Espectador

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Siempre era igual, o al menos eso pensaba él cada vez que ocurría. Al menos tres veces a la semana pasaba lo mismo.

Los encontraba en los vestidores después de las clases, para nadie era raro, su mejor amigo y el peliverde se quedaban un tiempo más entrenando.

¿Quién pensaría que pudiera pasar otra cosa? Bueno, ni a él se le había ocurrido algo como eso. Ya habían pasado a su último año en la UA, oficialmente serían héroes al terminar y tenían más que experiencia suficiente contra villanos tomando en cuenta que vivieron la guerra en su primer año y parte de inicios del segundo para poder derrotar a AFO y a Shigaraki.

Claro, ambos habían avanzado lo suficiente, perdonado el pasado y parecía que una amistad verdadera había surgido, pero el pelirrojo no sabía si sentía celos de ello, inesperadamente se dió cuenta que tenía sentimientos por esos dos: Bakugo Katsuki y Midoriya Izuku eran los dueños de sus fantasías desde hacia quién sabe cuánto.

Se dió cuenta de ello hasta una tarde en la que había olvidado su celular en una de las bancas de los vestidores y debía volver para buscarlo y poder hacer su tarea escuchando la música que lo ayudaba a concentrarse.

-¿Dónde está?-miraba por todos lados hasta encontrarlo-¡Si!

Estuvo a punto de irse cuando escuchó unas voces en el fondo del vestidor.

-Kacchan...-la voz de Izuku resonó en sus oídos-. Eso fue demasiado...

Por un momento pensó que, como habían terminado su entrenamiento, hablaban de sus movimientos.

Grave error.

-Vamos, Deku. ¿A quién engañas? Sé muy bien que puedes aguantar esto y más, Zuzu-la voz ronca de Bakugo se oyó apenas en un susurro, Kirishima se quedó inmóvil al oír ese tono de voz-. Aún podemos jugar un poco más...

Un sonido húmedo llegó hasta él seguido de un gemido contenido.

Oh, Dios.

Sabía que lo que estaba por hace no era correcto, no esperaba que las personas que más le atraían estuvieran haciendo ese tipo de cosas en ese lugar y mucho menos esperaba presenciarlo,¿era suerte acaso?

Se asomó por uno de los rincones donde tendría acceso suficiente sin ser visto y vaya que esa decisión no lo hizo arrepentirse.

Frente a los lavabos donde había una hilera de espejos, Bakugo tenía sujeta la pierna de Izuku por debajo de la rodilla de este, haciendo que la recargara en su propio hombro, penetrando al pecoso una y otra vez, ambos completamente desnudos, con el sudor recorriendo los cuerpos de cada uno, ya sea por su ejercicio previo, si es que habían tenido uno, o por el del calor generado por su propia excitación.

-¡Ngh! Ka... Kacchan-la voz entrecortada de Midoriya lo hizo estremecer-. Más... Más...

Un escalofrío le recorrió todo el cuerpo, concentrándose en una zona específica. Al principio se había sentido sorprendido, culpable de verlos en pleno acto, la moral le decía que debía irse de ahí y hacer como que no había ocurrido nada. Sin embargo también se había sentido de otra forma, excitado por lo que veía.

Su miembro se había endurecido de sólo apreciar esa escena tan erótica, Izuku siendo penetrado, gemidos de placer resonando en el lugar, la voz de Bakugo llamándolo por ese apodo dulce recién descubierto..."Zuzu"

¿Cómo sería si Midoriya gimiera de esa forma mi nombre?

Sacudió la cabeza tratando de sacar ese pensamiento de su mente, sin éxito alguno.

-Vamos, Izuku... Pídeme más...

-¡Ahhh! ¡Kacchan, más!

El ritmo de las embestidas aumentó y eso sólo hizo a Kirishima sentir su miembro aún más apretado dentro de su pantalón del uniforme.

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