~• Cap 11 •~

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Al llegar a su piso, se pudo dar cuenta de que la puerta de su apartamento estaba ligeramente abierta, mientras se quedaba en shock por la sorpresa, no sabía qué hacer, tenía la seguridad de haber cerrado perfectamente antes de salir por la mañana, por lo que la idea de que habían irrumpido en su lugar y le habían robado pasó por su mente, sacó su celular y lo mantuvo listo para llamar a emergencias en caso de que sus pensamientos fueran positivos, con cierta distancia, estiró el brazo lo que más podía para abrir la puerta, más la obscuridad de su departamento no le permitió ver más allá de lo que la luz del corredor alumbraba, tomó valor y después de una inhalación profunda se adentro a aquella oscuridad, que le parecía como la mismísima boca del infierno.

-¡¡SORPRESA!!

Un grito fuerte resonó por todo el lugar, la luz se encendió de repente y apareció Carlo con un pequeño pastel de cumpleaños, cubierto de chocolate con unas cuantas velas encendidas, y un pequeño texto que decía "feliz cumpleaños Lizzie".

-¿Qué?, ¿es mi cumpleaños?

Las personas al interior rieron un poco por la verdadera sorpresa de Elizza, y es que había pasado desapercibido que era el día de su cumpleaños, estaba su madre, dos amigas del trabajo y un peculiar personaje, Jimin estaba ahí también con una gran sonrisa, Elizza realmente se sentía sorprendida, y toda aquello que le abrumaba poco a poco se fue disolviendo en su interior, Carlo la abrazó cálidamente y la invitó a pasar, estaba sorprendida había decorado tan hermoso su departamento, lleno de globos morados, serpentinas y confeti, un hermoso letrero al fondo de la estancia, con unas letras garigoleadas, y escrito en el "Feliz cumpleaños hermosa", Elizza se sentía muy especial, pues estaban las personas que le importaban y más aún su nuevo amigo al cuál no pensó volver a ver tan pronto.

Se sentaron a la mesa para degustar de una deliciosa comida, preparada mayormente por su madre, con ayuda de Carlo, todos convivían con alegría, y sus rostros nunca dejaron de estar sonrientes, pasaron la velada muy agradable, después de cenar partieron el pastel y acompañaron con café, poco a poco se fueron despidiendo los pocos invitados, Jimin fue el penúltimo en irse.

-Te contactó Hobby ??

Había olvidado el detalle de la mañana, - Oh! Si. Muchas gracias por ayudarme con eso. No se como podré pagárselo.

-No es nada - Jimin sonrió y después de una cálida plática terminó por irse.

Quedando sólo Carlo con ella, él empezó a recoger y lavar los platos para dejar todo en orden.

-¿Por eso me ignoraste todo el día?
Se encogió de hombros el chico - Tenía que lograr que realmente te sorprendieras, nunca pensé que olvidarías tu propio cumpleaños.

Faltaban pocos minutos para que terminará el día y él tenía una última sorpresa planeada, llevó a Elizza con los ojos vendados hasta su recamara, la dejó un momento de pie en el marco de su recamara, el se introdujo y cuando le pidió que se quitara la venda, era la escena más romántica que había tenido frente a sus ojos, Carlo había llenado de pétalos de rosa la recámara, el techo estaba repleto de globos flotantes por el helio, unas cuantas velas recién encendidas y estaba ahí, con un ramo de rosas enorme, una hermosa sonrisa, y una pequeña caja en sus manos.

Elizza se paralizó al ver aquel último detalle en su mano, quedando una mueca de lo que era su sonrisa y su cabeza volviéndose una revolución.

-Calma ! - le susurro Carlo. No es lo que crees, - se aclaró la garganta y continuó con su discurso, sé que tengo poco tiempo de conocerte, pero has llegado a cautivarme realmente con cada pizca de ti, la forma en que nos complementamos cuando estamos juntos, como te apoyas en mi, y como yo puedo confiar en ti, el nerviosismo que siento cada que voy a verte y la emoción de cada día para llegar al trabajo y saludarte, la sonrisa de idiota que pongo cada que recibo un mensaje tuyo, por eso y más quiero preguntarte ¿Si quieres ser mi novia? Y me permitas seguir descubriendo el maravilloso universo que hay en ti.

Elizza seguía inmóvil en el marco de la puerta, pero su expresión había cambiado estaba conmovida por las palabras de Carlo, con una sonrisa nerviosa contenida por sus dientes, sus ojos brillantes y muy abiertos, sujetos a la mirada de Carlos, y como si su cuerpo fuera autónomo de su cerebro se aventó a los brazos de Carlo reclamando un abrazo, a lo cual el correspondió con cariño rodeando la fina figura con ambos brazos, sosteniendo aún el ramo y la pequeña cajita. Ella recargada en su pecho y el reclinado su rostro sobre ella, para presionar más su cuerpo, ella disfrutaba la calidez de él, y pudo darse cuenta de la fuerza con la que latía su corazón, poco a poco fue soltando su agarre, y separándose del cuerpo de Carlo, hasta que sus miradas se cruzaron nuevamente.

-Si quiero ser tu novia - le susurró tímidamente, Carlo aventó el ramo sobre la cama acarició la mejilla de ella con demasiada delicadeza, levantó suavemente su barbilla y se acercó a ella con un movimiento tan lento que parecía cámara lenta, ella cerró sus ojos presa de los nervios y pudo sentir cómo él sonrió muy cerca de sus labios por el gesto, ella podía sentir la respiración de Carlo sobre sus labios, y por fin los labios del chico depositaron un casto beso sobre los bellos labios de ella, y ella lo correspondió sin poder evitar sonreír, él se alejó lentamente, siendo muy cauteloso de sus movimientos rozando sutilmente nariz con nariz, interpuso la mano con la caja entre ellos, procedió a abrirla revelando un hermoso dije de plata, una hermosa luna, ella sonrió emocionada al verlo, y dejó que él lo colocará en su cuello, despidieron ese día abrazados.

Esa noche fue mágica para ella, los detalles que había tenido Carlo habían llenado su corazón, y la hacían sentirse plena y feliz, eso le hacía preguntarse si sería una porción de los que Jimin y Jungkook sintieron al estar juntos.

~• Un amor en el Baúl •~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora