𝒞𝒶𝓅𝒾𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟦

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Nonno – Dije mientras mi vaso caía del balcón hacia abajo, en mi cabeza solo había insultos

Oliver se acercó para abrazarme –No– volví a decir mientras lo alejé con los brazos. Estaba esperando decirle a Mallory que alejé al jefe de la mafia italiana para evitar que me abrazara.

Principessa, ¿Por qué no quieres abrazarme? – Dijo mi abuelo, tenía uno de sus puros en la mano.

–¿Y lo preguntas? ¿Porque mierda mandaste a alguien a secuestrarme? No tengo que probar a nada ni nadie lo que soy capaz de hacer– En otro universo esas palabras me habrían costado la muerte, pero ese sujeto a final de cuentas era mi abuelo.

–Olivia, Yo...–

–No, aquí la que habla soy yo – Respondí –No me importa que seas mi abuelo ni el rey de Italia, ni ninguna mierda. No soy un objeto para que tengas que probarme. ¿Qué carajo te pasaba por la cabeza? –

Mi abuelo y mi papá se habían quedado en silencio. Tenía tanta ira acumulada que en otro universo me habría costado la muerte, colgada igual que Mussolini

–¿Acaso no dirás nada? Miras a mi padre en busca de respuestas, sé muy bien que papá no sabía nada, más aún porque teníamos la cena con mi madre. Di algo maldita sea ¿O el jefe de La Nostra Famiglia siente miedo de su única nieta? – Como que me excedí, pero le dije todo lo que sentía

–Ambas– Dijo mi abuelo –Me arrodillo ante ti, te has convertido en una mujer fuerte. Eres toda una Di Martino, mi Bella, Bella Olivia–

–Con halagos no vas a convencerme tan fácil, no me vendo por palabras bonitas – Había vuelto a sacarme sangre de los nudillos, pero no iba a dejar que lo viera.

–Ollie – Dijo mi papá

–Ahora no, necesito ducharme y sacarme mi traje. Por si lo olvidan apuñale a un vagabundo hoy y quiero descansar – Dije y me fui del balcón

...

ETHAN

Eran aproximadamente las diez de la mañana cuando mi alarma me despertó. Mi habitación estaba muy iluminada, luego recordé que estaba en la casa de los Di Martino, uno de mis amigos de la escuela estaba obsesionado (de manera no malvada) con Olivia, si le contara que pasé la noche en su casa jamás lo creería. Genie la ama de llaves me había dejado unas toallas por si quería ducharme. No traía otra ropa, pero aun así me di una ducha.

Me puse mis zapatillas y tomé mi mochila que dejé sobre un pequeño sofá (que busqué el precio y cuesta lo mismo que un año de colegiatura) cuando salí Genie me hizo una seña, tenía un plato con muchos bollos de distintos tipos, sándwiches, jugo de naranja y una gran taza de café. No quería comer, ya fue suficiente con dormir acá, pero Genie insistió. Estaba terminando de comer cuando llego el Señor Harry

–Ethan, sube conmigo por favor– Me dijo con una voz amable. –Este es mi fin –Pensé

Esperaba ver a Olivia, pero no había señales de ella.

–El chico que estaba esperando– dijo un hombre detrás de la gran silla del Señor Harry, me sentí como en esas películas. Si se volteaba y tenía un gato en su regazo no sabría cómo reaccionar.

–Si, supongo– Dije me subía los lentes que no estaba usando porque en la mañana me puse mis lentillas. –Pensé que Olivia estaría aquí – No sabía si era correcto mencionarlo.

–Mi nieta se fue a preparar – El hombre se volteo, supongo que él era el Abuelo Mussolini, no iba a llamarlo así en público (claramente). El señor era pelón, usaba un traje sin corbata, era de color blanco. A diferencia del Señor Harry que usaba una camisa abierta sin corbata y pantalones color navy, que creo que era la misma ropa de ayer, tenía cara de no haber dormido.

Mátame SuavementeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora