> O C H O <

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La rubia gruñía por quinta vez en aquella tarde, todo el día su amiga se había dedicado a ponerle ropa como si fuera una especie de Barbie, eso cabreaba mucho a Yuzu, esa cena planeada con la azabache no era nada mas que una salida entre conocidas.

Pero su amiga lo miraba con otros ojos.

- Harumin por favor, solo me pondré algo simple - dijo harta pues se acercaba la hora planeada y aun no estaba lista.

- Okayyy, ponte este entonces - la castaña le pasó una última prenda.

- Estás loca si crees que me pondré eso - la mirada desafiante de Yuzu caía sobre su mejor amigas que ponía ojos de cachorro.

- Por favor, te verías súper linda - Harumin se agarró a su brazo con fuerza moviéndolo repetidas veces.

- Vale, vale, pero para que me vas a dislocar el hombro - contestó Yuzu suspirando, la mayor gritó un "exagerada" mientras se iba de la habitación.

La rubia se quedó mirando el espejo unos minutos con el vestido en manos, no le gustaba la idea de ir a cenar con aquella chica, además por lo que dijo Matsuri antes, la estaba advirtiendo y lo único que hacía Yuzu era dejarlo pasar, sin pensar que no haber hecho caso a Matsuri en aquel momento le traería problemas mas tarde.

Miró el reloj que tenía en la cómoda, este apuntaba las 18:16, aun tenía que darse prisa por lo que, sin pensarlo dos veces, decidió ir a tomarse una ducha.

Mei andaba a paso apresurado mientras era seguida por un Omega y un Beta, ambos le gritaban para que se detuviera, pero esta no le hacía el mínimo caso, lo único que quería era irse de aquella casa.

- Por favor, s-señorita Mei - el que hablaba era un chico bajito de pelo castaño y ojos verde oscuro, este no era muy sociable que digamos siempre se ponía nervioso.

- ¿No cree que es demasiado inmaduro de su parte irse a estas horas aun con las amenazas de su abuelo? - las palabras frías de aquel chico la dejaron desconcertada.

Entonces ahí detuvo el paso y se giró para observar Hiroki y Misaki, el primero mantenía la mirada firme mientras que el segundo solo miraba con temor. Mei se acercó hasta quedar cara a cara con aquel hombre mayor que ella.

- No me importa lo que diga ese señor, yo me voy a ir ahora mismo y nadie lo va a impedir - la azabache gruñó usando la voz de mando, sin duda quería irse de allí lo antes posible.

Ante esto Misaki dio un chillido escondiéndose detrás del Beta, todo su cuerpo temblaba como gelatina, Mei se sintió un poco mal al verlo, ella quería que Hiroki le dejara en paz sin asustar al joven Omega. Hiroki miró fríamente a la heredera antes de suspirar.

- Que sea la última vez - el mayor se cruzó de brazos - Vámonos Misaki - dijo antes de comenzar a caminar.

- ¡V-Voy! - el pequeño se paró delante de Mei para hacerle una referencia - Que le vaya bien señorita - la azabache sonrió tiernamente y con una mano despeinó los cabellos castaños del Omega.

Misaki se sonrojó por completo y antes de decir algo fue hacía la dirección de su compañero. La de ojos amatista sonrió y empezó a caminar a paso lento hacia su Kawasaki Z900RS una hermosa moto que hacía ya tiempo había comprado, sin duda era su tesoro mas preciado.

Antes de decir nada se montó en ella colocando el casco, miró su reloj Jaeger Lecoultre (manejando relojes bitch) se acercaban las nueve, no podía dejar esperar a su amada.

Atravesaba las calles con rapidez, pero sin saltarse ninguna norma, antes de 5 minutos ya se encontraba delante de la pequeña casa.

Aparcó y empezó a subir aquellas antigüas escaleras hasta llegar a la puerta.

Se acomodó la chaqueta y el cabello antes de dar dos simples toques en la extensión de madera.

Antes del minuto Harumin había abierto con una gran expresión de felicidad.

- ¡Bienvenida! Yuzu ahora baja, pasa - la castaña le dio paso a Mei para entrar en el pequeño hogar.

La azabache miraba todo al rededor, aquel salón era muy hogareño, lleno de fotos y cuadros hermosos que no conocía.

Sonrió al notar que no se comparaba nada con su frío hogar. La sensación cálida en su pecho al estar allí me agradaba demasiado.

- ¿Mei? - una dulce voz llegó hasta la nombrada que se encontraba en su mundo.

Esta se dio vuelta observando con claridad aquella hermosa mujer que se encontraba delante suya. No había palabras para expresar lo hermosa que estaba Yuzu, con un alegre vestido amarillo acompañada de unos tacones blancos, además del ligero maquillaje que llevaba.

- Wow - fue lo único que dijo Mei ante esto, provocando un sonrojo en ambas.

- ¿N-Nos vamos? - preguntó rompiendo el incómodo silencio que se había formado alrededor.

- Claro - Yuzu se despidió de su amiga que seguía con la misma sonrisa.

Ambas ya habían salido, quedando solo Matsuri y Harumin. Cuando la pelirrosa dio un gran suspiro.

- ¿Pasa algo? Te veo preocupada - la castaña decía con seriedad en su voz, era extraño ver así a la más joven.

- Simplemente no confío mucho en Mei, la conozco de hace años y sé como es, tengo miedo - contestó mirando hacia un punto incierto.

- ¿A qué tienes miedo? - dijo confundida tomando el rostro de su novia.

- Tengo miedo de que dañe a Yuzu - fue lo único que dijo dejando un gran silencio.














































Muchas gracias por el apoyo en serio

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Muchas gracias por el apoyo en serio.

Los amo muchoooooo ahhh;;;
Desde q empecé en Wattpad pensé que lo que escribía era una mierd* pero gracias a vosotros eso a cambiado, ahora me apetece escribir los caps (aún q tardo dos años(?)

Les quiero mis limones

¡Estúpida Alfa! [Citrus Omegaverse]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora