Narra Aoi
El sol brillaba intensamente esa mañana, y al estar en un prado el calor se sentía aún más, sin embargo, no se podía quejar, después de todo ese era el único lugar donde podría encontrar las hiervas que necesitaba.
Había buscado por los alrededores con la esperanza de encontrarlas, pero hasta ahora no había tenido suerte y la verdad ya comenzaba a impacientarse, pero no se daría por vencida ¡encontraría esas hiervas, aunque fuera lo último que hiciera!, siguió buscando mientras se alejaba más de aquel prado hasta llegar a un pequeño lago. Decidió que lo mejor era tomar un descanso y luego seguiría buscando o a este paso terminaría dándole un golpe de calor, así que se sentó a las orillas del lago para luego inclinarse y tomar un poco de agua en sus manos para llevarlo hacia su rostro y tomar un pequeño sorbo, cuando termino se sintió más relajada así que decidió seguir con su búsqueda, así que se levantó para continuar pero al encontrarse aun un poco desorientada por el calor no se dio cuenta de una pendiente y solo bastaron unos pasos para que tropezara con una piedra y rodara colina abajo, no lo negaría eso había sido doloroso pero cuando se iba a quejarse diviso ante sus ojos lo que tanto buscaba las hierbas que Shinobu-san le pido buscar, y sonrió en grande , rápidamente se levantó y comenzó a recolectar todo lo que podía, después de todo esa hierba era el ingrediente principal para la medicina que debían prepara para ayudar a Nezuko.
Ni bien termino con su labor decidió volver rápidamente a la finca mariposa y empezar con la preparación de la medicina.
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Narra Inosuke
Me encontraba en el porche de la casa con vista hacia el jardín, mientras mecía ligeramente la cesta donde descansaba mi hijo durmiendo su siesta, y aprovechaba para admirar los ligeros gestos que hacía al dormir, cada vez que el pequeño arrugaba la nariz como si algo lo molestara me recordaba a Aoi, después de todo ella tenía la misma costumbre, una sonrisa apareció en mi rostro al recordar aquello, parece que el había heredado algunas de sus manías al dormir.
I-me pregunto que estará haciendo en estos momentos- susurre al aire después de todo ella había estado ocupada las últimas semanas, saliendo muy temprano de la casa después de dejarme echo el desayuno y el almuerzo, ya que insiste en no dejarme cocinar, y regresando muy entrada la tarde.
Si bien los primeros días regresaba cansada pero feliz, comentándome que había encontrado nuevas hiervas para no sé qué, en los últimos días llegaba algo frustrada diciendo que no encontraba la más importante, frustración que se le quitaba ni bien sostenía a nuestro hijo en sus brazos. Normalmente no solía llamarme mucho la atención sus asuntos cuando se trataban de hierbas porque no entendía nada, pero desde aquel día en el que nació la pequeña hija de Gonpanjiro ella ha estado muy ensimismada en buscar esas hierbas y eso sí que ha despertado mi curiosidad, que aún no se me ha olvidado que tenemos una conversación pendiente, pero dejare que ella me lo cuente cuando se sienta lista. De todas maneras, mientras no descuide su salud por buscar esas cosas yo no pienso intervenir.
Dirigí mi mirada hacia el jardín, para posarla específicamente sobre una planta; si recuerdo bien Aoi dijo que se llamaba hortensia, era de un bonito color azul, yo no sabía mucho de plantas y tampoco era que me gustaran mucho, pero a esa planta si se podía decir que le tenía un gran cariño después de todo siempre estuvo en mis momentos especiales con mi ahora esposa.
Me perdí en mis recuerdos sobre todo lo que he pasado con Aoi hasta ahora, pero de pronto sentí una presencia a mis espaldas, presencia que había pasado desapercibida al estar completamente perdido en mis pensamientos, mi instinto reacciono inmediatamente pues Aoi siempre avisaba cuando llegaba y ella solía llegar al atardecer.