¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Recuerdo aquella fiesta de Haneul, era su cumpleaños número 10, habían muchos niños de la escuela, yo había llegado primera su casa. Haneul era mi mejor amiga, siempre creímos que en otra vida podríamos ser hermanas, eran ídeas increibles en su momento.
Aún lo sigo pensando, Haneul fue tan afortunada de tener a sus padres juntos, de tener esa inocente infancia que yo me perdí, de esos momentos felices que no logre tener, de esos aprendizajes qu debieron darme, los compleaños felices, una familia unida, la compresión y cariño en navidades, la calidez de los besos de una madre y la protección en los brazos de un padre, ella lo tuvo, ella tuvo todo aquello que yo me perdí, y aunque mis padres estuvieron ahi, nunca se sentió de esa forma.
Al menos una de nosotras fue feliz.
No podía borrar esa sensacion que sentí en su fiesta número 14, su padre sento en su regazo a Haneul para tomarse una foto para recordar ese día y entrelazo su mano junto a la de su esposa haciendo el cuadro perfecto de la familia Hwang. En ese momento, por alguna razón, quise ser yo quien estuviera en su regazo.
Fuimos creciendo, Haneul fue mi otra mitad, mi complice, mi alma gemela, invitandome a ser parte de su familia cuando mi mundo se derrumbaba.
El señor Hwang siempre me trato como una hija más para él, aún puedo escuchar cuando decia que Haneul y yo eramos su mayor tesoro, mientras su esposa le sonreía y asentía respondiendo que yo era la segunda hija que siempre anhelo.
Fueron un matrimonio perfecto, llegue a pensar que si mi futuro no era como el de ellos no queria absolutamente nada, yo anhelaba una familia como la de Haneul, un padre presente como lo era el señor Hwang, atento y cariñoso, una madre como la señora Hwang, amorosa y comprensiva.
Yo anhelaba amor, atención, quería sentir que podía ser la primera en la vida de alguien.
Me dieron un hogar, me amaron, me consolaron, me hicieron sentir que no estaba sola.
Pero comence a querer más, más que ese tipo de amor paternal, más de lo que debí querer. Yo queria alguien como el señor Hwang para mí.
Pero uno no sabe lo de nadie, y yo no me imaginaba que detrás de esa faceta escondían todos los problemas entre ellos.
Mi pequeña Haneul sufrió tanto cuando ellos se divorciaron, aún así me aseguré de estar ahí cada noche que las lagrimas cayeron por sus ojos y de hacerle saber que estaba para ella como siempre lo estuvo para mi. Lo entendió, aceptó que era lo mejor, el amor entre sus padres se habia acabado, fue un sentimiento familiar.
——— ❆ ———
Recuerdo aquella tarde, me encantaba ir a casa de Haneul, era inmensa, parecía un palacio, ella vivía con su padre, su madre ahora vivía en California, ella solo iba en vacaciones. Su padre ahora cuidaba por completo de Haneul, él decia que era el palacio de sus dos princesas, Haneul y yo.
