Tensando la cuerda

80 6 1
                                    

Con los ánimos un poco más calmados, con Natalia sintiendo un poco menos de odio por mí, pude hablar mejor con Gustavo antes de continuar con el plan. ¿Cuál era el plan? Dicho en palabras sencillas, intentar atravesar el túnel esquivando la muerte. Así de excitante como suena. Eran muchas cosas las que tenía que imaginarme por miedo a parecer un impertinente y seguir generando discordias con Natalia. Entonces me imaginé qué demonios era aquello que intentaría matarnos. Tal como en las películas de momias y tesoros ocultos, me imaginaba una gran roca redonda que corría por una bajada, a punto de aplastarnos, o me imaginaba cruzando un puente hecho de tablones y cuerdas viejas. Las clásicas púas que salen de unas paredes que se van cerrando y ese tipo de trampas.

Salí de mi imaginación gracias a un Gustavo que, después de haberse puesto las botas y organizado sus utensilios, se sentó sobre un montículo de tierra y me invitó a su lado.

—¿Tenés alguna pregunta? —inquirió.

—¿Es en serio? Tengo mil.

—Bueno. Por ahora solo te voy a contestar lo que vamos a hacer y cuál es el protocolo de entrada. Nos vamos a acercar a la boca del túnel y...

—Si yo no me meto con nadie —lo interrumpí—, ¿igual me van a querer matar?

—No, no es que funcione así —contestó con calma—. Te podés morir si perdés la tranquilidad. Eso es lo que no debe pasar.

—¡Pero es que le hemos dicho eso un montón de veces! —protestó Natalia, mirando a Gustavo—. ¿Por qué hay que repetirle tanto a este man? ¡Necesitamos es a alguien avispado!

Hubo un corto silencio. Luego Gustavo continuó:

>>Cuando se abra la boca del túnel, cada uno de nosotros va a vivir una experiencia diferente. Lo primero que te tengo que aclarar es que estas cosas a mí nadie me las ha explicado, sino que entre Natalia y yo hemos ido aprendiéndolas a medida que intentamos pasar. Nos hemos encontrado con algunos mensajes que nos han servido de mucha ayuda para entender un poco esto, pero no podemos garantizar que las cosas funcionen siempre así. Eso significa que lo que sea que yo te diga sobre el túnel, en algún momento podrá cambiar. Si eso pasa, no será mi culpa. Como te digo, nosotros tampoco conocemos el túnel completamente.

>>Bueno, sigo. Esto es una especie de lugar en donde se creó una fractura de leyes. No me preguntés qué es eso, solo le puse así. No sabría explicarlo muy bien, pero por alguna razón allí las leyes de la física no operan con normalidad, y toda la realidad es muy cambiante. Podés estar metido en alguna sustancia parecida a la gelatina, que te esté llegando a los muslos, y de un momento a otro se transforma en concreto, atrapándote. Es como si adentro funcionara una especie de mundo sin reglas donde cualquier cosa que se le ocurra a alguien puede suceder.

>>Pero, además de todo, el túnel parece una especie de organismo vivo, que aprende de vos y de tu vida: logra conocerte completamente, logra penetrar dentro de vos y averiguar tus secretos más extraños, cosas que ni siquiera vos mismo conocías. Sabe que cargás en tu vida con muchos errores que te hubiera gustado corregir, y si logramos cruzarlo, tendríamos la oportunidad de hacer las cosas mejor. Esa es la parte buena. Pero así como el túnel conoce tus errores, también conoce otras cosas tuyas, como tus miedos, por ejemplo. Entonces ahí es cuando se pone pesada la cosa. Se supone que solo vamos a poder cruzar el túnel si lo recorremos con total tranquilidad, pero van a jugar en tu contra tus miedos. Por eso te dije que cada uno vivía una experiencia distinta, porque nuestros miedos no son los mismos. Todos le tenemos miedo a un accidente de tránsito o a un asalto o ese tipo de cosas. Pero los miedos más profundos, los que solo te los da los golpes de la vida, son muy diferentes para cada persona.

Atraviesa el túnel o muere en el intentoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora