– ¿Te parece si yo voy por lo que comeremos y tú vas por los dulces que ibas a comprar? – Asentí con la cabeza, y el sonrió
– Esta bien – Sonrei
– Nos vemos en la caja 2. – Leonardo dejó un pequeño beso en mis labios y se fue. Camine hasta el pasillo de los dulces y todo eso, escogí algunos
– Ay no. – Intenté salir del pasillo, pero un carro de supermercado se interpuso en mi camino.
– Hola Alice. – Cerré los ojos con fuerza, lamentándome. Di la vuelta, resignada.
– Andrew. – Dije con una sonrisa forzada.
– Hace mucho no te veía. – Sonrió, acercándose a mi aún más.
– Si bueno, fue genial verte, pero tengo que irme. – Me di la vuelta, dispuesta a irme corriendo de esa situación incómoda.
– No, ¡Espera! – Andrew sé puso delante mío, evitándome el paso.
– ¿Qué pasa? – Suspire, Leonardo debe de estar espesándome ya.
– Podrías darme tu número y salimos algún día, ya sabes – Lo menos que alguien quiere es salir con su ex y mucho menos teniendo ya pareja.
– Si, bueno yo...
– ¿Pasa algo? – Dijo una voz a mis espaldas. Sabía quien era
– Nada, ya nos vamos. Un gusto Andrew. – Me giré y tomé el brazo de Leonardo.
– ¿Quien es? – Preguntó Leonardo, mirando a Andrew
– Soy Andrew, Alice y yo fuimos pareja hace unos años, ¿tú quien eres? – Leonardo cambió su expresión
– Soy Leonardo. – Dijo cruzando sus brazos y tensando su mandíbula
– Y ya nos vamos. – Leonardo y yo nos gíramos.
– Pero, ¿me darás tu número? Sería bueno volver a salir – Andrew tomo mi mano, haciendo que nos detengamos.
– No, no creo que se pueda Andrew. – Acomode mis pulseras, siempre hacia eso. Leonardo me miraba con una sonrisa, nota mi nerviosismo y le encanta molestarme
– Bueno, tal vez nos veamos luego linda. – Leonardo tomó mi mano y nos llevó a otro pasillo.
– No puedo creerlo, Alice – Negó con la cabeza.
– ¿Qué?
– Bueno, una vez tu hermano dijo que soy la mejor pareja que has tenido y tenía razón tu hermano – Rió
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