Mis inicios en la comunidad

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Luego de todo continúe mi vida normal pero con dos problemas claves: convencer a mis padres para que me apoyen en mi decisión de estudiar Literatura y resolver mi problema de vejiga. Lo primero era muy difícil, mis padres no querían tocar el tema, aunque luego volvieron a hablarme como antes. En cuanto a lo segundo era el problema, no fui al psicólogo como me dijo mi papá, pero igual quería resolverlo por miedo a volver a orinarme por culpa de mis miedos. Un día traté de buscar soluciones en internet. No encuentre nada, pero sí una página donde había muchas historias de jóvenes que también tenían problemas para controlar su orina. La mayoría de casos no lo creí porque eran muy fantasiosos, aunque todos estos me dieron una idea. En todo lo que leí había jóvenes que usaban pañal, ya sea por orden de sus padres o por decisión propia. Esto me dio mucha curiosidad, saber cómo se sentiría o si resolvía mi problema. Sin embargo, no lo tomé en cuenta en ese momento porque también me parecía ridículo usar pañal.

Todo cambio a finales de 2014 mi padre insistió para que vuelva a ir a su trabajo.

No quiero ir - le dije

No te pregunte si quiere o no - me contesto - ven, esto te va a ayudar en tu futuro

Ir otra vez era terrible, la sola idea de volver a orinarme o de desmayarme me aterraba. Entonces decidí buscar alternativas, ya que sabía que era imposible no ir a la clínica. Por lo de los desmayos no había solución porque no dependía tanto de mí. Sin embargo, lo de orinarme otra vez si había solución: usar pañal. Busqué tipos de pañales en internet. Encontré Pull-ups, Drynites, etc. Al final me decidí por los segundos porque vi que me quedaban y, por los anuncios, casi ni se notaban. Averigüe donde se compraban y fui un día. Mi plan era comprar uno pero al final compré un paquete porque no vendían unidades individuales. Me los lleve a casa a escondidas. Una vez ahí me encerré en el baño de mi cuarto porque ahí si nadie entra sin tocar la puerta. Me desnude frente al espejo, me los puse como si fueran calzoncillos. Me sentí rara y ridícula, pero al final segura y hasta cómoda. Para probarlos no me los quité, me los dejé puesto todo el día en mi casa. Para estrenarlos bebí mucha agua. Cuando me dieron ganas de orinar, me fue al baño, me senté sobre el water para aparentar orinar como siempre. Sin embargo, no podía. No quería salir el líquido. Para conseguirlo, puje con todas fuerzas. Al final sentí  como poco a poco fueron saliendo unas gotas para que luego sea expulsada todo un chorro de pipí. Sentir mi entrepierna caliente me encantó, no sé porque.

Luego de esa prueba estaba lista para ir al hospital. Ahí fue casi lo mismo, observé a mi padre atender una mujer que se había cortado el dedo cocinando. Ver la escena fue espantosa. No me desmaye, pero sí me orine. Sin embargo, el tener drynites hizo que nadie lo notara.

Vez hijita - me dijo luego de ver mi pantalón seco - es solo cosa de acostumbrarse

Estuve gran parte del día ahí, me volví a orinar una horas después cuando vi como atendía a un hombre que fue mordido por un perro. No se volvió a notar mi orina.  En mi casa mis papás me felicitaron y me dijeron que para comenzar mi preparación me iban a meter a la académica Pamer para comenzar mi preparación. Su plan era que luego de terminar el colegio postule a Cayetano Heredia, la mejor universidad en medicina del país, donde estudiaría. Yo les volví a recordar que eso no quería.

Ya hablamos de esto - me dijo mi padre - es lo mejor para ti.

Mi amor - me dijo mi mami - tienes que pensar en el futuro. ¿Qué beneficio tendrá para ti la literatura?

Hoy te comportaste bien - me dijo mi papá - por lo visto ya superas tus miedos, es hora de que comiences a prepararte para entrar a la universidad, gastaré lo necesario para que tengas todo lo necesario, pero estudias medicina y se cierra la conversación.

Los quise mandar al diablo, pero sabía que mi mamá me pegaría en mis nalgas si le decía algo y todavía tenía puesto el drynites y no quería que se enteren. Me trague mi orgullo y me fui a mi cuarto a llorar. En el verano entre a Pamer a estudiar, pero siempre me identifiqué ante los demás como futura postulante de Literatura, no a medicina. Aquí también destaque en cursos de letras. Ahí finalmente estudie con hombres por primera vez en mi vida. Sin embargo, no me juntaba mucho con ellos. Me acercaba solo a las mujeres, algunas de mi colegio, otra eran nuevas. Aquí conocí a Carla, una chica menor por un año que estudiaba en otro colegio, pero que también quería estudiar Literatura. En los recreos siempre nos sentábamos a hablar de libros y autores. Por cosas del destino teníamos gustos muy similares. Ambas amábamos los poemas de Blanca Varela y Magda Portal. A las dos nos gustaba leer por horas y horas. También logramos intercambiar libros. Yo le presté mis libros de filosofía que tenía (Disputaciones Tusculanas de Cicerón y El mito de Sísifo de Albert Camus) y ella me dio algunos de política (7 ensayos de interpretación de la realidad peruana de José Carlos Mariátegui y El príncipe de Nicolás Maquiavelo). 

A pesar de recién conocerla, congenie mejor con ella que con aquellas compañeras del colegio que también veía en la academia. Ella venía a mi casa supuestamente a estudiar cuando en realidad veníamos a leer juntas algunos libros que se nos hacían difíciles de comprender. Uno de esos días ella encontró mi paquete de drynites de aquella vez que fui por tercera vez al trabajo de mi papá.

¿Mojas la cama? - me preguntó

No - le contesté

Le conté todo lo sucedido. Al terminar me abrazó y me dijo que no me preocupe, no le iba a decir a nadie lo sucedido. Dejó el paquete donde lo encontró y continuamos leyendo. En la noche cuando cenábamos la pizza que pedimos me preguntó:

¿Has vuelto a usar pañal desde esa vez? - me dijo

No - le contesté

¿Te gustó? - me preguntó

Ummm ..... Sí, un poco - le respondí - para ser honesta me encantó sentir mi orina

Ok - me dijo - si te encantó, ¿por qué no los vuelves a usar?

Me da mucha pena - le dije - olvidemos mejor esto y hablemos de otra cosa

No - me contestó - no cambies de tema.

Para por favor - le supliqué - no quiero recordar esto

Entonces, ¿por qué guardas el paquete? - me dijo

Quién sabe, tal vez los vuelva a necesitar - le dije - aún no convenzo a mis padres, seguro me harán volver al trabajo de mi papá.

¿Y si te los pones? - me preguntó

No - le respondí - ¿para qué?

Para ver que tal es - me dijo - para que estemos iguales yo también me pondré uno

Nos van a descubrir - le dije

Tu sabes que no hay nadie aquí más que nosotras - me respondió

Esta bien - le dije - quítate el calzón

Nos quitamos el pantalón y la ropa interior. Ambas nos pusimos los drynites.

Hace calor - le dije - te parece bien quedarnos así hasta que llegue alguien

Sí - me respondio

Con un drynites y un polo pequeño nos quedamos leyendo juntas hasta las 11. En ese rato nos dieron ganas de orinar. Yo en el mío como aquella vez, aunque a ella le costó un poco.

Se siente bien - me dijo

Sí - le dije

La próxima semana quieres venir a mi casa a leer el sábado - me ofreció ella - mis padres se van a una reunión en Cieneguilla. Ellos confían en mí y no se harán problemas.

De acuerdo - le dije - llevaré algunos libros para pasar la noche leyendo.

También trae drynites - me dijo

¿Qué? - le dije

Vamos, te encantan usarlos y a mí igual - me respondió

Está bien - le dije

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