Capitulo III: Bristol

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Ya era de día, la luz volvía a entrar débilmente a su cuarto. Era hora de levantarse, tenia que preparar el desayuno para compensar a su kouhai por lo de ayer.

Pero.

Sentía frio.

Una ligera brisa golpeo su pecho desnudo.

Que mierda. Su memoria andaba en blanco, se sentía cansado, pero desconocía el porqué.

No solo era eso, se sentía sucio, empapado en sudor seco, fue ahí cuando sintió un cálido abrazo. A su lado estaba ella.

Nee-san me va a matar, o la va a matar a ella por robar la pureza a su hermanito. Su rostro palideció un poco, pero a la vez también se sonrojo, su vergüenza era palpable.

Que carajos paso ayer, su mana también estaba casi agotado, pero no era por el contrato, el ser preparo durante años para este tipo de estrés en sus circuitos, si bien no eran de la más alta calidad, Ciel logro mejorarlos de alguna manera, su conocimiento era demasiado grande para alguien de su edad o eso pensaba su padre.

Algo más agoto su mana y no podía recordarlo o simplemente no quería hacerlo.

Se quiso parar, pero no podía, el agarre de su acompañante era fuerte y no le permitiría abandonarla.

'' Quédate aquí ''. Fue lo único que alcanzo a decir, su voz sonaba risueña y su actitud no podría ser otra que complacida. Cada vez era más obvio para él lo que paso.

Mazel Tov

Si no fuera por su entrenamiento mental, en este momento estaría gritando de vergüenza. Jamás había previsto esta situación, incluso estaba preparado para eliminar a su sirviente si este resultaba no querer colaborar.

Pero nunca, jamás, de ningún modo, en absoluto se le cruzo por la cabeza la idea de tener sexo con su sirviente.

Bueno no había motivo porque alarmarse, así que decidió quedarse un rato más, era temprano, su reloj apenas marcaba las 5:00 a.m.

Sakura y Taiga llegarían alrededor de las 7:00, aunque tenia tiempo para preparar el desayuno. Así que decidió cerrar los ojos nuevamente y empezar a recordar los eventos de anoche.

...

'' Te pregunto tu eres mi esposo ''. Que estaba pasando, sabía que su suerte era de lo peor y lo la situación lo confirmaba de la mejor forma posible.

Según el libro que detallaba las reglas y procedimientos de la Guerra del Santo Grial, el debió invocar al Sirviente Clase Saber, Artoria Pendragon El Rey de los caballeros.

Se supone que quien atendería su llamado seria una persona con la cual podía compartir sus ideales, un sueño que, aunque acabo con la vida de su padre y la de quienes amo el, seguía siendo uno demasiado hermoso a sus ojos, en su cabeza incluso se cruzo la idea de inmolarse por él, pero no, le prometió a su padre que también buscaría su propia felicidad.

Aun así, quien era la persona que tenía enfrente, según el perfil que su padre detallo en el cuaderno en frente debería tener una mujer rubia de no más 16 años, con un vestido azul lleno de detalles dorados que, aunque sencillos combinaban bien.

Aun así, aceptaría estas jugadas del destino sin importar que, así como decidió entrenar el poco talento que tenía al máximo, lo mismo haría con su servant con el fin de parar esta matanza.

Mas, el destino lo reunió con otra persona.

No era una luz llena de gloria y honor que contrastaría con el brillo de luna que los rodeaba, al contrario, esa mujer se fundía con el tono índigo de la noche.

Let's try this one more timeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora