El puente de mando del "Prima et ultima" rebosaba oxido y putrefacción. Koronor observaba una holopantalla, que mostraba el sistema ignis, siete mundos cuya relevancia táctica era nula, sin embargo, uno de esos mundos era vital para sus planes. El viejo y antiguo capitán de la XIV legión, aguardaba con paciencia . ¿Cuánto llevaba observando esa tediosa pantalla? ¿días? ¿semanas? Había perdido la cuenta, igual que había perdido la esperanza hace siglos.
Una criatura, abotargada y cubierta de pústulas se le acercó, y le susurró algo.
-Hazlos pasar inmediatamente- el ansia de Koronor marcaba su voz.
Siete invocaplagas entraron en el puente de mando, pero solo uno de ellos habló. Vito, el único miembro del vector de plaga, que no había cambiado su propio nombre para honrar una de las creaciones del padre de plagas.
-El ritual esta completo, lord Koronor, sabemos que mundo atacará, podremos estar allí en algunos días, para reforzar el ataque de los siervos de plaga- la seguridad en si mismo que poseía Vito era esperanzadora.
-Eccemius y sus marines de plaga liderarán el ataque. Preparad los transportes para el despliegue- Koronor desfijó la mirada de la pantalla táctica después de tanto tiempo. Si sus planes salían bien, aun quedaba esperanza para el y sus hombres.
Ignis iv cayó en un tiempo record. Las escasas FDP del planeta hicieron lo mejor que pudieron, pero no fue suficiente. Los portadores de plaga requerían muchísimos disparos de armas láser para caer, y las bestias de Nurgle, saltaban a las trincheras con una energía y felicidad que aterrorizaban a las posteriormente aplastadas tropas. En los siguientes días, las tropas, encontraron a varios nurgletes chapoteando en las reservas de agua, contaminándolas irremediablemente.
La batalla estaba decantada hacia los demonios y el señor de plaga, pero cuando se unieron los marines de plaga, quedó sentenciada.
Los sensores de batalla de largo alcance y cámaras del "Prima et ultima" hicieron un barrido en el mundo y localizaron a la criatura que buscaban, y Koronor junto con varios exterminadores, se dispusieron al encuentro.
Cuando salió de la lanzadera, Koronor vio a la criatura que tanto tiempo llevaba buscando, y que Vito y sus invocaplagas habían encontrado. Un portador de plaga, aunque considerablemente mas grande que los demás canturreaba agazapado de espaldas a el. En sus manos unas enormes tijeras. Más impresionante era el monstruo que lo acompañaba, una bestia de nurgle mas larga, mas grande, y con un enorme caparazón en espiral, descansaba plácidamente sobre una pila de desdichados hombres a medio comer. La imagen debería provocar terror en el corazón de un hombre, pero Koronor solo veía a una criatura feliz, con el estomago lleno, dormida, después de un día de juegos.
-¿Eres el primero verdad? El primero de sus demoniacos hijos, y su jardinero jefe- Koronor formuló la pregunta, pero en su voz se insinuaba la afirmación.
-Y tu eres Koronor, antiguamente Kronor, orgullosos guerrero de la XIV ¿Por qué me sigues? A los míos no nos gusta que se nos inoportune - el portador de plaga se puso de pie, sus tijeras enormes podían cortar con facilidad las extremidades de un astartes, incluso con su armadura Cataphractii, por un momento el señor del contagio pensó en el error que podía haber cometido
Yo.....-Koronor susurraba- yo quiero ir al jardín
La criatura parecía extrañada. Al rato comenzó a reírse
-Muchos han querido ir al jardín, rendir su pleitesía al señor de las plagas, ver su magnifica mansión, tu me buscas, me sigues ¿ y me exiges una audiencia? Vuelve a tus batallas contra el Anatema, hijo de Mortarion- espetó el portador de plaga.
Koronor se quitó el yelmo, y miró al único y lechoso ojo del portador de plaga. Los ojos del astartes, estaban cubiertos de pus, y eran vidriosos, pero tras aquellas bendiciones de Nurgle, había algo mas, una profunda tristeza.
-Hace diez milenios, mis hombres y yo luchábamos por una causa. Se nos prometió la gloria. Hace diez milenios que combatimos y nada cambia. Horus, Mortarion, o el saqueador, ¡ellos no son mis comandantes! Servimos al padre de plagas.- Koronor hincó la rodilla, y coloco las enormes tijeras del portador de plaga en su cuello.- aquí esta mi trato, criatura. Te serviremos, conquistaremos los mundos que el padre de plagas quiera para su jardín por ti, a cambio solo queremos dejar de luchar en esta guerra eterna- Koronor prácticamente sollozaba.- no mas señores de la guerra, ni saqueadores, ni emperadores. Solo un nuevo ciclo de vida.
La criatura sonrió y apartó sus tijeras del cuello de koronor, pero, estiro una uña y arañó la frente del señor del contagio.
-porta con orgullo la marca del horticultor, marine espacial-
Habían pasado dos años desde la batalla de Ignis iv, y Koronor tenia esperanza por primera vez en milenios. Los cirujanos de plaga habían encontrado, que los cuerpos hinchados y contaminados de los marines espaciales, tenían un secreto más. La semilla genética antes podrida e inútil, era ahora una semilla mas tradicional, una enorme vaina de madera poblaba el cuerpo de cada marine espacial, extendiéndose hacia el exterior y formando excrecencias de madera similares a ramas, en los marines mas veteranos. Sin embargo no fue hasta el incidente de Legionelon, que Koronor fue auténticamente feliz. Legionelon, un marine de plaga que había sometido varios mundos y encabezado aun mas batallas desapareció en sus dependencias, aunque decir que desapareció, sería incorrecto, porque dejó un enorme árbol de aspecto enfermo y podrido en su lugar.
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las semillas supurantes
Ciencia Ficcióneste relato corto es la historia y motivacion de la banda de guerra del caos conocida como "las semillas supurantes" aliados del primer demonio de Nurgle, Horticulous Slimux.