Rebelión

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Una vez que volví a mi casa encontré a mi mamá viendo una de esas tantas novelas mexicanas que le encantaban, al mismo tiempo que tejía. La salude al solo verla. Sabía que era el momento para hablar con ella sin que mi papá se entrometa. Yo sabía que ella en el fondo si quería mi felicidad. Me senté a su lado.

Mamá - le dije - ¿puedo hablar contigo?

Por supuesto mi amor - me dijo

Yo no quiero estudiar medicina - le dije

Otra vez con lo mismo hijita - me contestó - ¿no quieres ser una gran profesional?

Sí - le dije - pero haciendo lo que me gusta, la medicina no es lo mío y tú lo sabes perfectamente

Solo sé que eres igual de terca que mi mamá - me dijo - es lo mejor para ti hija, queremos que estés bien en el futuro

Escribiendo estaré muy bien - me dijo - haré lo que quiero

Yo te conozco hijita - me dijo - esa profesión solo da trabajo de maestra, ¿eso quieres?

Sí - le dije - así tenga que enseñar en 5 colegios para mantenerme. Tú sabes que como doctora no seré feliz

Como dice tu papá - me dijo - solo es cosa de que te acostumbres, te va a encantar

No, seré infeliz por el resto de mi vida - me dijo - ni siquiera puedo ver una gota de sangre sin ponerme mal

La última vez que fuiste a la clínica no te desmayaste ni te orinaste - me dijo (si supiera que me puse un drynites ese día)

¿Puedo preguntarte algo? - le dije

Lo que quieres - me contestó - yo estoy aquí para ayudarte

Cuando elegiste ser contadora - le dije - ¿tú lo decidiste o fueron mis abuelos?

Sí y no - me respondió - Contabilidad era mi segunda opción, la primera era Administración, pero a mi papá no le gusto mucho, la razón no sé. Al final postulé a Contabilidad y me fue perfecto. 

Mamá - le dije - yo quiero ser escritora, ¿no puedes comprenderme?

Así estuviera de acuerdo no serviría - me contestó - tu papá se opone a eso y hay que aceptar, él es quien pagará tu carrera.

Por eso quiero que me ayudes - me dijo - yo voy a ser escritora sí o sí.

Estuvimos así un rato, al final no sirvió de mucho. Mi mamá me cambio de tema y decidí irme a mi cuarto. Una vez ahí me tire sobre mi cama para leer un rato antes de ir a almorzar. Luego m acordé de que me traje los dos últimos pañales que sobraron de mi noche en casa de Carla. Quise ponérmelo, pero era consiente de que en un rato iba a almorzar y mi mamá se iba a dar cuenta. Los oculte debate de mi cama, lo mejor era colocármelos en la noche cuando era seguro que nadie entraría.

Luego de almorzar llegó mi papá, había tenido que operar a un hombre desde la noche anterior. Sabía que era inútil hablarle ahora, por lo que preferí irme a mi cuarto. Leí hasta las 8 de la noche. En ese rato mi papá se levantó y me llamo a la sala. Fui y lo encontré fumando un cigarrillo, siempre lo hacía en las noche, aunque nunca pasaba de uno.

Tu mamá me comentó que hablaron luego de que volviste de estudiar con tu amiga - me dijo - ¿por qué insistes en esa estupidez de estudiar Literatura. Te das cuenta que te ofrezco estudiar una de las mejores profesiones que existen, en la mejor universidad del país para medicina, y además la más cara.

Sí y te agradezco la oferta - contesté - pero yo no quiero eso. ¿Te es difícil entender?

No me cuadra esa idea - me dijo - eres la mejor de tu clase, ¿por qué desperdiciar tu potencial en una carrera que te hará sufrir?

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