¡! ❞ Ilyanna no solo es hija de dos de los vengadores más importantes, sino que también hay algo en su interior que puede desatar el caos. Y cuándo lo descubre desea no haberse topado nunca con Steve Rogers y Natasha Romanoff.
Se prohíbe la copia o...
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House With No Mirrors, Sasha Sloan
"Si viviera en una casa sin espejos. Donde las paredes no me respondieron. Tal vez soñaría un poco más grande."
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Ilyanna
Correr contra reloj no es de mis cosas favoritas, pero considerando que me desvele con un proyecto y me levante tarde por él, no es cómo que tuviera realmente otra opción. Agradezco que todo se lleva en digital hoy en día, o de otra manera estaría corriendo con un montón de papeles en un brazo y con el otro sostendría mis ganas de no darme de baja de la Universidad.
Sin embargo mi oportunidad de llegar temprano a clase se derrumba cuando choco con alguien y caigo al suelo.
Maldita sea.
— Lo siento, lo siento, ¿estás bien? — dice una voz masculina que reconozco enseguida.
Levanto la mirada solo para encontrarme con la mano de Peter Parker, la tomo para ayudarme a ponerme de pie. Me registra con la mirada, seguramente buscando algún indició de que me lastime, mientras me ayuda a recoger algunas de las cosas que cayeron al suelo durante el impacto.
— Estoy bien, Peter — le digo, intentando calmar su aura preocupada.
— Iba distraído en mi celular, tengo un examen en la segunda hora y estoy nervioso. Lo siento.
Lo miro arqueando una ceja, quiero golpearlo.
— Eres literalmente un genio, Parker. No tienes porque estar nervioso.
Eso parece calmarlo un poco y me sonríe. Las personas pasan a nuestro alrededor metidas en sus propios asuntos, lo cuál me alivia un poco, al menos no fui la burla por haber caído.
— Tengo que ir a clase — le digo y él se mueve a un lado para dejarme pasar.
— Suerte — dice mientras se aleja en una dirección opuesta.
Parece que tropezar con Peter es algo de lo que nunca podré escapar, cuando nos conocimos sucedió algo similar. Solo que fui yo la que lo hice caer y ahí estaban Chris y los Barton, por lo que todo termino en burlas acerca de mi equilibrio o lo mucho que los accidentes me suelen encontrar.
Chris y Peter son básicamente mejores amigos, así que Peter suele concurrir bastante mi departamento y el de Chris. Él y su novia, quien también es una chica muy agradable.
(...)
Acomodo mi cabello cuando una brisa fresca lo despeina. Mi proyecto fue aprobado con la nota más alta y salí temprano de clases, lo cuál hasta cierto punto me da algo de felicidad momentánea.
Parece que Chris y Peter se vieron entre clases porque el primero me mandó un mensaje burlándose de mí, después de unos cuantos insultos hacía él de mi parte, le avise que saldría temprano e iría a casa a descansar, pues hoy es mi día libre y tengo unas inmensas ganas de ver películas hasta quedarme dormida.
Saliendo de la Universidad pasé por el supermercado para comprar unas cosas que me hacían falta y algo de comida, también me perdí un poco en el pasillo de comida chatarra. Ya es algo tarde así que seguramente Chris ya está por salir de la Universidad también.
Subo por el elevador del departamento y una vez estando en mi piso reviso mi buzón de correo.
Una carta nueva ha llegado. Siento un hormigueo de nervios en las manos al tomarla. Entro en mi departamento y pongo las bolsas de la compra que hice de comida sobre la mesa. Tomo unas tijeras y cuidando no cortar nada importante abro el sobre.
"Ilyanna:
Esperamos que te encuentres bien y el estrés por los exámenes finales no te esté causando tantos estragos. Han sido semanas difíciles en el trabajo, esperamos que a ti te esté yendo mejor que a nosotros. Laura y Clint nos contaron que estás interesada en comprar un auto, cualquier cosa que necesite háznoslo saber mediante ellos.
Te queremos, N&S"
No puedo creer que puedan hablar con los Barton pero no conmigo, ¿cómo es eso posible? Es como si no quisiera tener contacto alguno conmigo, con su propia hija.
Arrugo el papel con rabia y lo lanzó lejos. El calor de las lágrimas atravesando mis mejillas hacen que mi llanto crezca. ¿Hay algo malo en mí? ¿Por qué demonios nunca se han dignado a aparecer?
El sofocante sentido de culpabilidad no me permite respirar, me duele tan profundamente que ellos tengan contacto con otras personas, que otras personas los conozcan, pero que yo siendo su hija ni siquiera tenga un recuerdo de ellos.
Más que las incontables veces que he llorado deseando por lo menos verlos alguna vez. ¿Tan difícil es darse un momento? Saben dónde vivo, dónde estudio, es probable que hasta sepan dónde trabajo por la tía Laura, pero ni siquiera una mínima intención han tenido.
Alguien toca a mi puerta pero no me apetece hablar con nadie, dos golpes más que ignoro, hasta que se escucha el tintineo de unas llaves y entra Christian. Quién de inmediato llega frente a mí.
— ¿Qué sucede? — me pregunta mientras me recargo en la pared tras de mí y me llevo las manos al rostro intentando reprimir el intenso llanto.
Christian me toma por el brazo y me atrae hacia él, oculto mi rostro en su pecho y siento sus brazos abrazarme. Mi llanto crece y lo único que deseo es desaparecer. Así por lo menos no sentiría nada.
Ahí de pie, con Christian abrazándome y yo llorando por la ausencia de unos padres que no se dignan a aparecer, una chispa de odio total hacia ellos comienza a crecer. Estoy sufriendo por personas que no merecen todo mi llanto.
Christian me carga entre sus brazos y me abrazo a su cuello, huele a otoño. Un inquietante olor de la brisa fresca del otoño. Se sienta sobre el sofá y me pone a un lado de él, extendiendo una manta para taparnos a ambos.
Lo abrazo en medio de mi llanto intentando de alguna manera sofocar mi dolor. Supongo que a estas alturas ya debería de comprender que las cartas terminarán conmigo llorando por sentirme insuficiente.
— Estoy aquí, Ann — escucho la voz de Christian y eso solo hace que mi llanto crezca más.
Él ni siquiera tendría que estar aquí consolándome, ni siquiera debería de estar cargando con una persona tan inestable como yo.
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