Confesándome

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Después de que Amy se marchase, me subí a mi audi y me dirigí hasta la casa de Jason, mi mejor amigo desde la infancia. Somos como hermanos. Jamás nos ocultamos cosas, no hay secretos, siempre vamos con la verdad por más dura que sea. Jason, sinceramente, es como mi psicólogo personal. Tiene ese don natural para escuchar y comprender lo que sientes. Por eso necesito hablar con él en este momento. Necesito saber que es lo que me pasa con Amy.

Aparqué enfrente de la casa de mi amigo. Es una vivienda de dos pisos color amarilla con ventanas blancas. Caminé por un caminito de piedras cercado por unas plantaciones de flores amarillas y blancas que se extienden hasta la puerta. Realmente esa casa destilaba paz y tranquilidad. Como él.

Llegué hasta la entrada de la casa de mi mejor amigo y toqué dos veces el timbre. Sólo podía rezar para que se encontrara en casa y me ayudara con estas nuevas sensaciones que revoloteaban cuando estaba cerca de Amy. No puedo dejar de pensar en ella, de recordarla cada minuto en mi mente. Solo la conozco desde hace apenas un par de horas y ya siento que pasó una semana. Estoy realmente hecho un lío. ¡Dios! ¿Por qué Jason tardaba tanto en abrir la maldita puerta? Cuando iba a comenzar a golpear la puerta, escuché la voz de mi amigo gritar un "Ya voy" y sus pasos acercándose hasta la entrada. En una cuestión de segundos Jason abrió la puerta.

- Hey Ethan ¿Cómo estas, amigo?- Me saludó dándome un abrazo seguido de dos palmadas en la espalda, gesto que imité.

- Bien Jass.- Respondí observando a un Jason totalmente elegante.- ¿A dónde vas así vestido?- Le pregunté mirándolo de pies a cabeza.

Vestía unos jeans azules rodeado por un cinturón blanco de cuero, una camisa blanca combinada con un chaleco gris. Usaba unas zapatillas blancas de alguna marca importada porque sinceramente lucían más que la ropa y llevaba colgando del cuello de la camisa una corbata lisa negra. Y su pelo rubio se encontraba peinado hacia un lado aunque no lucía natural ya que se notabaque usó un peine y mucho gel. MUUUUCHO GEL.

- ¿Esto?- dijo señalándose a sí mismo.- Es producto de Harper.

Harper. Esa palabra me lo decía todo. Su hiperactiva y dulce novia. Hace como seis meses que se conocieron y tres meses que son novios. Sinceramente esa chica bajita portadora de unos ojos negros y una sonrisa linda pero que a veces se convertía en demoníaca con la sola mención de 'compras', y tiene el pelo largo de color negro, había enloquecido a mi mejor amigo con tan solo verla en una fiesta. Después de que Jason me la presentara, nos convertimos en amigos. Sí, esa loca/demonio de la moda supo entrar en mi corazón y convertirse en la mejor amiga que uno pueda desear. Igual todavía sigo sin entender como Jason lograba soportarla.

- Demasiada información.- me limité a decir entrando a su casa.

- Ya sabes como es ella, así que no fastidies.- Dijo retándome mientras cerraba la puerta.

- Como tú digas.-

- ¿Y qué te trae por aquí?- Preguntó Jason mientras subíamos las escaleras hacia su habitación.

- ¿Qué pasa? ¿Ya no puedo visitar a un bien amigo mientras este se prepara para la pasarela?- Dije haciéndome el gracioso para ganar un poco de tiempo porque ya me estaba poniendo nervioso.

- Anda Ethan, entra.- Contestó abriendo la puerta de su habitación.

Entré a su habitación, específicamente, de color celeste y me dirigí hasta su cama acostándome sobre ella mientras él se acercaba su puff azul hasta un lado de la cama para sentarse cerca de mí.

- Escúpelo.- Pronunció la palabra mirándome inquisitivamente. Yo solo me limité a apartar mi mirada de la suya posándola en el techo para comenzar a relatarle.

Mi Primera CitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora