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23 - Nuestro momento mágico

Tenía que decidirme por uno de los dos y tenía que hacerlo ya.

No seas tan dramática, ni que te fueras a casar con el que elijas por Dios.

Ignorate Scarlett, solo ignorate.

Decidí hacerle caso a mi corazón según lo que estaba sintiendo y  con eso digo precisamente JONAR con todas sus letras, aunque tampoco quiero defraudar a Max, él es mi amigo y la amistad está ante todo. En fin me elabore una salida:

C)_Ir con ambos.

Y aunque suene prácticamente imposible me las arreglé para salir de esta.

Ya eran más de las ocho, me apresuré lo más que pude, pero sabía que iba llegando más que tarde a mi encuentro con Max. Al llegar me lo encontré sentado en los escalones que hay justamente en frente del cine, su expresión al verme fue sorpresiva, como si no esperase que llegara aún cuando me había invitado y a ser sinceros es que Max siempre ha sido un chico muy intuitivo.

Lentamente me senté a su lado. No puedo negar que está demasiado hermoso: su maravilloso pelo escarolado parecía mojado; su piel hacía un contraste casi perfecto con la luz de la luna; mi nariz me hizo saber que había abusado del dulce perfume varonil que siempre ha usado. Ante los ojos de cualquier otra chica sería el chico ideal, y lo es, pero no para mí, sobre cualquier chico educado; fino; cariñoso e ideal siempre iba a preferirlo a él, a mi Sexi Troglodita, al mismo que llevaba engañando casi por un mes.

—Hola.— levantó su mirada y la llevó hasta mí.

—Hola.— digo suavemente.

—Pensé que no vendrías.— me quedé helada y en completo silencio, la verdad es que no sabía como decirle que no me quedaría, pero como les había dicho antes él es demasiado intuitivo.—. No te quedarás ¿Verdad?.— esas palabras sonaban tan tristes en su voz.

—Yo, loo siento.— lo miré con toda la tristeza que llenaba mi corazón en estos momentos por dejarlo aquí.

—Tranquila, no pasa nada.

—Me odiaras siempre ¿No es cierto?.

—Sabes que no podría odiar a nadie y mucho menos a ti.— y ahí justamente ahí, gracias a sus expresiones corporales y por la forma en la que me miraba y hablaba supe que su intención nunca fue amistosa sino que aún sentía cosas por mí, las chicas siempre sabemos cuando las intenciones de un chico van más allá de la amistad.

—Max...— nunca me dejó terminar.

—No tienes que decir nada.— lo miré fijamente apretando mis labios.—. Viendo la peli pensaba decirte que aún sigo tercamente enamorado de ti Scarlett.— era demasiado tarde como para frenar la lágrima que salió de mi ojo, la derramé porque sabía que no podía corresponderle a ese sentimiento de la misma forma que él.—. No llores, no lo hagas por favor.— extiende sutilmente su mano hasta mi mejilla y limpia la lágrima que antes había brotado de mi ojo.—. Sabía que no me corresponderías y aún así te lo dije, porque guardarnos un sentimiento nos hace mal, muy mal, quiero que sepas que nuestra amistad nunca cambiará, ¿Verdad?.— mis ojos estaban nublados de lágrimas por la tristeza en sus palabras, asentí.—. Creo que acabo de confirmar mis sospechas, estás enamorada del chico de la silla de ruedas.— no puedo mentirle, no cuando me está confesando sus sentimientos, así que asentí nuevamente y su rostro se rompió en dolor.—. Lo sabía, eres demasiado evidente tontita.— ambos intentamos sonreír.—. Ve por él y no permitas que te suceda lo mismo que a mí, justamente me hizo falta verte con otra persona para darme cuenta de lo mucho que me importas.

Pequeño corte, les cuento lo que pasó en nuestra relación:

Al parecer a muchas personas no les parecía totalmente real nuestra relación, la creían algo, como decirlo, más porque todos querían que fuésemos pareja en aquel entonces, hasta que él mismo sintió nuestra relación así y me terminó, sí, así es, me terminó él a mí.