6

1.9K 220 88
                                    

27 de marzo
Ciudad Gotham
3:46 am

El tiempo había sido una tortura para todos los ciudadanos de Gotham. No importaba si el sol ya se había ido, siempre había gente buscando entre los escombros. Los gritos y lamentos de los sobrevivientes, familiares y voluntarios, eran escuchados por los transeúntes.

Dick veía el entorno con desesperación. Desde hace tres días habían excavado entre los escombros, en el lugar donde su familia había sido vista por última vez. Él junto a Jason, habían ayudado en todo lo necesario, Jason incluso había girado cheques al hospital para más compras de suministros médicos.

Incluso con el sudor, lágrimas y cansancio encima, los dos hermanos seguían ayudando en todo lo posible a los rescatistas.

—Dick, Jason, deberían descansar un rato— Barbara, hija del comisionado Gordon, policía y amiga del hijo mayor; se acercó con dos vasos de agua. —Ya mismo amanece, deberían irse a dormir un momento.

—Barbs, ayudaremos un momento más— susurró Dick, tragando el agua con avidez, al sentir su garganta seca y áspera. Jason solo hizo un sonido de reconocimiento, pero no agregó nada a la conversación.

—No ayudan a nadie, estando cansados— reprochó preocupada, sus ojos llenos de tristeza, viendo como los dos jóvenes, tenían las manos vendadas y tanto su rostro como su cuerpo estaba lleno de polvo.

—No te incumbe Gordon— Jason le entregó el vaso y volvió a ayudar a los bomberos a mover ciertos escombros.

—Dick— llamó la mujer, tratando de detener el caminar de su amigo. El chico la vio con tristeza y negó.

—Debo encontrarlos Barbs— su voz a duras penas alcanzó a sonar como un susurro.

Como si fuera una señal divina, varios perros entrenados comenzaron a ladrar a cierta parte de los escombros, Jason y Dick se acercaron rápido, mientras los profesionales analizaron el terreno. Bastó un solo sonido, para que todos comenzaran a moverse a una gran velocidad.

Era un golpeteo, uno suave. Jason lo reconoció como un choque de metales.

Los jóvenes se alejaron un poco, para que los profesionales hicieran su trabajo con toda la comodidad y precaución posible. Alfred en cierto momento también se había acercado lo suficiente para sujetar las manos de los dos chicos, que dieron un ligero apretón lleno de esperanza.

—¡Los encontré!— gritó un bombero, Jason tuvo que resistir sus ganas de correr hacia el lugar.

—Saquemos a los niños primero— Dick alcanzó a oír de un rescatista. Entre dos maniobraron lejos de la vista de los presentes. Los tres hombres miraron con alegría, como sacaban un cuerpo pequeño, lleno de polvo y raspones.

—¡Damian!— gritó Dick, entre lágrimas. Los paramédicos se acercaron a verificar la salud del pequeño, le limpiaron la zona de la boca y la nariz, para colocar una máscara de oxígeno.

Vieron como el niño tosió un poco, respirando con vehemencia el aire limpio. Mientras lo llevaban a la ambulancia, pasó por su lado, los tres se acercaron a ver el estado del pequeño. Tenía raspones y algunas manchas de sangre, Alfred tuvo que sujetarse de su primer nieto para no caer, al ver con horror una mancha de sangre que llenaba el estómago del niño.

—Alfred acompaña a Damian— ordenó Dick, el mayordomo asintió y acompañó al pequeño que en ningún momento había abierto los ojos. Los dos chicos ya algo aliviados e incluso llenos de esperanza, vieron a la zona repleta de rescatistas.

—No podemos sacarlo, necesito la sierra— sonó la voz de un bombero, no podían ver que sucedía, pero escuchaban el sonido de la herramienta. Por unos tortuosos minutos lo único que escucharon era ese sonido, junto con algunos sollozos.

Apretaron los labios, cuando el sonido cesó. Se acercaron un poco, hasta que un policía les detuvo el paso. No se perdieron ningún momento, desde el segundo en que los rescatistas se agacharon y sacaron al tercer hijo Wayne.

El chico estaba repleto de sangre, desde el rostro hasta las piernas, mientras lo atendían de emergencia, Jason y Dick se fijaron en la pierna izquierda del chico, la cual tenía dos varillas clavadas en el músculo. Para horror de los mayores, el niño tenía los ojos abiertos, tosía y seguía llorando.

—¡Timmy!— un grito desgarrador salió de uno de los hermanos mayores, tratando de transmitirle todo el cariño y alivio que sentía de verlo respirando. Pero cuando el niño le regresó la mirada, era una repleta de horror y tristeza.

—sáquenlo de aquí— un paramédico lo acomodo en la camilla, tratando de evitar que el chico viera hacia el lugar donde había estado enterrado, pero el chico haciendo caso omiso de su salud, viro la cabeza y dio un grito lleno de horror al ver dentro del agujero.

—¡PAPAAAAAA!

Los paramédicos habían tenido que sedarlo con rapidez, cuando el chico pasó junto a ellos, reconocieron sus ojos hinchados y llenos de lágrimas. Jason miró fijamente a su hermano mayor por unos segundos, para ir tras su hermano menor.

Dick los vio desaparecer en la ambulancia, regresó a ver el lugar. Apretó los dientes al ver que los movimientos de los rescatistas, ya no eran tan meticulosos o apresurados. Si no que eran calmados...como si...como si ya no hubiera nada que hacer por la otra persona.

El primer hijo Wayne, reaccionó cuando Barbara lo abrazó entre lágrimas. Dick alzó la vista, y reconoció a su padre acomodado en el suelo.

Analizó la escena, rogando que la imagen que estaba presenciando no fuera real.

Su padre estaba acomodado en una bolsa negra. Apretó los puños, cuando una mujer tomó el cierre y comenzó a subirlo con suavidad y pesar.

Vio todo a cámara lenta.

Vio el rostro de su padre perderse tras esa capa plástica negra.

Y junto con el último movimiento de la profesional, sintió su corazón romperse en mil pedazos.

—¿Papá?


Editado el 16/03/2024

Algo clave aquí, fue que se cambio fue la fecha, antes de los cambios los recataban el 26 dando un total de 2 días  y algunas horas atrapados, ahora les cambie por 3 días y algunas horas, mas que nada para un mejor entendimiento del nivel de trauma de mis niños Tim y Damian, que pasaron tanto tiempo ahí abajo.

Otra cosa, antes Tim había tenido atravesado todo el musculo del muslo por las dos varillas, luego investigue un poquito y bueno, esas madres pueden causar enfermedades e incluso considerando cuanto tiempo pasan enterrados, incluso la pierna puede tener fallos, y no quiero que la historia sea cuento de hadas, y mágicamente se cure sin daños, pero tampoco quiero que la herida sea tan fatal como para pensar que adios piesito, tons, ahora solo va a tener clavadas las varillas pero no atravesadas, menos trauma (si esta mal mi lógica, lo siento).

Aunque... Yo ya no estéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora