CAPÍTULO 2- Isabella Miller

65 2 0
                                    


Isabella Miller


11 Novienbre del 2021

Me despierto en eso de las 8:30, voy al baño, hago mi skin care, luego me coloco ropa para hacer ejercicio y ahora sí, voy al primer piso.

Llego a la cocina y no hay nadie, mis padres están trabajando y las personas que trabajan acá deben estar en sus quehaceres, así que me preparo una avena con frutas para desayunar. Una vez termino de desayunar me dirijo al gym de la casa, me dedico por toda una hora a hacer ejercicios.

Mientras me ejercito me pongo a reflexionar sobre cosas que me pasaron meses atrás.

A finales de abril pasó algo que de una u otra manera marcó mi vida y hoy me siento, podríamos decir, agradecida con eso.

Todo comenzó cuando mi mejor amiga de aquel entonces, celebró su cumpleaños en una discoteca. Yo no pude asistir porque a mi abuela le iban a entregar un reconocimiento muy importante para ella. Al día siguiente fui con el regalo de mi amiga a su departamento, me encontré con la maravillosa imagen de ella y mi novio dormidos muy abrazados y completamente desnudos, como ha de esperarse comenzaron las justificaciones, que estaban ebrios y de más. Mi novio diciendo que lo perdone que no fue nada para él que esto que lo otro, claramente no le creí ni una sola palabra.

Me dolió, me dolió bastante, tanto como para llorar por días, para no querer salir, para aislarme de todo. Uno de esos días entre a las redes sociales y vi un vídeo de ellos en una fiesta, y ahí fue cuando me dije a mi misma ¿qué hacías llorando por esas personas?, entonces comencé a cambiar mis hábitos y a cambiar para mí misma.

Comencé a hacer ejercicio, a pasar tiempo con mis padres, a enfocarme en mi salud mental, mi amor propio, mis emociones entre otras cosas.

Y así fue como construí a la persona que soy hoy, claro me llevo varios meses, como también aún sigo trabajando para mejorar cada vez más y más.

Hace unos meses si me hubieseis preguntado si iba a llegar a ser la persona que soy hoy en día, mi respuesta hubiera sido un rotundo no.

Cada día me tomo un momento para agradecer cada cosa que tengo, pero hoy me tomaré el tiempo para agradecer quién soy.

Una de las cosas que todos debemos aprender es a agradecer hasta cuando lloramos. A veces llorar nos hace bien, también agradecer esas sonrisas que para muchos no es nada, para otros es un logro. Trata de cambiar tus hábitos y mejorar para ti es una de las mejores cosas que hay en la vida, inténtalo y ya verás.

Una vez termino de hacer ejercicio, me baño y me arreglo, me coloco un jean con un top y unos converce, me maquillo un poco y me siento en la terraza a usar el móvil y leer un poco.

-Hola mi niña -saluda Ana, mi nana.

-Anaaa -le sonrío.

-¿Qué vas a querer para almorzar? -pregunta acercándose a mí.

-Spaghetti -contesto.

-Está bien, tus padres no vendrán hoy a almorzar.

-Sí, ya me avisaron -me da un beso y se va.

Según me cuenta mi madre, Ana llegó aquí buscando trabajo cuando yo tenía unos tres años, ella la acepto y desde entonces me ha cuidado y ha estado para mí, al igual que se ha vuelto como una segunda madre.

Mis padres y yo tratamos de pasar la mayoría del tiempo juntos porque pronto me iré a la universidad y queremos aprovechar. Si que hay veces que ellos por sus trabajos no pueden acompañarme a almorzar o cenar, pero luego lo reponemos.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 03, 2022 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La inesperada amistad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora