divine love

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  Amor divino, pronto tienes que volver a mi

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  Amor divino,
pronto tienes que volver
a mi.

Era una tarde de verano en la que Jeongin llegó de la mano de su madre a una nueva casa, los habían recibido una señora que los abrazo con fuerza, presentandose como la mejor amiga de su madre.

Solo recuerda que luego se torno aburrido, bueno para un niño de esa edad alguna charla mientras tomas una taza de té es lo suficientemente aburrido. Ellas charlaban muchísimo y parecian nunca acabar. Asi que no se dieron cuenta cuando se levanto y comenzo a observar el desconocido lugar. La sala era muy amplia, tenía cuadros colgados en las paredes dandole un toque elegante y confortable, el pasillo al final dejaba ver la cocina y por el otro lado las escaleras que daban al segundo piso, estuvo tentado a subir pero se arriesgaba a recibir un regaño de su madre por investigar demasiado, hasta que se detuvo cuando observo el gran jardín dentro de la desconocida casa, este solo era cubierto por las puertas de vidrio.

Pero en realidad no era solo eso, había una niña al final del jardín, junto a una pequeña radio color rosa, tenía todas las flores rodeandola y su vestido combianaba con la pintoresca escena.

¿Quien estaba bailando en el jardin?

Inconsientemente sonrió, no supo porque, opto por creer que se veia muy graciosa, pensó que tal vez podrían tener la misma edad, él estaba muy aburrido y no era una mala idea hacerle compañia.

Con su pequeña estatura logró deslizar hacia un lado una de las puertas, caminando con cautela hasta que la contraria sintió una presencia acercarse a ella, estaban interrumpiendo la concentranción que necesitaba para su presentacion.

— Soy Jeongin, mucho gusto.- su madre había dicho que debía ser alguien respetuoso con todas las personas que conocia. Ella parecia agradable.

— Soy Yerim- ella no lo supo pero la expresion que mostró parecia más una mueca que una sonrisa.— ¿Eres el hijo de la señora Yang?- recordaba haber escuchado a su madre decirle que alguien vendría, debía comportarse y no molestar, por ello decidió irse al jardín para estar sola y no hacer enojar a mamá.

—Lo soy.- respondio el pelinegro. —Tú vives aqui, ¿cierto?

— Así es.- contestó.—¿Ella habla mucho no es así?- conocía a su madre, probablemente esa charla no iba ni en la mitad. Le gustaba pensar que no se parecia a su madre, la mayor hablaba hasta por los codos mientras que ella preferia el silencio y decir poco. A la mayor le gustaba observar la televición a cada cierta hora y hacer alguna receta nueva que veía por ahí. Mientras que ella preferia prender la radio que su padre le había regalado y arreglar sus juguetes aún estos estuvieran completamente organizados, todo debia estar perfecto. Quizas no eran completamente diferentes.

–Mamá dijo que debían hablar de muchas cosas entre mujeres.- no podia dejar de observar las flores a sus pies, el cielo parecia tan puro ante él, pero que cosa no sorprendería a un par de niños como ellos.

𝐒𝐢𝐥𝐞𝐧𝐭 𝐜𝐫𝐲 |  𝐒𝐊𝐙Donde viven las historias. Descúbrelo ahora