CAPÍTULO DIECISIETE
Meses después:
Poché se sentía como si estuviera enferma. La seguridad impuesta por Calle había aumentado mucho más, especialmente cuando tenía que asistir a un negocio fuera del país. Aunque la rubia aseguraba que estaría bien cuidándose ella misma, la alta simplemente ignoraba sus palabras para hacer su voluntad.
—— Solo mira el lado positivo de las cosas —— habló Paula dejando sobre la mesa del centro bandeja ——. Ella solo quiere lo mejor para tí.
—— Lo mejor para mí sería tener una vida normal, como cualquier otra embarazada. Por el amor de Dios, no estoy enferma. Es solo un embarazo.
—— ¿Aún no te das cuenta?
Poché no entendía a qué se debía ésa pregunta y lo reflejó en el rostro. Paula soltó un suspiro y volteó a ver a su amiga.
—— Es probable que nunca lo exprese, pero...Calle tiene miedo de que te pase algo o le pase algo al bebé. Perdiste a vuestro primer hijo. Y casi perdeis al segundo...¿no es eso razón suficiente para estar preocupado?
En realidad no se había puesto a pensarlo. Poché dirigió las manos hacia su panza para darle una caricia. Como bien lo dijo Paula, su esposa no era la clase de persona que se expresaba. Era más bien una persona que solo imponía su voluntad sin importar qué. Y por supuesto, una persona que la amaba por encima de todo.
El sonido del celular de Paula les interrumpió. Era Lucía.
—— ¿Y ahora qué quiere Lucía? —— comentó la alta alcanzando su teléfono sobre la mesa. Tras responder la llamada lo puso en altavoz.
—— Oye ¿viste las noticias? Realmente me dan ganas de matarla ¿cómo puede hacerle eso a nuestra Poché y después decir que la ama?
Paula y Poché intercambiaron miradas. La alta trató de tomar el teléfono, pero Poché se las apañó para impedírselo.
—— Lucía...creo que...
—— ...como sea, no dejes que Poché vea las noticias bajo ninguna circunstancia.
Antes de que la alta pudiera decir algo, la persona al otro lado ya había colgado. La rubia sonrió incrédula y automáticamente se puso en pie. Calle claramente podría haber cancelado ésa reunión. Ella tenía el poder de cancelar cualquier reunión pero no lo hizo y todo para ir de viaje con su amante.
—— ¿Oye, a dónde vas?
—— A Inglaterra. Las mataré a ambas.
Poché se apoyó en la barandilla para subir las escaleras las cuáles la hicieron maldecir. Su panza estaba tan enorme que apenas podía ver sus propios pies. Su ropa no le quedaba y como si fuera poco, su esposa estaba con otra mujer mucho más delgada pasandola bien.
—— Ya deja de actuar como una niña. Sabes perfectamente que Calle no te engañaría.
A ella le habría gustado creerlo, pero su esposa a penas la había tocado las últimos meses. Ella estaba más al pendiente de los bebés y de cualquier otra cosa en el mundo. Calle le decía te amo con poca frecuencia y además, ni siquiera cancelaba una reunión por ella. Dándose por vencida en el quinto escalón, se sentó en las escaleras y se llevó las manos al rostro. Paula sabía que aquellos síntomas tenían que ver con las hormonas. Pues su amiga lo mismo estaba triste que feliz en cuestión de un segundo. Lo mismo decía que Calle la amaba como que no lo hacía.
—— Ella ya no me ama.
La alta se puso en por y caminó hacia el encuentro de su amiga con el celular a mano para después sentarse a su lado.
ESTÁS LEYENDO
EN TU MIRADA
RomancePoché ha decidido rehacer su vida y eliminar de ella todo aquello que resultaba un obstáculo a su felicidad; incluso al amor de su vida. Por otra parte, Calle está dispuesta a recuperarla sin importar lo que tenga que hacer. •√ : Segunda parte de Ps...