Carta a H

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A pesar de rebosar en perfección esto no hace nacer el impulso por redactar. El ardor y la picazón salen del brillo incongruente de tu proceder, del encanto juvenil que tienes al ser o por el encantamiento que como hada lanzas y con despreocupación recibo. Si fuera disposición del adormecido posiblemente obligaría a la boca a cantar con anhelo e ilusión sus sobresaltos pero al ser decisión del racional se acata la orden del silencio.

Por desgracia mía nuestros rumbos se encuentran separados por el profundo e inmenso que me priva de adorar la figura que se torna en imposible con cada dormir. Por esto te deseo suerte y un espero, como de tiempo y anhelo.

Atte. S.

Cartas a dos destinatarios en tiempos cercanosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora