𝑀𝑖 𝑠𝑢𝑒𝑟𝑡𝑒. 𝐻𝑦𝑢𝑛ℎ𝑜

「 ⁴ 」

Al día siguiente Hyunjin no sabía dónde se encontraba, estaba en una habitación que no conocía con ropa que no era suya.

Se incorporó sentandose en la orilla, sintiendo su cabeza doler y dando vueltas aún; de repente las ganas de vomitar inundaron todo su cuerpo, su estómago ardiendo y sus dedos picando.

Se levantó como pudo buscando un baño pues de verdad necesitaba vomitar.

—Oh, Hyunjin— sorprendido vio el rostro de Minho que al verle su rostro lleno de desesperación entendió, llevándolo al baño. Lo espero afuera sin querer entrar, si lo hacía vomitaria junto a él. Pronto el alto salió con la mirada perdida, los ojos rojos y con leves temblores—. ¿Mejor?

—¿Un poco?— contestó viéndolo, ¿estaba en la casa de Minho?, ¿cómo mierda fue que llegó aquí?

—Jisung está abajo, ¿quieres comer algo?— preguntó el bajo.

—Quiero agua— respondió, se sentía tan cansado y con tanta sed.

—Vamos a abajo— Minho lo guío a las escaleras, esto era raro, ¿no debía disculparse con Lee?—. Ayer ya no pudimos llevarlos a su casa, así que los traje a la mía. Realmente fue difícil.

—¿Qué tanto tome?

—Demasiado, aunque ya casi al final de la noche no deje que lo hicieras— el pelinegro escucho con atención, sorprendido ante lo último—. Aunque al final te saliste con la tuya.

—Lo siento si cause problemas— dijo sentandose en el sofá, viendo a Jisung hablando con la madre de Minho como si se conocieran de toda la vida.

—No te preocupes— le sonrió—. Aunque si fue algo difícil lidiar contigo y con Jisung.

—Lo sentimos— Jisung dijo desde de cocina—. ¡No volverá a pasar!

Minho rodo los ojos divertido, mientras tanto trataba de recordar todo lo que hizo la noche anterior habían recuerdos de él estando todo el tiempo con Minho, lo cual fue... Vergonzoso, recordó a Felix... sacando su celular y reviso si le había llamado o mandado mensajes... No lo hizo, se sintió un poco decepcionado.

—No deje que lo hicieras— Minho dijo viendo la televisión—. Hablarle a tu ex.

—¿Por qué?— preguntó algo agresivo, la expresión de Minho se convirtió en una frustrada.

—Porque Jisung me pidió que no te dejará hacerlo— se cruzó de brazos—. Y porque creeme, ahora piensas "debí enviar algo" pero al rato estarás totalmente arrepentido.

—No es tu problema— contesto tajante, Minho le sonrio aunque pudo ver el enojo florecer en esos ojos cafés.

—Tienes razón, no volverá a pasar— su sonrisa era sarcástica—. De todas formas no habrá una segunda vez, sigues siendo el mismo prepotente.