O4

3.6K 268 48
                                    

CAPÍTULO CUATRO

Cuando Calle abrió los ojos, Poché ya no estaba a su lado. Rodeó la mirada por la zona y no la encontraba en ninguna parte. Se levantó del sofá y se vistió para después salir de la caseta. Se dirigió a la mansión.

— Buenos días joven ama — saludó Anne feliz de ver a aquella mujer de pie otra vez.

— ¿Dónde está Poché? — interrogó.

— Se marchó en la madrugada.

Calle inmediatamente salió de la mansión y fue a subir en su auto. Condujo por un largo rato hasta llegar al edificio departamental de Poché. Subió a la planta adecuada y tocó a la puerta varias veces.

— Buenos días señora — dijo alguien a sus espaldas — si busca a la señora Garzón, se marchó hace una hora.

— ¿Cómo que se marchó? ¿A dónde fue?

La mujer mayor se encogió de hombros y mantuvo una cierta distancia cuando notó que el tono de la mujer se volvía más agresivo con el paso de los segundos y su ceño se fruncía.

— Am...no tengo ni idea. L-la ví salir con una maleta. Es tod...

Calle no escuchó aquellas palabras y se marchó mientras buscaba su celular, pero no lo tenía encima. Condujo hacia el aeropuerto y buscó a la rubia por todas partes e incluso la buscó en cada una de las aerolíneas hasta localizar su vuelo. Se había marchado a los Estados Unidos.

La mujer alta se llamó tonta mentalmente al no darse cuenta del juego de Poché. Ella no la extrañaba. Ella estaba molesta después de ver aquellas fotos. Nada de lo que había dicho era real y si bien aquello era una venganza, sí que lo había echo muy bien. Había logrado ilusionarla llevándola a lo alto de una cima para después dejarla caer de un golpe brusco y doloroso. Eso solo significaba que ella no regresaría a sus brazos. Que todo lo que había tratado de reeconstruir no existía y tampoco iba a existir.

Calle miró la hora una vez más. Habían pasado más de un mes y no había encontrado a Poché por ninguna parte. Hasta pareciera que se le había tragado la tierra. En el hospital le dijeron que la rubia había solicitado más tiempo por un asunto personal y solo se temió lo peor. Poché amaba su trabajo. No pediría más tiempo si no ocurriera algo grave y lo peor de todo era que no tenía ni la más mínima idea de dónde estaría.

Calle aguardó en el exterior del edificio mientras veía a algunos amigos de Poché salir del Hospital, pero solo quería hablar con Paula. Solo ella podía decirle dónde estaba y qué estaba haciendo.

— Hasta mañana chicos — la voz de Paula inundó el pasillo.

Calle se acercó a ella y ésa rodó los ojos al verla. Trató de pasar de largo pero la poderosa mujer se detuvo frente a ella.

— Necesito que hablemos.

— ¿Y quién eres para que hablemos?

Calle maldijo entre dientes y trató de mantener la compostura. Se recordó a ella misma que no era el momento para perder la cordura y que debía mantener la calma.

— ¿Dime qué necesitas para que podamos hablar?

— ¿Qué tal un auto? — dijo Paula en tono irónico.

Calle extrajo su celular del bolsillo y marcó a un número. Espero un segundo a que la persona atendiera mientras era observada por Paula, quien se preguntó si realmente iba a comprarle un auto.

— Hola, consigue un auto inmediatamen...

— ...oye — dijo Paula quitándole el celular de las manos a la mujer —. Solo estaba bromeando.

EN TU MIRADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora