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Dejó escapar un largo suspiro, se sentía un poco más relajado después del baño con hierbas aromáticas, su cabeza ya podía descansar de la presión y ahora su cabello yacía suelto con un hermoso broche de flores que tomaba la mitad en un suave moño para que no estorbara en su rostro. Los sirvientes le habían colocado una prenda larga que se cerraba de manera cruzada, se veía bien con ello, pero sabía perfectamente por qué no usaba nada más que un simple camisón debajo.

Por más que pensaba seguía sin encontrar el defecto que podría tener Bang Chan, porque era imposible que fuese tan perfecto y aún así lo hubiesen buscado a él para que fuese su esposo. ¿Sería narcisista? Pero una persona así no lo habría halagado. ¿Podría tener cicatrices atroces por todo el cuerpo? Ya había observado la de su rostro. ¿Qué tal si era un enfermo mental? Quizás tenía traumas de la infancia que continuaban atormentándolo.

—Lee Min Ho —habló el azabache en cuanto entró a la habitación—. Definitivamente el rojo es tu color

—Gracias

Bang Chan ya no portaba su elaborada vestimenta dorada y también se había deshecho del gran adorno en la cabeza que cubría gran parte de su cabellera, ahora solo tenía una prenda muy similar, igualmente roja pero con partes de negro, y su cabello oscuro ahora caía por su hombros. Se veía demasiado bien y eso continuaba generando dudas en su cabeza. Le vio acercarse con ese semblante serio que le hacía estremecer, mirándolo como si fuera una presa.

—Eres tan hermoso —Colocó una mano en la mejilla ajena

—¿Debo seguir agradeciendo? —El azabache al fin sonrió

—Por supuesto que no, mi querido esposo —Lo sujetó con suavidad de los brazos pero sólo para hacer un poco de presión en la seda, causando que sus hombros quedaran descubiertos

—¿No vamos muy rápido?

—Es nuestra noche de bodas —Se inclinó ligeramente hacia el castaño—. ¿Qué otra cosa podemos hacer?

—No lo sé…

Aunque intentó pensar en algo, Bang Chan se acercó más para juntar sus labios en un beso. Lo había tomado por sorpresa pero de cualquier manera no pudo tener otra reacción que no fuera corresponder, los labios ajenos se sentían tan suaves, casi tanto como la seda misma. Su lado animal comenzaba a brotar para seguir la naturaleza, pero el humano aún estaba demasiado dudoso para darle paso, sobre todo cuando las manos ajenas quisieron entrar bajo la tela.

—¿Qué pasa? —preguntó con cierta confusión cuando dio un paso hacia atrás

—Insisto, es muy pronto —Trató de volver a cubrir su piel con sus prendas

—Bien. Vamos a conocernos un poco más —Le tomó del brazo y lo dirigió a la cama—. ¿Qué híbrido eres?

—¿Cómo es que no lo sabes? —preguntó ciertamente ofendido

—He estado ocupado —Min Ho suspiró

—Soy híbrido de guepardo

—Interesante. Me gustaría verte con tus orejas

—No creo que pueda mostrarlas —Se detuvo justo enfrente, dudando siquiera en sentarse sobre las sábanas de seda roja

—Pronto lo harás —Le acarició el cabello, casi admirando su rostro—. En mis viajes aprendí algunas cosas sobre cómo tratar a omegas —Min Ho entonces le miró con cierto recelo

—¿Cómo? ¿Acostándote con todos ellos? —Se cubrió aún más con sus prendas y Bang Chan sonrió

—Por supuesto que no, mi querido esposo. Un alfa de alto rango debe mantenerse casto hasta el matrimonio o eso podría traer graves consecuencias en un futuro. Así como los omegas

Red Silk [Chanho] MiniFicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora