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Ryu bebía un vaso de bebida servida por K, quien estaba acurrucado en el sofá, a su lado, con la televisión encendida.

- Así que se acerca tu cumpleaños.

K le había contado algunas cosas, no todo sobre él, le daba miedo que se burlara.

- Odio pensar en eso.

- Pero no es tu culpa... hay cosas que no podemos evitar. La muerte es una de ellas.

- Lo suicidios si pueden evitarse...

- K... - Murmuró, se apegó más al contrario - Tu tío habrá tenido sus razones y hubiera sido genial que no hubiera tomado esa decisión, pero, no fue culpa tuya, eras un niño, dime, ¿qué culpa tenías?

- Nacer. ¿Sabes? - Se decidió a ser sincero - Todos murieron.... Mamá murió al darme a luz, mi abuela trató de matarme en mi quinto cumpleaños y se colgó, y al cumplir los 15 años mi tío se lanza al río Han.

Ryu se quedó callado.

K se ocultó bajo sus propios brazos.

- La Luna es la única compañía que he tenido... - Enterró sus uñas bajo su cabello, sobre su cabeza con fuerza.

Ryu lo detuvo, sujetando sus manos, K lo miró con los ojos llorosos.

- Ya basta... deja de culparte, deja de hacerte daño, no es tu culpa. Nunca fue tu culpa.....

K suspiró, cerrando sus ojos, Ryu jaló sus muñecas, dándole otro abrazo, colocando la cara de K sobre su pecho, acariciando sus cabellos.

- Ya no estarás solo.... Puedo venir todos los días si quieres, quedarme los fines de semana..... y tú también puedes ir a mi casa cuando quieras.... le agradas a mi familia....

K sollozó y asintió. Se separó y le sonrió.

- Me encantaría - Se secó las lágrimas, riendo despacio -. Perdón por tenerte que hacer soportar mis berrinches... debo parecerte patético.... puedes burlarte si quieres.

- Jamás. ¿Cómo quieres que me burle de tus sentimientos? Pasaste por mucho, no eres patético, eres realmente fuerte.

- Ah... - Su sonrisa se borró inconscientemente y sus labios temblaron - Quizás... tengas razón...

- K, eres realmente increíble... puede que a veces seas un idiota, pero eres el único que se preocupa en serio por todos aunque seamos unos mal agradecidos. Yo.... de verdad gracias por todo lo que hiciste por mí... el escape, el hospital, el director, venir a verme... tú... - Ryu desvió a mirada - salvaste mi vida....

K lo miró atento, sonriendo.

- Yo.... ya sabes... soy un héroe.... ¡El héroe de SuYeol! - Se lanzó a abrazarlo, sonriendo ampliamente, haciendo caer a Ryu sobre el respaldo del sofá, Ryu sujetó por instinto las caderas del contrario.

K se dio cuenta de la posición en la que estaban, se paralizó, mirando a Ryu quien también lo miraba fijamente a los ojos, estaban cerca, muy cerca, sus pechos estaban casi unidos, sintió una mano deslizarse por su mejilla, Ryu secaba sus lágrimas, no pudo evitar sonreír.

SuYeol lo miró fijamente, sintiendo una extraña sensación en el pecho al verlo sonreír. Frunció levemente el ceño.

- K... - Murmuró - Tú.... te ves realmente lindo cuando sonríes....

No sabía que le gustaba tanto la sonrisa de K hasta ahora. K se sorprendió un poco ante el halago, se sentía cómodo, pero un extraño pensamiento chocó contra su mente, como una orden.

Bésalo.

K bajó su mirada a los labios de Ryu, esas curvas hechas por el ángel que lo calló al nacer, tan rojos y brillantes, Ryu inconscientemente bajó a mirar sus labios también, atento a como estos se movían nerviosos.

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