrigo morado al hombre al lado de Freya. - ¿Qué te trae a nuestro mitin de hoy?
Freya miró disimuladamente al joven a su lado, sintió una mirada en su nuca sabía que se trataba de Tina que la estaría reprendiendo por su actitud y por haberse expuesto demasiado.
- Iba pasando - respondió Newt, un tartamudeo se escuchó en su voz.
- ¿Y tú jovencita? - preguntó nuevamente la mujer del abrigo morado, esta vez mirando a Freya.
La rubia quito un mechón de su cara, para mirar a la mujer.
- Oh, vengo con él, veníamos caminando - Freya enganchó su brazo al del desconocido a su lado. - Mi esposo y yo estábamos de camino.
- Son unos buscadores ¿Buscadores de la verdad? - preguntó la mujer ignorando las respuestas de ambos jóvenes.
- Soy más como un cazador - respondió Newt sintiéndose algo incómodo por la repentina muestra de afecto de una desconocía.
La mirada de la mujer se dirigió a la rubia.
- Soy una aventurera, y una cazadora, créame he descubierto muchas cosas que usted no se imaginaria - guiño un ojo.
Al estar concentrados en la mujer delante suyo, no estaban prestando atención a los demás a su alrededor, un grave error, por que si hubieran observado con atención se hubieran dado cuenta del hombre que sacó una moneda de su bolsillo haciéndola girar y cómo está cayó en uno de los escalones, haciendo de la maleta de Newt se vieran unas pequeñas manos que habían escuchado al objeto moverse y caer.
- Hay brujas entre nosotros.
- Si yo le dijera... - Freya carraspeó en un murmullo que sólo fue oído por Newt, en su rostro se apareció una leve sonrisa que se esfumó tan rápido como pareció.
- Tenemos que luchar juntos por el bien de nuestros hijos - siguió hablando la señora Barebone causando que Freya rodara los ojos. - Por el bien del mañana, ¿qué dicen a eso jóvenes?
Nuevamente las miradas se dirigieron en dirección a Newt y Freya. Scamander logró ver cómo el sombrero de un hombre se movía, miró en dirección hacia su maleta igual que la rubia quien se encontraba confundida.
Dirigió su vista en la misma dirección que Newt descubriendo que había sucedido, se trataba de un escarbato, el cual se había escabullido de la maleta de Newt saliéndose. Tan pronto como el animal se escabulló hacia el interior del lugar, Newt se movió caminando hacia él.
- Disculpe.
El hombre del abrigo soltó a Freya caminando rápidamente entre las personas para subir los escalones del banco.
- Un agradable discurso, si nos disculpa tenemos cosas que hacer - se excusó Freya.
Freya siguió al hombre del maletín por pura curiosidad, ni siquiera lo conocía, pero sentía que si lo hacía encontraría una gran aventura de la cual no se arrepentiría nunca.
¿O tal vez si?
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WICKED GAME, Fantastic Beats
FanfictionWG| •¿Puedes llevar este secreto?" Los secretos no pueden estar por siempre ocultos, Freya creo que no debiste abrir la caja de Pandora. Newt Scamander llegó a New York para revelar secretos ocultos en la vida de Freya Garroway e incluso conseguir...