>O N C E<

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La alfa, que ya había llegado aquella gran y solitaria casa que tanto odiaba, se encontraba aparcando su motocicleta suspirando, puede que acabara de ver a Yuzu hace tan solo en unos minutos, algo dentro de ella que jamás había experimentado la hacía querer volver con ella.

Por su mente pasó un fugaz pensamiento, ¿podría ser la omega su pareja destinada? Sacudió su cabeza negándolo y arrepentida de haberse cuestionado tal tontería, Yuzu solo era diferente a las demás, no se quería acercar a ella por su nombre, exacto solo era una chica agradable que quería ser su amiga.

"Amiga" odiaba aquel apelativo, Mei no quería ser solo su amiga, tampoco quería acostarse con ella y dejarla como hizo en repetidas ocasiones, no quería volver a la misma tontería, pensaba en todo aquello que le hacía alejarse del mundo que la rodeaba, sin darse cuenta de que le llevaban hablando hace rato.

- Señorita Mei, ¿me está escuchando? - la nombrada dirigió su mirada hacia el, era Hiroki, aunque no poseyera feromonas se notaba a leguas su enfado - No puede llegar a estas horas, su abuelo se ha enterado de la escapada de hoy, quiere hablar seriamente con usted.

En cuando escucho como nombraba a aquel horrible vejestorio se apartó a paso avanzado, no quería saber nada, su día había sido demasiado bueno para que ahora ese hombre el cual solo pensaba en si mismo y en el dinero le arruinara su felicidad, Hiroki la perseguía, seguía repitiéndole una y otra vez lo mismo como un disco rayado, pero en cuanto entraron a la casa este se dio por vencido maldiciendo en bajo, pero no tanto como para que Mei no le escuchase.

Sabía que no obedeciendo a su abuelo hacía mal, este aunque a malas maneras, le cuidó y debía agradecerle, pero tampoco iba a sacrificar su juventud por el, ella quería disfrutar aquello que no pudo en su infancia por culpa de su abuelo y padre, del cual llevaba años sin saber nada.

Subió las escalera, lo único que le apetecía ahora era dormir, en cuanto llegó al segundo piso pudo ver a Misaki saliendo de una habitación, este miró a los lados procurando que no hubiera nadie, para luego acercarse a la alfa.

- Si Hiroki me ve hablando contigo, se enfadará mas de lo que está - el pequeño omega dio una risa nerviosa - Solo quería decirle que parece que la cita le fue bien- Mei se quedó sorprendida, ¿cómo podía saber el aquello?- Si te preguntas como lo sé, se nota en tu expresión y en el ambiente.

La alfa se sonrojó al pensar en que expresión debería de llevar para que el chico pensara en eso, tosió intentado desviar su atención, pero esto solo provocó una risilla por parte del contrario, para Mei, Misaki era como el hermano pequeño que nunca tuvo, siempre puede confiar en el y contarle cosas que a sus amigas jamás le diría.

- Me iré a dormir, gracias por preocuparte - sonrió la alfa despeinando al omega como hacía de costumbre, tras unos pequeños quejidos de su parte le dijo que descansara bien.

Se adentró en su habitación, comenzó a cambiarse quedando solo en una camiseta y boxers, hacia calor esa noche y quería echarse lo antes posible, tampoco pudo evitar pensar en Yuzu de nuevo, en aquel ligero beso que le dio, aun no podía olvidar esa sensación, podía haber estado con decenas de mujeres y olvidarlas al poco, pero aquel sentimiento seguía presente como si la omega estuviera a su lado.

Su mente se enturbió al recordar las palabras de Hiroki, aquel a quien debe de llamar abuelo quería hablar con ella, seguramente para decirle alguna estupidez sobre su futuro, suspiró para si misma para intentar dormir y así no estar cansada tan pronto en la mañana.

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Por el pequeño piso se escuchaba a una chica gritando para que su mejor amiga se levantara, iba a llegar tarde si no se daba prisa, pero parecía que a la rubia se le habían pegado las sábanas.

¡Estúpida Alfa! [Citrus Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora