"Llamadas"

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     En una plaza se encontraba sentado Nick,  de cara al sol de la mañana. En su rostro no se notaba expresión alguna y era porque dentro de su roja cabeza se manifestaba un trafico de procesamiento de información que mantenía su mente desconectada del mundo que se mostraba ante sus ojos. A lo lejos, un restaurante con estilo de los 30's empezaba a reproducir una canción que notablemente era de una época a la que ya no pertenecía.

     Inconscientemente le dio una mordida a su hotdog y unos momentos después, un animal delgado con notables rasgos de ser un pandillero de poca monta, se paro a un lado de la vista de Nick y llamando su atención por medio de gárgaras.

     - pareciera que te quedaste en estado vegetativo zorro - se sentó a un lado de este y le pregunto de forma tranquila - ¿oye ya te enteraste de lo que pasó?

     - ¿de que hablas? - cual señora de vecindad echando chisme se tratase, la zarigüeya comenzó a relatar el como algunos de sus amigos hablaban de un robo que, por las malas lenguas, dicen que salió mal y que los responsables murieron en el acto

     - ¿y? ¿Qué piensas al respecto? - el chico esperaba su opinión del caso pero Nick no tardo en responder

     - que te tomas muy enserio lo que dice la gente - con su característica forma de hablar, calmada y sin preocupaciones pensaba en evitar el tema -, todo esto del robo y eso, está muy repetido y al casi ochenta porciento de las veces son capturados. Ya me sé la historia amigo

     - mmm tal vez, si no fuera porque me habías dicho que dejaste parcialmente el mundo criminal y de las estafas. Cosa que se me hacia rara de alguien como tu

     El zorro solo sonrió por unos momentos y dijo: "alguien como yo no puede dejar un negocio tan lucrativo como este. No por completo". Luego volvió a cambiar su expresión a una en la que parecía no tener emociones. El otro pregunto si algo sucedía y Nick le respondió después de un suspiro.

     - Esta mañana decidí que me voy a ir un tiempo de zootopia por algunos asuntos personales

     - ¿Y a donde piensas ir?

     - a mi hogar - de repente la nostalgia lo invadió y recordó el tiempo que vivió en aquel pueblo - además no eh visto a mi familia en mucho tiempo así que supongo que no es mala idea del todo - una sonrisa volvió a formarse

    - bien, como quieras - dijo sin darle mucha importancia - ahora quién será el que nos saque de aprietos cuando venga la ley

     - si no me fuera de todas formas no podría ayudarlos mucho porque hace unas semanas me dieron de baja

     Nick volvió a su departamento. Se encontraba mirando la tv sin ganas de hacer mucho, o bueno, nada que no fuese salir y perseguir a criminales a para encerrarlos en celdas. Añoraba esa sensación de adrenalina y miedo porque algo saliera mal y que todo acabara. En cierta parte quizás tenia una explicación algo chiflada pero que podía tener sentido. Todo se resumía en que siendo un mamífero cazador, el perseguir a sus presas liberaba un poco del animal salvaje que había sido  su especie en un pasado. Ahora, todo contrastaba con su vida actual. Estaba sentado ahí sin mucha preocupación.

     Fue ahí cuando recordó porque quería volver a su hogar. Porque además de reencontrarse con su familia, quería tener algo que hacer y también que sus días no se vuelvan tan monótonos.

     Existía un tercer motivo del que no estaba del todo seguro si realizarlo o no. El asunto es, que no podía tener en casa todo el botín en donde vivía. Era demasiado ahora que se daba cuenta, y estaba seguro de que no podría gastarlo todo aún si lo deseara, no en las condiciones en las que se encontraba, pues sabia que si su venta de tesoros se alargaba seria blanco de quienes lo estarían buscando. Llevar el dinero a su hogar parecía ser una estrategia fantástica. Nadie sabría que su familia tiene un tesoro escondido.

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