𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 II

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Sus pasos se dirigeron al espejo de su habitación, observó su reflejo en la oscuridad del lugar, su rostro lucía demacrado, ojeroso y lastimado.

Las típicas gafas de sol que utilizaba para ocultar sus ojos se encontraban botadas en algún lado de su casa, su mente seguía atormentandolo sin parar.
Recordándole todas los actos inhumanos que hizo.

Todas las actitudes que tuvo con sus amigos, conocidos, aliados, detestaba ser así, ¡Ese no era él! Pero nadie lo sabía, rió amargamente, era tan buen actor que todos creían que era así, solo pocas personas supieron romper esa coraza de toxicidad y dureza.

Pero, ya no estaban, él los había matado con sus propias manos, los hundió tan el fondo de aquella dolor, que se ahogaron y no pudieron volver a salir.

𝑴𝒂𝒓𝒊𝒐𝒏𝒆𝒕𝒂 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora